Headcanon [Countryhumans]

...

Cuando su puño volvió a golpear la pared las lagrimas por fin empezaron a caer de sus ojos; la ansiedad ya lo estaba carcomiendo desde hace rato y por fin había explotado, y de una muy mala manera y en una mala ocasión.

No le sorprendía del todo, ya tenía semanas de estrés acumulado y serios problemas de sueño, lo que terminó por detonarlo fue la reunión de esta mañana; los demás países habían estado peleando otra vez y hacían demasiado ruido que lo termino de poner ansioso. La fuerte presión en su pecho y la falta de aire le nublaban el juicio que le permitía hacer sus acciones, apenas y podía escuchar a la organización hablar.

Supo en ese momento que debía salir de ahí...

Ahora se encontraba en el baño de la sede peleando contra su ansiedad.

Sus manitas ya estaban rojas y llenas de rasguños a lo largo de las muñecas y brazos, se atrevía a decir que si continuaba terminaría por sangrar y la verdad ya no faltaba mucho.

Otro golpe y el último...

Por suerte antes de que terminara de abrirse la piel alguien lo tomó del brazo y lo detuvo, aplicando la fuerza suficiente para no dañarle más de lo que ya estaba. No lo soporto mas y termino por sollozar con fuerza mientras intentaba zafarse del agarre y abrazó que empezó a formar la otra persona.

—Shh...calma...

Justo cuando escuchó la voz de su padre fue que se tranquilizó y abrió sus ojitos ya hinchados por el pequeño llanto. Lo abrazó de vuelta, como un niño tapándose bajo sus cobijas de noche por los "monstruos" de su cuarto.

España acariciaba la cabeza de su hijo con tristeza; dejó un beso en la frente y lo abrazó con más fuerza. Sentía como respiraba rápidamente y temblaba, sin dejar de abrazarlo.

—¿Qué pasó?—murmuró con cariño, recargándose en la pared y posteriormente sentarse en el suelo con su pequeño en brazos.

Los labios del latino le temblaban y sólo murmuraban cosas sin sentido.—Lo siento...

—...vamos a casa...

Unas horas después, ambos estaban en la sala mirando la tele y comiendo dulces.

Chile tenía recargada la cabeza en las piernas del mayor mientras era tapado por una cobija y recibía pequeñas caricias en su cabeza. Su rostro aún tenía rastros de haber llorado apenas hace unos minutos. El sueño empezó a aparecer y sus ojos pesaban, por fin había podido sacar todo lo que sentía así que ya se sentía más calmado para dormir. Mejor aún que anteriormente España le había cantado unas canciones para dormir.

Con cuidado tomó la mano que reposaba en su cabeza para llamar la atención de su padre.

—Papá.—llamó, pero jamás obtuvo respuesta.

Volteó a verlo para toparse con su rostro calmado y adormilado; al parecer se quedó dormido sin avisar. Se sentó en su lugar, con cuidado de no despertarlo, lo acostó en el sofá y apagó la tele. Observó el reloj del teléfono de su padre-que era el único que tenía batería-y se dio cuenta que ya pasaba de la media noche. Seguramente su teléfono mañana estará saturado de llamadas y mensajes del alemán, preocupado porque se fue así de la nada.

Ignoró ese pensamiento y se acostó junto al europeo, siendo abrazado instintivamente de forma protectora, tal vez buscando cuidarlo aún cuando ya no era un pequeño. Sin pensar correspondió ocultando su rostro en su pecho y tapándolos a ambos, cayendo dormido unos minutos después.

Perdón si no fue tan bonito, fue lo mejor que pude hacer.