VeneSiria

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—¿Me recuerdas por qué estamos haciendo esto?

—Porque Martín insistió en que le ayudáramos con esto.

—¿Y por qué?

—Por qué a él le pidieron ayuda primero.

—Entonces nosotros no deberíamos de estar aquí.

—Técnicamente no, pero nos dejaron estar de chismosos en esta ocasión.

Samuel, eso no tiene sentido.

—Entonces, ¿'pa que chingados aceptaste venir, Miguel?

Es que me iba a sentir excluido...

Rodó los ojos y suspiró, cuestionándose mentalmente el por qué tuvieron que dejarlos a los dos solos con hambre. Quería comer ya, pero Argentina había sido claro con ambos y les ordenó que no podían irse hasta que todo terminara.

Pero que coincidencia; él, junto a Chile, se habían ido a un restaurante para "asegurarse" de que la cita salga bien y Venezuela no saliera corriendo como niño. Para nada era porque ellos si iban a comer.

Su cuerpo se dirigió a una banca que estaba ahí una vez que las personas se fueron, y sin pensarlo más se sentó.

Esto sería un poco largo y no pensaba estar parado durante horas, suficiente tenía escuchando a Perú diciéndole que ya se fueran a comer algo o a algún lado a caminar. Si era honesto la propuesta lo estaba tentando, pero no quería escuchar a Martín quejándose porque no le hicieron caso.

Y lo peor es que ni siquiera le había dicho para que lo quería, simplemente le pidió ayuda y él como buen hermano mayor que era aceptó.

Esto le pasaba por ser buena onda...

—Sam, vámonos ya~....tengo hambre y sueño, además quiero un café.—hizo un pequeño puchero y se sentó junto a México.

Escuchó la pequeña rabieta de Perú y se la pensó. Si era honesto él también quería irse.

Al diablo con todo...

Argentina jamás le especifico para que lo quería, así qué tal vez ya no lo necesitaba.

—Vamos, pues...—aún cansado se levantó del lugar, empezando a caminar y siendo seguido por el menor.—pero tú pagas.

—Si, ajá...

Después de todo, no es como que lo ocupará urgentemente, ¿verdad?

Después de todo, no es como que lo ocupará urgentemente, ¿verdad?

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—¡Sam, contesta pelotudo!

Argentina marcaba por milésima vez al mexicano, y este en ningún momento le contestó. ¡Lo necesitaba ahora!; Venezuela parecía querer salir corriendo del restaurante como niño asustado y el punto de que Samuel y Miguel estuvieran afuera era para que lo detuvieran en cuento antes. Obviamente tenía que avisarles antes, ¡y eso intentaba hacer! Pero ninguna llamada o mensaje fue contestado.

Headcanon [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora