Recuerdo : Capítulo 2

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Él veía cada mañana llegar junto con ella, únicamente la menor saludaba a quién sea que se encontraran en su camino, en cambio su hermana mayor seguía su camino con la cabeza en alto. Sin embargo, justo cuando estaban por pasar a su lado, se separaron.

Vaya mala suerte que Sunghoon tiene, quizá la próxima tendrá que quedarse en la entrada y así ser notado por Jae-Eun.

─¡Sunghoon! ─llamó una voz masculina bastante familiar para él─. ¿Qué haces? Es muy temprano para espiar a las Choi.

El castaño frunció el ceño y puso los ojos en blanco girando ligeramente su cabeza para ver a su amigo, Jake.

─Y es muy temprano para molestarme, ¿no?

Sin siquiera sentir un poco ofendido, el australiano soltó una carcajada echando su cabeza hacia atrás. Después, sus ojos marrones oscuros se fueron hacia la silueta recta de Jaesun, quien sacaba sus libros de su casillero ignorando a todo aquel que la saludaba.

─Justamente hace una semana la conocí. ─decía Jake apuntando con su mirada hacia la chica y se encogió de hombros─. Es agradable.

─¿Por qué? Es decir, ¿cómo la conociste? ─Sunghoon se cruzó de brazos.

─Jay me pidió que fuera con él a una cita doble, le daba vergüenza estar a solas con la chica que le gusta, recuerdo que se llamaba Hyeri.

El castaño asintió de inmediato. ─Típico de Jay.

─Hyeri decidió llevar a Jaesun a la cita, pero se notaba muy incómoda aunque, no fue tan mala como aparenta.

─Es obvio. Jay y Hyeri son unos tontos enamorados que lo único que hacen es abrazarse.

Jake rio. ─Tal vez sí, pero Jay luce feliz así que, supongo que está bien, puedo soportarlo una vez más.

Él levantó su dedo pulgar como aprobación y empezó a caminar en dirección a su aula. Pero al notar que su amigo se quedó detrás con la mirada pérdida y una mano cerca de su boca comenzando a morder levemente sus uñas, Jake lo llamó de nuevo.

─Hey, vamos a clase. Llegaremos tarde.

Sunghoon alzó su cabeza. ─Uhm, ¿puedo preguntarte algo?

Jake arrugó el ceño, se cruzó de brazos y aceptó. El castaño aclaró su garganta, humedeció sus labios, respiró hondo y habló.

─¿Harías lo que sea para ver feliz a quien quieres?

El australiano demoró en responder, había quedado en blanco con la repentina pregunta. Como si fuera poco, los pasillos se vacíaban poco a poco hasta quedar completamente a solas, era un ambiente pesado pero, no incómodo.

Sunghoon esperaba la respuesta de Jake sin ninguna prisa pero, sí con cierta curiosidad. Aunque el castaño podía predecir cuáles serían las palabras de su amigo.

─Claro ─enunció el australiano─, si es alguien especial para mi, quiero lo mejor para él, o ella.

─¿Y tú? No recibirías nada a cambio.

Jake volvió a reír con gentileza. ─Sunghoon, ¿te he pedido algo a cambio de nuestra amistad?

El nombrado lo pensó por un segundo intentando recordar algún momento en específico, pero finalmente negó con su cabeza.

─¿Lo ves? Cuando quieres a alguien de verdad, no necesitas nada a cambio que solo su compañía.

─Bien. ─Sunghoon sonrió enseñando aquellos pequeños colmillos─. Vamos a clase.

El joven introdujo la llave en la cerradura y con ayuda de su pie pudo abrir la puerta de su hogar, al adentrarse se dio cuenta de que la casa se encontraba inundada en un denso silencio

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El joven introdujo la llave en la cerradura y con ayuda de su pie pudo abrir la puerta de su hogar, al adentrarse se dio cuenta de que la casa se encontraba inundada en un denso silencio. Sunghoon dejó su mochila en el sofá de la sala de estar y caminó hacia el patio, no entendía el porqué de tanta tranquilidad en el ambiente.

Al llegar a la parte trasera, halló a su madre sentada en una banca, mirando el horizonte o algo parecido, con un cigarrillo entre sus dedos dándole caladas de vez en cuando y liberaba el humo con un largo suspiro nostálgico.

─Madre. ─llamó el joven, logrando que la mujer girara su cabeza para verlo y al instante, le sonriera con adoración.

─¡Hijo! No escuché cuando llegaste, disculpa. ─ella palmeó el espacio vacío a su lado─. Ven, siéntate conmigo.

Sunghoon obedeció y aunque el olor del cigarrillo no era su favorito, tampoco era de su desagrado. Era el aroma con el que había crecido, estaba acostumbrado. Incluso, él podía asegurar que estaba igual de podrido por dentro al igual que su madre.

─Madre, tengo un secreto.

─Oh, un secreto. ¿Quieres decírmelo? ─la mencionada dio una calada y habló soltando el humo entre palabras.

El castaño asintió. ─Me gusta una chica.

─¡Qué bien, hijo! ─su madre acarició su espalda─. ¿Cómo se llama?

─Choi Jae-Eun. Es un año menor, es adinerada así que ni siquiera me nota. Quería invitarla a salir pero, tal vez me rechacé.

El chico bajó su cabeza apenado, pero la mujer a su lado posó una mano sobre su nuca e hizo movimientos circulares sobre esta haciendo el intento de calmar a su hijo. Ella apagó su cigarrillo echándolo al suelo y lo pisó, después de eso, siguió poniendo toda su atención en Sunghoon.

De reojo, el último podía ver la sonrisa de oreja a oreja que se dibujaba en el rostro de su progenitora. Aquella sonrisa podría decirse que era su refugio seguro, cada vez que la veía era como su motivación. Sunghoon adoraba ver a su madre feliz, aunque sea a su manera.

─Hijo, ¿cuándo alguien te ha dicho que no? ─preguntó la mujer con ironía─. Nadie, tienes lindo rostro, nadie podría decirte que no.

─Pero, estoy seguro que ella me rechazará. No soy su tipo, estoy lejos de serlo.

Su madre pensó por unos segundos y luego respondió más animada que antes.

─¡Inténtalo! Has lo que sea para conseguirla, pero debes tener presente algo, es muy importante.

─¿Qué? ─Sunghoon frunció el ceño pero, pronto se asombró─. ¡Ya sé! Es tu truco para salir con quién tu quieras.

Ella rio y se encogió de hombros.

─Supongo, escucha bien. ─hizo una pausa─. Debes entender que las personas tienen sentimientos así como tú, debes planear tus movimientos sin ofenderlos.

─Pero ella no siente nada por mi, no nos conocemos. ─el chico exhaló con tristeza con la mirada pérdida.

─¡Has que ella sienta algo por ti! Si quieres tenerla a tu lado deberás hacer algo, nada en la vida en tan fácil.

Su madre se levantó y tomó la mano de su hijo. Sunghoon levantó su cabeza para verla, ella se enterneció al ver los ojos marrones del castaño destilando aquel lindo brillo como si fueran estrellas. Después de todo, seguía siendo su pequeño.

─Sunghoon, en el amor todo lo vale. Es como una guerra, si no actúas rápido alguien más llegará y la conquistará.

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Ⓒ : jjaewonis, 2022

DADDY ISSUES, park sunghoon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora