Headcanon [Countryhumans]

AleChi...

Dedicado a @SailorUsagui por qué me lo pidió, besos muaks.

Su mente divagaba al estar aburrido sin nada que hacer. Ya sentía que se estaba quedando dormido y la película no le ayudaba. La había visto varias veces hasta el punto de hartazgo, sin embargo seguía siendo su película favorita, al igual que su pareja.

Hablando de él; Alemania acariciaba su cabello mientras estaba recostado en su pecho, ya casi quedándose dormido.

La mano del menor paseaba por su espalda y volvía de nuevo a su cabeza, aveces recibía besos en su frente y no podía evitar sonreír con sueño.

Justo cuando estaba entrando al mundo de los sueños sintió un pequeño cosquilleo que lo hizo separarse bruscamente del alemán.

Alemania miró asustado a su pareja al verlo de esa forma repentinamente, extrañado tomó la mejilla del mayor, acariciando con cariño intentando tranquilizarlo.

—¿Estas bien?

—Ehh...si...

El cosquilleo estaba empezando a desaparecer, al darse cuenta de eso el menor estaba alejando su mano de su espalda, cosa que le hizo entender lo qué pasó. Un tanto inquieto se alejó por completo, sentándose al otro extremo del sofá.

—¿Qué pasó?

—Nada...¿sabes? Mejor me voy al cuarto.—dicho esto, se levantó con intenciones de irse.

Alemania por impulso tomó al mayor antes de que se fuera, tomando la cola de lagarto que tenía.

Se tensó al sentirlo y un escalofrío recorrió su cuerpo, quería alejar al menor, pero sabía que eso podía ser mal interpretado por su parte. Lo único que pudo hacer fue acercarse lo suficiente para no sentir tanto el jalón que recibía.

—Enserio, ¿por qué actuaste así?

Se sonrojó al escuchar la pregunta, la razón de todo esto es que era muy cosquilludo en esa zona en específico, y no sólo eso, llegaba a ser una zona erógena alguna veces.

—¿Puedes soltarme primero?—preguntó nervioso, intentando separar esa parte de su cuerpo del menor.

Sin preguntar nada lo hizo, viendo cómo Chile se pegaba esa parte a su pecho, sin querer que alguien lo toque.

—Lo siento...—murmuró algo bajo.—tal vez fue algo impulsivo de mi parte.—se sentó a un lado del menor, listo para intentar explicarle.

Después de todo, ¿que podía pasar?

Debió haberlo pensado mejor...

Se dio cuenta en el momento que sus caderas estaban siendo envestidas con fuerza y su extremidad era acariciada y jalada con brusquedad.

Sus piernas temblorosas no servían mucho como soporte. Temblaban demasiado y sentía un especie de líquido resbalar entre ellas.

—¡E-espera! ¡Mgt!—pidió entre suspiros y gemidos al sentir una pequeña mordida y posteriormente una lamida en su cola.

Intentó acallar esos sonidos pegando su cabeza al sofá, sin embargo esas embestidas no ayudaban.

Alemania acariciaba constantemente esa extremidad, buscando lograr más gemidos por parte del más bajo, cosa que fácilmente logró. Su otra mano se encargaba de sujetar su cadera, ayudando a mantener sus embestidas.

Su nombre era repetido por el latino, cada vez que daba una embestida su nombre era dicho en forma de suspiró o gemido.

De los labios del más bajo salió un gemido más alto que los anteriores, y posteriormente un líquido blanco salió de su miembro palpitante.

Cansado y con su respiración acelerada se dejó caer en el sofá, aún sin dejar de sentir ese agarre. El líquido transparente ya había llegado hasta sus rodillas y en mayor cantidad, lo que le hizo saber que ya podía descansar.

Alemania salió del latino, dejando su cuerpo acostado de mejor forma para poder abrazarlo.

Chile aún cansado correspondió, ocultando su rostro entre el cuello y el hombro del alemán.

—Tengo sueño y te culpo a ti por no dejarme dormir...

—¿Eh? Creí que me ibas a decir algo lindo.—murmuró como niño, besando el hombro del más bajo.

Soltó una pequeña risa antes de tomar el rostro sonrojado del menor y depositar un beso en sus labios.

—Ahora a dormir.

—Pero te tienes que bañar.

—¡Ahh culiado conchetumare! ¡No quiero! ¡Mejor tú, weon...!

Y aquí vamos con un berrinche chileno...ohh si...Chile no está alguien muy agradable cuando tiene sueño.

Pero al menos había aprendido a cómo calmar a Chile cada vez que empezaba a renegar, así que sin dudar por un segundo volvió a acariciar de manera suave el mismo lugar que en ningún momento había dejado. Consiguió que el contrario se callara, y recibió un pequeño beso en la mejilla.

—Está bien, pero me vas a cargar todo el camino.

—Claro.—soltó una pequeña risa al ver esa actitud.

Sin reprochar nada se dirigió con él en brazos hasta el baño, donde ambos terminaron limpios y listos para dormir.

Y durante toda la noche Alemania jamás soltó esa extremidad en ningún momento, abrazaba con mucho cariño a Chile y esa rara cola de lagarto.