Ella era menor. Él era mayor.
Ella tenía popularidad. Él tenía mala reputación.
Ella no cree en el amor. Él solo rompe corazones.
Ella adora los problemas y él sabe cómo buscarlos.
━━ Libro (primera temporada) terminado.
━━ Por favor lee el intro an...
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Después de toda una tarde llena de emociones inexplicables y de un estresante trabajo por escoger los colores y estilos adecuados para lograr verse decentemente. Jae-Eun tragó el duro en su garganta, exhalando todo el aire que retenía en su pecho con tal de reprimir sus llantos ahogados. Deseaba que sus padres ni su hermana la hubieran escuchado, pero lo dudaba luego de haber visto que Jaesun se encerraba en su habitación tras dar un portazo, por otro lado su madre salió al jardín acompañada de algunos pañuelos y sus sollozos se apagaban a medida que se alejaba. La joven quería escapar en ese instante, irse lo más lejos para nunca volver pero, esa opción le parecía lo más impulsivo que podría hacer así que quedaba completamente descartada.
Por último, Jae-Eun tomó su lápiz labial y aplicó un poco en sus labios. Analizó su reflejo en el brillante espejo frente a ella y no pudo evitar sentir una sensación amarga de melancolía, de incomodidad pero, al mismo tiempo, sentía que una fuerte presión en su pecho iba desapareciendo e igualmente sus ojos volvían a poseer ese peculiar brillo que ni siquiera se había percatado de haberlo perdido. Por fin la tormenta que carcomía su mente durante tanto tiempo se estaba disipando, sin embargo, ¿a qué costo?
Le gustaría decir que ahora su vida volvía a ser normal, o al menos volvía a retomar el rumbo al que estaba acostumbrada. Ya no le importaba sí su padre le daba atención o cariño, Jae-Eun decidió que no le rogaría a ese hombre nunca más y es que después de escuchar sus frías palabras en aquella acalorada discusión, le quedó claro que para él ya no existía más su hija. Aunque la ojiazul debía admitir que la posibilidad de que su hija menor, quién según sus palabras hace años era la luz de sus noches, dejó de existir para Jaeyang y únicamente cumplía con su responsabilidad de padre por obligación. Tal vez su padre solo la veía a ella y a su hermana como un método de presumir y aumentar su ego con cada logro que conseguían, sin importarle cuánto se hayan esforzado.
Por otro lado, el característico sonido del celular de la joven notificándole de un nuevo mensaje interrumpió sus pensamientos. Su vista se fue automáticamente hacia el dispositivo y al instante, luego de desbloquearlo, el mensaje de Sunghoon fue lo primero que apareció.
