DADDY ISSUES, park sunghoon.

Recuerdo : Capítulo 6

─Vendré por ti a las diez. ─indicó la mujer mientras se veía en retrovisor del auto y quitando el labial rojo de sus comisuras.

─¿Por qué tan temprano? ─se quejó su hijo arrugando el ceño, pero la única contestación que recibió fue una caricia en la cabeza de su madre.

─Sunghoon, tengo que ir trabajar a media noche. Quiero asegurarme que estés bien y a salvo para esa hora.

─¿Qué tal si hago el trabajo por ti? Así puedo quedarme más tiempo en la fiesta además, estoy seguro que pagarán mucho más.

La mujer negó de inmediato y enserió su rostro tan pronto el joven terminó de hablar.

─¡Por supuesto que no! No bromees, Sunghoon.

─No estoy bromeando, madre. ─él se cruzó de brazos─. En verdad quiero ayudarte, deberías descansar un poco.

─No, esto no es un trabajo para ti. Es muy peligroso, no quiero que te perjudique.

─¿Más peligroso que el club en el que trabajas?

Pese a que la insistencia de el castaño estaba comenzando a colmar la paciencia de su madre, esta última se contuvo apretando el volante del automóvil. Dio un largo suspiro liberando la presión que se acumuló en su pecho con tan solo escuchar a su hijo, su mayor adoración, querer trabajar con ella.

─Sunghoon, si tu abuela se entera que estás metido en esto, no me perdonaría nunca.

El chico tronó la lengua y negó con su cabeza haciendo una mueca insatisfecha. Se cruzó de hombros y al acomodarse en el asiento delantero del auto, pudo ver a lo lejos como su objetivo de esta noche llegaba acompañada de algunas chicas. Sin siquiera notarlo, Sunghoon sonrió de lado recordando el plan que acordó con Sunmi hace unos cuantos días; estaba preparado y haría lo que fuera por cumplir.

Paralelamente, Park siguió con la conversación con frialdad. Su ceño se frunció ligeramente y con voz ronca, reprochó.

─La abuela ya te odia, esto no cambiará nada.

Su madre exhaló y se encogió de hombros.  ─Tienes razón, pero aún así no dejaré que hagas esto.

De repente la música del sitio subió más de volumen, los gritos de las personas allá dentro aumentaron por ciertos segundos. Parecían pasarla bastante bien.

─Cariño, no discutamos esto. ─la mujer sonrió y dio un ligero apretón a la mejilla de su hijo, pero este se apartó.

─Madre, ya no soy un niño, puedo trabajar por ti y así podrás descansar.

Ella rio. ─No soy tan vieja, Sunghoon. Puedo moverme y hacer lo que quiera por mí misma.

─Lo sé, eso se nota. ─el castaño recordó las veces que su madre salía de fiesta y citas cuando él era tan solo un niño, es ahí donde entraba su abuela para cuidarlo todas las noches.

─Bien, ve a la fiesta y diviértete.

Por último, la mujer le dio un beso en la mejilla de su hijo y limpió la mancha de labial que había dejado en su piel. Sunghoon ni siquiera se quejó, estaba tan perdido en su enojo que, como si fuera automáticamente, luego de recibir el gesto amoroso de su madre salió del auto viendo como ella arrancaba el auto tan pronto el chico cerró la puerta.

Park maldijo y se giró sobre sus talones a regañadientes. Desde su sitio, analizó el lugar y a los invitados que llegaban o simplemente decidían quedarse a fuera para fumar o tomar con tranquilidad, algunos otros salían para besarse o inclusive, discutir. Mientras más veía el chico, más se aseguraba que este no era un lugar para él.