capítulo dos

1.3K 55 7
                                    

—Bueno Sere... Terminamos por hoy— acotó el y yo asenti, empezando a estirar lo más rápido posible ya que Mili y Jaz me estaban esperando afuera.

—¿Cómo me viste en los saltos?— pregunte mientras estiraba mis brazos.

—Si fuera juez, te pondría un nueve coma ochenta y cinco— asentí, era buena puntuación—. Pero como soy tu profesor, te pongo un nueve cincuenta y cinco.

—Es buena diferencia, lo voy a tener en cuenta para mañana— el me sonrió y estiró su mano para ayudar a levantarme del piso.

—¿Se van juntas?— pregunto mirando hacía atrás, mire hacia la misma dirección y estaban mis amigas haciéndome señas desde la puerta.

—Si, me obligaron a ir al upd— empecé a guardar todas mis cosas en el bolso.

—Me parece bueno que salgas, pero ya sabes... Nada de al...— lo interrumpí, ya que sabía perfectamente lo que estaba por decir.

—Nada de alcohol, nada de esfuerzos innecesarios, y de cosas que impliquen el poder lastimarme— asintió de forma obvia., Yo sonreí y choque puños con él—. Nos vemos mañana, Fede.

—Nos vemos— se despidió y empecé a caminar directo a la puerta, apurada, pero desganada—. ¡No tomes!— me gritó y yo solté una carcajada, negando con mí cabeza mientras abría la puerta para salir.

Jaz estaba con su celular, y Mili estaba apoyada en la pared del pasillo mirando a la nada.

—¿Vamos?— pregunté, acercándome a ellas. Ambas me miraron y asintieron—. ¿Que mierda nos vamos a poner?— cuestione mientras comenzábamos a caminar hacia el auto.

—Vos no te preocupes por eso, nosotras nos encargamos de todo— respondió Jaz, quien le dio una mirada cómplice a Mili. Yo las mire algo desconfiada, pero decidí no preguntar nada.

—No sé si mis piernas van a soportar toda la noche— suspiré, llegando al auto, abriendo el baúl de este para meter mí bolso.

—Te estas exigiendo de más, deberías parar un poco— me aconsejo Jaz, a lo cual yo negué y abrí las puertas para poder subirnos.

—Estoy bien— asegure, subiendome.

Mí papá estaba adelante y a su lado estaba mí mamá.

—Hola— los saludé con una leve sonrisa mientras me ponía el cinturón. Ambos se dieron vuelta y nos miraron.

—¡Hola Mari!—chillo Jaz al subirse—, hola cara de papas— saludo a mí papá, sacándole la lengua al mismo. Todos reímos.

Las tres somos amigas desde los seis años. Nos conocimos en gimnasia artística e íbamos al mismo colegio, al día de hoy seguimos con la misma rutina.
Siempre fuimos unidas, y tenemos millones de anécdotas ya que no nos separabamos.
La historia del apodo de papá, "señor cara de papas", fue creado por Jaz.
Una noche de halloween, mí papá se quiso disfrazar para asustarnos y resulta que su máscara, parecía una papa, y desde ese día Jazmín lo molesta con lo mismo.

Pasaron siete años, y la colorada nunca lo superó.

—Hola Mari, hola Juan— saludo Mili.

—Hola chiquis, ¿están listas para esta noche?— preguntó mamá, emocionada.

—No creo aguantar toda la noche— le respondí, haciendo una mueca.

—Vos— señaló con su dedo a Jaz—, te vas a ir caminando si seguís usando ese apodo— le advirtió papá, como lo viene haciendo hace años. Jaz hizo montoncito con sus manos mientras se mordía el labio inferior, aguantandose la risa.

querido cáncer | truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora