Alexandra.
Siento mi cabeza pesada, colgando y forzando mi cuello a estar en una posición antinatural. Puedo sentir mis hombros acalambrados y mis brazos tirantes, pidiéndome que les de un descanso.
Abro los ojos recordando las pequeñas agujas que se clavaron en mi piel apenas puse un pie fuera de aquel bar. Ahora estoy...
¿En dónde mierda estoy?
Un... ¿Matadero?
Hace mucho frío, mi piel se siente congelada, y puedo ver el vapor que mi boca o nariz larga cada que exhalo. El traje me hace conservar un poco de calor, pero mis manos están duras y casi no las siento. Trato de no respirar muy profundo, los golpes que los hombres de Mark me dieron todavía están impresos en mi cuerpo,y el frío me contrae los músculos provocando dolor en mi tórax..
Estoy colgada por cadenas a un gancho carnicero, como si fuera el cuerpo de los cerdos que me rodean ¿Estarán todos muertos? Mis cadenas hacen un ruido metálico que rompe con el silencio mortal que predomina en el lugar, tengo las piernas atadas también, una contra la otra sin poder separarlas. No puedo ver nada más allá de dos pasos de distancia, las luces están apagadas, pero puedo sentir el olor a sangre y humedad que reina.
Uno de los cerdos a mi lado, está colgado de sus patas traseras y tiene en su cuello una cortada que todavía libera gotas de sangre, que caen en un balde en el suelo. El otro, a mi izquierda, se encuentra sin piel ni grasa y cortado por la mitad, es solo una media res.
Eso explica el frío.
¿Estoy en un freezer otra vez?
Intento balancearme para sacar la cadena del gancho, pero lo único que consigo es estampar mi cara con el lomo del cerdo colgado frente a mi. Las cadenas son muy pesadas para moverlas.
Decido quedarme quieta, conservando energía para cuando alguien venga. Si mi enojo podría calentar las muñequeras de las cadenas, ya me habría liberado ¡Sabía que era una trampa! ¿Por qué carajos tuve que ir?
Cierro de nuevo los ojos y me dejo ir en mi mente, no quiero sentir el dolor en mis brazos, no quiero sentir el tirón en los músculos de mi tórax ni el ardor de mis muñecas por la fricción entre el metal y mi piel.
***
Inhalo con fuerza y abro los ojos debido a la impresión del agua chocando contra mi cuerpo.
Jadeo debido al maldito frío.
—Todo un bastardo, Aaron —exhalo controlando los temblores de mi barbilla.
Veo su estúpida sonrisa.
—Tal vez —se encoge de hombros despreocupado—, pero él es peor —señala con su mandíbula a Thomas, parado a su lado.
Ambos están bien abrigados, los hijos de puta. Lo que daría por sus camperas. O por largarme de aquí, lo que venga primero.
—Thomas, cariño, tanto tiempo —le sonrío coqueta—. ¿Vienes por otro beso?
Disfruto ver cómo aprieta su mandíbula y sus puños.
—Estoy en desventaja aquí...
—¿Recién te das cuenta? —lo interrumpo.
—Sabes mi nombre, pero no sabemos el tuyo —termina, entrecerrando los ojos.
—¿Saberlo cambiará algo? ¿Si te lo digo me dejas ir?
—Tu nombre, ahora —ordena Aaron.
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En La Sangre ✔️
AksiyonLe robaron su pasado, su nombre. La abusaron, entrenaron y convirtieron en su marioneta desde los trece años, cuando la metieron a una brutal academia de asesinos. Ahora que se graduó, el mundo no está preparado para el peso de su furia, que ardan...