Escocía miraba atentó los labios del menor, con ganas de besarlo y jamás separarse. Con sumo cuidado de no despertarlo se acercó a él para abrazarlo, rompiendo así la distancia que se había mantenido todo ese lapso de la noche. Observó el despertador en la mesita a un lado de la cama, y marcaba las 12:45 de la noche. Suspiró cansado y arto de sus propios pensamientos, deseando caer dormido de cualquier forma.
Esto no era algo común en él, solía caer dormido fácilmente, pero esta vez no fue así; todos estaban dormidos y él era el único despierto en ese momento.
Malditos afortunados...
Se sentó en su lugar y se talló sus ojos con cansancio. Sabía que mañana lo estarían culpando a él por el cansancio del cuerpo, pero no podía evitarlo, no era culpa suya que de la nada hayan aparecido unas ganas inmensas de besar al menor, como si de la nada hubiera tenido el suficiente valor para hacerlo.
Posiblemente era por qué se encontraba dormido y no tendría que explicar nada, y eso, de alguna manera u otra, lo calmaba.
Pensaba qué si al menos le daba un beso en la frente podría calmar esa creciente necesidad. Si, seguramente sólo debería hacer eso.
Con sumo cuidado de no despertarlo se inclinó un poco hacia el argentino, dejando un cálido beso en su frente. Argentina murmuró algo entre sueños y frotó su rostro contra la almohada, casi como si se fuera a despertar. Escocía empezó a ponerse nervioso al creer que abriría los ojos, razón por la que se alejó lo más posible y terminó acostado.
Sin embargo, seguía sin poder dormir, queriendo aún besarlo.
Soltó un pequeño gruñido ante sus pensamientos, un tanto desesperado al no poder conseguir cerrar sus ojos.
Completamente decidido volteó hacia donde estaba el menor, y con las mejillas rojas se acercó a su cuerpo, abrazándolo un poco para tenerlo en su pecho. Su rostro se acercó lentamente a los labios del argentino, rozando levemente ambos labios.
En un rápido impulso, juntó por completo en un beso la boca del menor.
Se quedó así durante un par de segundos, mientras sentía el pánico en su cuerpo al pensar que en cualquier momento podría despertar. Su corazón latía con fuerza mientras acariciaba la cálida mejilla de Argentina.
Cuando se alejó observó su rostro dormido y completamente tranquilo.
¿Esto contaba cómo un beso?
Es que Argentina estaba dormido y sentía que no contaba.
Ignoró aquello y soltó una leve risa cuando el menor empezó a formar pucheros y fruncir el ceño.
Tal vez no contaba, pero al menos disfruto de su tierno rostro. Soltó un último suspiro y cerró los ojos, cayendo en un rápido sueño.
A la mañana siguiente, con el sol entrando por la ventana, el menor se tallaba el rostro con sueño y pereza, teniendo una pequeña sonrisa somnolienta en sus labios, con el lindo recuerdo del corto "sueño" que había tenido esa noche, donde había tenido un tierno beso de con Reino Unido. Era algo muy raro, pero tampoco le molestaba.
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¡Ya volví! Perdón por desaparecer por más tiempo de lo que había dicho, la vedad es que tenía ganas de publicar algo desde hace un par de días, pero no sabía que.
Tal vez no quedo tan bonito como quería, pero fue echo así de la nada, es que se me acaba de ocurrir así de la nada y pues lo hice rápido y casi sin pensar.