capítulo veintiuno

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—¿Estás segura que querés hablar con ellos?— pregunto Mateo, acariciando mí mano con su dedo pulgar.

Yo lo mire y asenti.

—Si, quiero hablar para que quede todo claro de una vez por todas— afirme, asintiendo.

—Me parece bien entonces— se acoplo a mí desición, acercándose para dejar un casto beso sobre mis labios.

Sonreí y correspondi esté, dejando un ligero apretón en su mano, la cual sostenía la mía.

—Serena, ¿estás lista?— escuché una voz detrás nuestro, y con Mateo nos separamos. Solté una leve risa, algo avergonzada, guiando mí mirada a la mujer detrás nuestro. Rápidamente asenti.

—Si, lista.

—Bien, en cinco estamos al aire— informo ella para luego sentarse en el sillón individual a un lado del mío, el cual era un poco más grande.

Observé a Mateo levantarse del sillón. El mismo me miró y me dedico una sonrisa tranquilizadora, la cual le devolví.

—Estas hermosa— lo oí murmurar antes de irse detrás de las cámaras, y yo solo mordí mí labio inferior con ternura, despidiéndome con mí mano.

—Se nota que son muy felices juntos— escuché la voz de la misma mujer, Ariadna, quien me iba a entrevistar. Era una mujer joven, de unos treinta y pico, me había invitado a su programa y accedí.
Sinceramente siempre me negué a hablar con cualquier medio sobre mí situación, porque todos me parecían un poco nefastos. Pero en cambio, el programa de Ariadna no.

Lo había visto en ciertas ocasiones con mí familia.
Ella es una mujer alegre, firme, realista, comprensiva y sobre todo empática. Su programa dejo mucho de que hablar, ya que se dedica al cien por ciento a informar sobre la situación de Argentina.
Fue y es la única que blanquea todo, que informa sobre los femicidios, sobre la violencia en todos sus sentidos, la pobreza, problemas en adolescentes, en la política.

Un programa crudo y realista, que no tiene compasión con las personas que los otros medios eligen cubrir.
Creo que es uno de los pocos programas en los que no les interesa el chisme barato, no les interesa meterse en la vida de los famosos en el sentido de decir "hoy 'tal', se acostó con 'fulano'". Priorizan otras cosas, y eso me parece genial.

Yo sonreí, asintiendo.

—Mateo es muy buena persona.

—Vos también lo sos Sere, se nota— agrego sonriente.

Le dedique una sonrisa como respuesta, sintiendo un leve calor en mis mejillas.

—¡Al aire en dos!— se escuchó por los altavoces.

—Vos quédate tranqui, acordate que esto más que una entrevista es una charla... No quiero hacerte sentir incómoda, todo lo contrario, la idea de esto es darte un lugar para que vos puedas expresar lo que quieras expresar— acotó ella, quizás notando mí nerviosismo.

—Gracias, es la primera vez que voy a hablar sobre este tema con personas que no conozco, y se me hace un poco nuevo...— admití, tratando de mantenerme relajada.

Ella quiso responderme, pero la voz de los altavoces volvió a retumbar.

—¡Al aire en tres, dos, uno!.

Lleve mí mirada a Mateo rápidamente, y el formó un corazón con sus manos, mirándome sonriente, haciéndome sentir tranquila.

—Bueno, Serena Rossi... ¿Cómo estás?— Ariadna comenzó a hablar, y yo rápidamente volví mí mirada a ella, ya sonriente por la acción del morocho.

querido cáncer | truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora