Voces Internas "la nueva leyenda"

CAP XVI: Cambios

He perdido completamente el control de mi cuerpo… este se pone de pie frente a León utilizando mi propia voz solo que completamente distorsionada. Mi contrincante en la arena quien hace menos de un par de minutos se mofaba de mi decisión de entrar con esposas y sin ningún arma, ahora tiembla indefenso. Puedo ver claramente como mis ojos se reflejan en los suyos con un pequeño brillo rojo. Esta cosa se liberó de las esposas en mis manos como si se tratara de hilos o papel. Simplemente se rompieron como si nada.

– ¿Que dices león, Seguimos con el espectáculo? –no era yo.

Al oír esto león comenzó su ataque, mi cuerpo se movía con una libertad exquisita, como si supiera los ataques de antemano. Luego de esquivar varios ataques, esta cosa se detuvo, con la mano izquierda desnuda sujeto la espada de León con fuerza y con la otra mano le propino un puñetazo en el rostro con una fuerza descomunal que lo hizo salir volando unos metros. Era increíble este combate que veía a través de mis propios ojos. La mano con la que mi cuerpo sujeto la espada estaba sana no había ningún signo de daño. Yo no podía hacer nada para controlar mi cuerpo.

–ponte de pie inútil, ¡ya me estas aburriendo! Así que decidiremos esto con un tajo ¿te parece? –invito-ven dejare que me golpees con tu espada donde quieras, pero si sobrevivo será mi turno de atacar.

–te mandare al infierno ya verás –dijo león desesperado poniéndose de pie y acercándose en carrera.

–vengo de allí, así que no tengo nada que hacer allá, ni motivos para volver –decía esto con una voz burlona mientras León empuñaba su espada con ambas manos preparándose para dar un golpe con toda su fuerza. Al estar cerca salto y levanto su espada por sobre el para dejar caer un ataque con todo su peso planeando causar daños enormes y la muerte. Este gran golpe se estrelló en mi hombro izquierdo, la espada fue detenida en seco y se hiso pedazos con el impacto con mi piel. El ataque de León venía con tanta fuerza que sus manos sangraban tras el golpe, con las heridas en sus manos soltó los restos de su espada ahora inútil.

–creo que es mi turno.

Esta cosa se acercó a león con una velocidad excesiva, jamás vi alguien moverse así, ni siquiera a Antoni. De una patada a esa increíble velocidad la mandíbula de león fue arrancada por mis botas, como si lo hubieran golpeado con un garrote. León se quedó de pie, pero no se movía. Nuevamente esta cosa dentro de mí se abalanzó contra él dándole un puñetazo en el pecho sobre su corazón tan fuerte que pude escuchar como su caja torácica era aplastada y se rompía como si estuviera echa por mondadientes. El cayó muerto luego de esto.

Caí de rodillas al suelo y devuelta tenía el control de mi cuerpo y no estaba siquiera agotado. Antes de ponerme de pie escuché nuevamente esta voz.

–no solo puedes controlar la sangre fuera de tu cuerpo, dentro de él es más sencillo, el primer paso en tu magia es endurecer la sangre, si lo haces tendrás un cuerpo muy resistente y fuerte, tendrás tu propia armadura a hora comienza a practicar idiota.

La multitud me aclama y no paran de gritar, Samuel sorprendido se paró de su silla y comenzó a hablar haciendo que la multitud se callara y lo escuchara

–qué resultado tan magnífico, que final tan bestial y sorprendente… Ya tenemos ¡nuestro ganador! –la gente aplaudió y grito mi nombre-  Pero no se preocupen amigos el espectáculo no se acaba, el ganador, Gabriel, quiere retar a nuestro campeón y así ostentar el título, si gana será premiado con un deseo, el que yo hare realidad… mujeres, dinero, tierras ¿que pedirá? Pero antes debe ganar y nada más y nada menos que ha Stom “el gigante”.

Me sacaron de la arena, por un momento me entregaron mis armas y revisaron en busca de heridas. No tenía ninguna, todas habían sanado y no quedaban ni marcas, estaba un poco sorprendido por esto, pero no hay tiempo para eso. Sin más demoras me hicieron entrar nuevamente a este recinto de lucha sanguinario para darles el último show. La gente que hace nada me aclamaba ahora gritaba el nombre de mi adversario, Samuel se puso de pie en su balcón para hacer llegar su voz a todos con claridad.