Ella era menor. Él era mayor.
Ella tenía popularidad. Él tenía mala reputación.
Ella no cree en el amor. Él solo rompe corazones.
Ella adora los problemas y él sabe cómo buscarlos.
━━ Libro (primera temporada) terminado.
━━ Por favor lee el intro an...
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Jae-Eun se despidió de su amiga luego de un rápido abrazo, mejor dicho, Sunmi fue quién abrazó a su amiga pues la ojiazul no hizo nada. Parecía malo de su parte, pero la rubia ya estaba acostumbrada y ni siquiera le molestaba, al contrario, era gracioso para ella.
El día estaba a punto de terminar finalmente. Era lunes, uno de los días más pesados para todos los estudiantes, tal vez más para algunos y con eso nos referimos a Sunghoon.
Jae-Eun no había visto al chico por ningún lado, ni en clase ni en el pasillo. Descartó la posibilidad que no haya asistido a clases pues vio su motocicleta estacionada en las afueras del colegio. A menos que se haya escapado sin ella.
Sin embargo, cuando Jae-Eun analizó sus pensamientos se dio cuenta de una cosa: ¿Por qué le interesa la presencia de Sunghoon? Un chico que puede escaparse cuando sea porque no le teme a nada ni a nadie por lo visto, seguramente aparecía en cualquier momento.
Y como por arte de magia, Jae-Eun vio a su compañero sentado en las gradas comiendo una manzana. Se veía aburrido, ella lo entendía, estaba viendo el partido de fútbol que tenían el equipo oficial del colegio y este no era muy emocionante.
Jae-Eun caminó por fuera de la cancha de fútbol, temía ser lastimada así que apresuró el paso hasta llegar donde Sunghoon, sentándose en las mismas gradas a su lado.
─¿Qué quieres? Estoy ocupado. ─soltó Sunghoon de manera brusca, dio un mordisco a su manzana y su ceño se arrugó.
Jae-Eun hizo caso omiso a la rudeza del castaño. Se acomodó su uniforme y con una sonrisa amable, contestó siendo gentil.
─Creo que ya sé a quién admiras.
Lo que ella había dicho atrajo la atención de Sunghoon de inmediato. Giró su cabeza para verla con detenimiento, lo primero que había pensando era que estaba mintiendo o estaba jugando con él, irónico, pero la chica hablaba en serio.
Sunghoon dejó de lado su manzana, limpiándose la boca. Metió sus manos en los bolsillos de su abrigo escolar y relajó su cuerpo, mirando a Jae-Eun vacilón.
