Doble actualización porque quiero JAJAJAJ
Disfruten!!
Alexandra
Llegar a casa no me proporciona la calma que necesito, pero el pequeño aparato atado a mi cinturón es un peso reconfortante. Lo tengo, finalmente tengo a Gordon. Bueno, no voy a cantar victoria todavía, pero... Es lo más cerca que estuve hasta ahora.
Llego a la cocina y con paciencia comienzo a acomodar la comida en los gabinetes. Fue extraño ir a un supermercado, tomar un carro para agarrar cosas y ya, algo tan simple y tan nuevo para mí.
Pero basta de pasar hambre, no todas las cosas son sanas pero al menos es mejor que el alcohol. Así que con ganas de sentarme a investigar la información que me dio Aaron, agarro el pote de helado de chocolate y me tiro en la cama.
Todavía tengo sangre seca en mi cuerpo, mi habitación es un desastre por mi ataque y por descubrir que el pendrive no estaba. Pero ahora no me importa, ahora solo quiero... existir.
***
—¿Qué demonios hiciste? —el gruñido de Mark solo me hace sonreír.
Me paso las manos por mis ojos, intentando sacarme el sueño.
—¿Buenos días, no? —lo pico.
—Son más de las nueve de la noche, niña —puedo imaginar su rostro exasperado, qué divertido.
¿Dormí todo un día?
Bueno, después de haber gastado más de seis horas quieta, sentada y bostezando para espiar a los guardias, necesitaba reponerme.
—Buenas noches, entonces —me río levemente.
Borro la sonrisa y frunzo el ceño, ¿Estaré bien? ¿Bromeé alguna vez de forma tan suelta, sin nada mordaz detrás?
Lo oigo suspirar.
—¿Qué hiciste? —repite, más calmado.
—No sé de lo que hablas.
—No te hagas.
—Qué aburrido —ruedo los ojos—. Sí, llamé a la policía. Sí, tal vez tramé algo...
—¿Algo como...?
—Mark, Mark... Tú no compartes tu agenda, yo tampoco. Pero te paso la dirección mañana a la noche para que podamos planear lo de Gordon.
Le cuelgo, sin quitar la sonrisa de mi rostro. No es que no tarde en enterarse, si los policías hacen bien su trabajo, las noticias se van a inundar con los hechos.
Después de haber dormido tantas horas, me siento un poco descansada. Aunque la frustración me envuelve al ver el desastre que me rodea.
Vivo sola ¿Cómo tengo tanto desorden?
Paso mis manos para acomodar mi pelo pero me detengo al ver la sangre seca entre mis dedos, tengo que bañarme. Me tiro de espaldas, para volver a acostarme y me tapo la cara con las frazadas.
Estoy tan malditamente cómoda, que no quiero salir de la cama.
Todavía duele, no es algo físico, algo que pueda curar, pero intento guardarlo, ignorarlo con la esperanza de no volverlo real.
Una cosa más que va a parar al baúl de cosas que no quiero enfrentar.
Ojalá fuera igual de sencillo matar las emociones que matar a alguien.
***
Unos golpes en la puerta me sobresaltan. Mierda, volví a dormirme.
Abro los ojos de forma rápida y, delicada, salto de la cama para buscar mi arma. No me fue muy bien la última vez que alguien descubrió cómo pasar mi sistema de seguridad.
ESTÁS LEYENDO
En La Sangre ✔️
AksiLe robaron su pasado, su nombre. La abusaron, entrenaron y convirtieron en su marioneta desde los trece años, cuando la metieron a una brutal academia de asesinos. Ahora que se graduó, el mundo no está preparado para el peso de su furia, que ardan...