Muchas veces cuando esta aburrido le dan ganas de pintarse el cabello.
Al final no lo hace por qué no tiene lo que necesita y se le termina olvidando.
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Se miraba en el espejo de baño mientras tocaba su cabello con su mano derecha e inflaba sus mejillas por el aburrimiento.
La idea de pintar su cabello estaba presente desde hace un para de minutos, pero no sentía que le pudiera quedar, así que por eso llevaba algo de rato frente al espejo imaginándose a sí mismo con el color que quería. Su imaginación no era la mejor y por eso dudaba demasiado, otra razón era el que podría maltratarse y no quería, así que sólo quedaba a la imaginación.
Suspiró con aburrimiento y en ese momento unos pasos se acercaron al baño. No le importaba mucho; estaba en la casa de UK así que sabía que podía ser las niñas o el europeo.
Por el umbral de la puerta se asomó Reino Unido, quien suspiró aliviado de por fin encontrar al menor; ya tenía rato buscándolo y no lo encontraba, algo que fácilmente lo asustó al creer que se había ido. Si, tenía miedo de que el latino se fuera, solía ser algo desconfiado con eso.
-Arge, ¿qué haces?-cuestionó al ver que el contrario seguía viendo al espejo sin dejar su cabello. Con pasos calmados se acercó para abrazarlo por la cintura.
--¿Qué pasaría si me pinto el cabello?-ignorando la pregunta recién echa por el mayor lo miró a los ojos a través del espejo.
--¿Te lo quieres pintar?
-Si.
-Te quedaría bien.-dijo para posteriormente besar con cariño su mejilla.--¿de qué color lo quisieras?
-Azul, como mi bandera.-respondió con una sonrisa por el beso recién dado.
-Te verías lindo.-se separó un poco del menor, para voltearlo y poder verlo a los ojos.-es hora de merendar, las niñas me ayudaron a hacerla.-con cariño tomó una de las manos del latino y lo guió a la puerta del cuarto en el que estaban, si, por qué Argentina se había encerrado en el cuarto en el cual dormían.
-Claro.-sonrió con cariño dejándose guiar.
En la mente del latino se le empezaba a olvidar lo del tinte y estaba empezando a pensar en la comida, mientras que el europeo estaba pensando consentir al menor con lo que quisiera, empezando por el tinte. Pero después lo haría, por mientras la comida.