Capítulo 26

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Gracias, los amo!

Mark

—Libott está yéndose del país para refugiarse debajo del ala mayor.

—Le hice a Thomas una oferta que estoy seguro no va a rechazar, él nos dirá cuándo planea volver Víctor.

Gabriel asiente, contemplando los papeles que tiene en el escritorio de su oficina.

—¿Y la chica?

—Hoy se comunicó conmigo para pedirme el dinero. Gordon anda preguntando por ella, al parecer desapareció de su mapa también —pienso un segundo antes de volver a hablar—. No le dije nada sobre que ella terminó su misión, pero estaba pensando que podríamos darle el dinero a su jefe, y decir que la chica desapareció cuando nos dio lo que queríamos. Mientras Gordon la busca, nosotros se la damos a Thomas.

—Suena bien, pero ¿Estamos seguros de querer dársela al niño? —Levanta esos ojos verdes hacia los míos—. Es muy probable que se escape.

Sonrío.

—Ese ya no va a ser nuestro problema.

—Lo va a ser si ella se libera y decide vengarse porque la hayamos traicionado y vendido como traidora a Gordon —pasa una mano sobre su cabello castaño.

—Si eso sucede, le damos un trato difícil de rechazar —Gabriel eleva una ceja de forma curiosa—. Ella se fue del radar de Gordon porque no le gusta seguir órdenes, tú quieres destruir a ese hombre... Si se escapa, como forma de disculpa de nuestra parte, nos aliamos para destruir a nuestro enemigo en común.

Se levanta con expresión calculadora, va hacia el bar y se sirve una copa, me ofrece pero la rechazo. No se me da bien desayunar alcohol.

—Ella es una asesina que fue entrenada para trabajar en la agencia, por más odio que le tenga a ese hombre, no va a ir contra lo que le enseñaron desde niña.

Tiene un punto.

—Desde niña le enseñaron que todo y todos tienen un precio. Tal vez la venganza sea el suyo.

—Si no funciona, en el momento en que se le escape de las garras a Thomas, la eliminamos.

Asiento.

—Ve a preparar las cosas para la trampa de esta noche. Lleva a cuantos sea necesario, y no la subestimen que ella ha sido entrenada para cualquier escenario.

—¿No vas a venir hoy?

Niega volviendo a sentarse detrás de su escritorio.

—Tengo una junta con los europeos.

Me levanto con su seña y salgo del despacho.

En la puerta me espera Ismael, estuve intentando entrenarlo, con mejores técnicas que las que la calle enseña, pero es duro y terco para cambiar sus formas.

Si lo llevo hoy, la peliroja me lo hará puré en un segundo. Aunque es chico, tal vez si ella le da una pequeña paliza, su ego se sienta tan ofendido como para poner atención a las cosas que le enseño.

—Prepárate para esta noche, tenemos una misión.

Intenta ocultar la sonrisa de su rostro, pero el brillo de emoción hace que una punzada de culpabilidad arrase mi pecho.

Suspiro.

—Asegurate de no terminar muerto. A las seis nos encontramos en el salón de municiones para que yo les explique el plan.

En La Sangre  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora