AleChi...

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Escuchar las pequeñas quejas de su pareja siempre la había dado gracia, aún cuando parecía tener al mismísimo diablo dentro y casi no lograba entender por la forma tan apresurada que tenía al momento de hablar, siempre era bueno consolándolo y haciéndolo entender que no siempre podía tener la razón absoluta.

En serio se le hacía difícil creer que Chile era muchísimo mayor que él con su actitud infantil y despreocupada junto a su falta de razonamiento algunas veces. Muchas veces se le llegaba a olvidar ese detalle, y era por este tipo de situaciones; donde tenía al chileno entre sus piernas y este se quejaba de cosas que había echo alguno de sus hermanos, mientras que él le secaba su cabello mientras lo escuchaba atento.

Soltó una risa y negó con la cabeza una vez que el mayor terminó de narrar cómo Argentina lo obligó a levantarse temprano para participar en un raro plan en donde Venezuela tenia que tener una cita con Siria, al final si salió todo bien pero Chile no durmió el tiempo que quería.

Una vez terminó de secar el cabello del chileno lo abrazó por la espalda, dándole un beso en el cuello de paso sintiendo como se erizaba su piel.

—...Y papá no me dejó dormir en su cama porque él también se quería dormir, así que nos sacó a patadas de ahí...

Lo escuchó murmurar y sabía qué estaba exagerando; España era muy protector y cariñoso con sus hijos, aún cuando tenía un fuerte carácter algunas veces y las cosas que había echo hace años durante la colonización, sabía que actualmente era mucho mejor padre.

Volvió a dejar otro beso, esta vez en su hombro para intentar calmar su berrinche.

—Tranquilo, al menos ahora estás aquí en casa...—murmuró.

—Mmh...—Chile no evitó inflar una de sus mejillas con vergüenza al sentir la respiración del menor tan cerca junto al echo de sentir la calidez en ese abrazo que recibía. Se quedó unos momentos así para disfrutar de la cercanía y el contacto que había añorado y extrañado desde hace mucho tiempo; había estado algo deprimido las últimas semanas y lo único que necesitaba era recibir el amor de su pareja aunque sea solo un pequeño momento. De forma inconsciente se recargó en el cuerpo del alemán, bostezando un poco, sintió sus ojos lagrimear y eso fue suficiente para saber que ya debería dormirse, aún así no pudo evitar el que su rostro se volteara hacia donde estaba el rostro de Alemania, dándose cuenta que este parecía muy interesado en la curiosa historia donde una chica es secuestrada por culpa de su padre y entonces la tipa se quedaba a vivir con su secuestrador en un enorme castillo abandonado donde solo había objetos parlanchines -seguramente esquizofrenia de la chica-; con el tiempo la tipa esa empieza a sufrir de Estocolmo y se enamora de su secuestrador, al final ambos se casaban, algo así era la historia.

Muchos llaman la película La Bella y La Bestia, pero en fin, cada quien.

La carita del alemán desbordaba fascinación, como si fuera un niño, y eso lo hizo sonreír con algo de cariño y lástima; estaba muy bien enterado de la situación que había tenido que pasar, y realmente lo comprendía, si bien él no era un "Niño" cuando pasó todo el proceso de las guerras, si le dolió ver a su gente caer en batalla, y entendía lo difícil que pudo haber sido para Alemania el tener que tomar un poder y cargo tan pesado a tan temprana edad, y ni hablar del echo de su hermana. Sacudió su cabeza un poco tratando de ignorar aquel pensamiento y tratando de convencer a si mismo que Alemania no era un simple niño y que había madurado, no de una muy buena forma, pero que la presión del momento lo requería.

—¿Estas bien?

Alemania se había dado cuenta de aquel movimiento de cabeza que había echo el latino, algo que había llamado su atención de forma casi inmediata al tenerlo, literalmente, enfrente suyo.

El chileno volvió a observarlo con detalle, perdiéndose en sus profundos ojos verdes. Sonrió, y de forma rápida, pero calmada, se acercó para besarlo en los labios, sintió que el menor se tensaba de la sorpresa y congelaba sus acciones, pero su corazón se encargaba de latir rápidamente. Cuando se alejó pudo observar un color rojo en sus mejillas, y eso sólo lo hizo sonreír más.

—Vamos a dormir, ¿si?

Con cuidado se quitó del cuerpo que lo mantenía aprisionado y se acostó a lado suyo, tapándose un poco en proceso para después cerrar los ojos y tratar de dormir.

Sin embargo el europeo seguía en un pequeño shok mental; esas pequeñas cosas le recordaban que Chile era mucho mayor que él, recordaba el echo de que ya tenía muchísima más experiencia de lo que imaginaba, y no sabía cómo sentirse al respecto.

Ignoró aquellos pensamientos, y aún algo rojo de los nervios se acostó en la cama, no sin antes apagar el televisor, para posteriormente abrazar con fuerza al mayor, siendo correspondido rápidamente.

—Buenas noches...—murmuró aún apenado por lo que recién había pasado pero sin dejar de lado la hermosa sensación que sintió al momento del roce. Recibió un dulce beso en su mejilla, y después sólo escuchó un "te amo", haciéndolo calmar.

Una hermosa noche para ambos...

Una hermosa noche para ambos

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¿Si quedó bonito?

No me convence mucho ya que siento que aún me falta el poner las personalidades a cada uno, aunque más bien a todos los personajes, pero eso lo veré después.

Me dicen si hay alguna falta de escritura o de acento, no manejo muy bien el acento chileno y batallo demasiado.

Se me cuidan, los amos <3
Muaks

Felices fiestas 🎉✨

Headcanon [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora