DADDY ISSUES, park sunghoon.

Recuerdo : Capítulo 4

A lo lejos el chico veía a la menor llegar dando pasos cortos con una actitud temerosa. Sus manos entrelazadas temblaban, su cabello negro caía sobre su rostro ocultando sus facciones. Su uniforme iba un poco desarreglado, los dos botones superiores iban abiertos, su falda más corta de lo normal y sus desgastadas medias que parecía que en cualquier momento se romperían.

Sunmi era todo lo contrario a Jae-Eun, tal vez por eso esta última aceptó su acercamiento y su supuesta amistad, o quizá lo hizo por lástima. Conociendo la popularidad de la hija menor de los Choi, era inusual que ella mantuviera una relación con alguien.

Sunghoon dejó salir una corta risa, y con aires de superioridad salió de su escondite al ver que la pelinegra se sentaba en una de las gradas del desolado patio. Se supone que era hora de clase, nadie se encontraba allá fuera a excepción de él y Sunmi.

─Me sorprende que hayas venido. ─habló el castaño caminando hacia la asombrada chica─. ¿Qué tal estás, Sunmi?

─Park Sunghoon, ¿por qué? ─Sunmi abrió sus ojos por unos segundos debido a su sorpresa, pero rápidamente su semblante frío regreso.

─¿Te impresiona tanto que hable contigo? Vamos Sunmi, no somos tan distintos.

Sunghoon rio con elegancia, en cambio Sunmi mantenía su expresión en blanco, llena de seriedad y su ceño se frunció ligeramente al escuchar la carcajada del chico.

Él se aproximó hacia ella y se sentó a su lado. Sunghoon exhaló, entrelazó sus manos empezando a jugar con sus dedos con aburrimiento. La pelinegra tenía la mirada perdida en algún punto del suelo, no se veía interesaba en lo que el castaño tenía por decirle, al menos por el momento.

─¿Distintos? ─se apresuró a decir la chica, intentando que su voz no temblara.

─Claro, ambos tenemos algo en común. ─Sunghoon se acercó a centímetros del rostro de Sunmi─. Ambos queremos algo de Choi Jae-Eun, ¿no?

La pelinegra bajó su cabeza con un sonrojo en sus mejillas. Sin embargo, el chico tuvo la impresión que la chica se veía decepcionada desde que nombró a Jae-Eun, pero pensó que tal vez había visto mal.

Mientras tanto, Sunghoon continuó hablando, con un ápice de maldad pero, disimulaba con un tono suave y amable en su voz. Su actitud tranquila, hacia que el ambiente fuera mucho más ameno, sin importar que el rumbo de la conversación sea completamente diferente.

─Jae-Eun es linda, ¿no lo crees? Es popular, inteligente, agradable y sobretodo ─el chico se acercó al cuello de la pelinegra─, adinerada.

─¿Por qué me dices cosas que ya sé? Es mi amiga, lo sé todo sobre ella.

Sunmi se apartó de repente, su rostro enfadado le causaba gracia a Park. Era increíble que su disfraz de buena amiga y compañera, persistía pese a que era claro que Sunghoon sabía algo más.

─¡Oh, por supuesto que sí! No tendría sentido que vendieras información sobre ella sin saber absolutamente nada.

El castaño rio con ternura. Al notar que, de nuevo, los ojos de Sunmi se abrían en par con asombro y su labio inferior temblaba impidiéndole contestar claramente, Sunghoon se sentía como un ganador. Su plan iba saliendo justo como deseaba.

─¿Cómo sabes eso? ─interrogó Sunmi exaltada, levantándose de su asiento de golpe. El chico la tomó de la muñeca.

"Ni siquiera lo negó. Esto será más fácil de lo que pensaba", pensó el castaño.

─Tranquilízate, no diré nada. ─Sunghoon hizo que Sunmi volviera a sentarse─. Pero, mi silencio te costará un poco.

─¿Qué quieres?, ¿dinero? Bien, te doy la mitad de lo que consiga en la semana.

Park volvió a reír y negó con su cabeza. ─No, no quiero tu dinero.

─Mierda, Sunghoon. ─la pelinegra frotó sus ojos con desesperación y en segundos, regresó su mirada al chico─. ¿Qué es lo que quieres?

─Tu ayuda.

Sunmi frunció el ceño confundida, pero rápidamente entendió lo que sucedía y sin poder evitarlo, ella rio con incredulidad.

─¿También tú quieres ser su novio? Vaya, es sorprendente hasta dónde pueden llegar por la simple atención de una chica.

La paciencia de Sunghoon se acabó por completo al escuchar aquellas insolentes palabras. No comprendía del todo porqué le molestó tanto, pero algo dentro de él le decía que Sunmi únicamente había dicho la verdad. Sunghoon era uno de los tantos pretendientes que Jae-Eun tenía, era un chico simple, un chico que no lograba destacar.

─Cállate, estás ganando que próximamente tu secreto se divulgue por todo el colegio. ─amenazó el castaño apuntando con su dedo índice a la pelinegra.

─Regresemos al tema. ¿Por qué quieres mi ayuda?

─Yo quiero acercarme a Jae-Eun, quiero que ella me conozca. ─Sunghoon sonrió─. Y tú, siendo su amiga y confidente, me dirás qué hace, cómo es, sus gustos.

─Espera, además de tu boca cerrada, ¿qué gano con esto? ─Sunmi se cruzó de brazos, levantó ligeramente una de sus cejas y miró con frialdad al chico.

─Te daré el triple del costo original.

La seguridad con la que Park hablaba, hacia dudar a la chica. Una parte de ella le decía que era un mal trato, que tal vez era mentira y que, al conseguir lo que él quiere, la botaría como si fuera basura; pero otra parte de ella le decía que aceptara, era una gran oportunidad que no podía dejar pasar, más ahora que necesitaba con urgencia de ese supuesto dinero.

─No lo pienses tanto. ─dijo Sunghoon como si lograra leer la mente de Sunmi─. No miento, no estoy jugando.

La pelinegra suspiró. ─Trato hecho, pero si en algún momento no me das el dinero, olvídate de mi y Jae-Eun.

Park rio, y con una sonrisa desdeñosa, asintió lentamente.

─Perfecto, trato hecho.

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