USA...

98 6 11
                                    

Le gusta que Perú use alguna camisa o algún suéter suyo durante el sexo.

No sabe por qué, pero le gusta.

Ambos labios se volvieron a separar, logrando así que sus cuerpos intentaran recuperar el aire perdido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Ambos labios se volvieron a separar, logrando así que sus cuerpos intentaran recuperar el aire perdido.

Estados Unidos miró al más bajo que estaba encima de sus piernas; suspiraba con fuerza e intentaba no ceder al tener unas manos escurridizas que se paseaban por su torso y piernas.

Sus manitas tomaron las del mayor, deteniéndolo justo cuando se iban a colar por debajo de su pantalón.

—N-No...—murmuró, alejando lo más que podía esas traviesas manos de su cuerpo.

—¿Por qué?~...—su rostro se enterró en el cuello del más bajo, empezando a dejar pequeños besos hasta llegar a la clavícula.

Perú no iba a soportar mucho tiempo con los besos que estaba recibiendo, apretó las manos con fuerza y evitó soltar los suspiros.

—Dime...

De forma suave fue acostado en el sofá, y posteriormente USA se subió encima suyo mientras lo volvía a besar. Trató de resistir un momento, sin embargo le era imposible.

Lo único que quedo fue dejarse llevar sin importar nada...

Soltó un suspiro entre besos cuando sintió como empezaban a rozarse contra su trasero por encima del pantalón de pijama. Sabía lo que seguía si no se detenían ahora, y no le importaba mucho, lo único que hizo fue dar unos tirones a la camisa que utilizaba el contrario exigiendo que se la quitara.

El americano hizo caso, y cuando se retiro él no tardó en hacer lo mismo con los pantalones del sudamericano. Observó el cuerpo debajo suyo, su tierno sonrojo se extendía asta su cuello y sus manos estaban echa puños a lado de su cabeza.

Tomó las piernas del menor y las posó a ambos lados de su cadera, lo volvió a besar y su mano se encargó de entrar por su ropa y empezar a masturbarlo lentamente.

—¡Espera!...¡ah!

Sin cuestionar nada su mano se detuvo, escuchando los fuertes suspiros que soltaba el menor.

—¿Sucede algo?

Perú lo miró a los ojos con pena y vergüenza, encogiéndose un poco de hombros y apretando las piernas contras las caderas del americano.

—Vamos al cuarto...

—Vamos al cuarto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Headcanon [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora