.Capitulo 25.

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El silencio abrazaba el ambiente de la madrugada, las estrellas brillaban con flúor iluminando con una determinación tenaz, la tranquilidad acariciaba lentamente el cuerpo, todo era acompañado con la presencia de dos chicos y dos botellas.

—Me supera la situación, ¡De nuevo! La muerte de Gustabo; Volkov y su te amo, es broma no; La aparición de mi sobrina Amelia con el regalo de un navajazo de su parte; que la hija de puta de Margaret me abriera los puntos... —usaba un tono cansado pero con furia.

—Al menos lo de los puntos ya fue solucionado —dijo el doctor muerte intentando reconfortarle —, Y lo de el comisario Volkov... realmente no se bien que ocurre...

—Que es bipolar —exclamo ofendido —, un día me quiere, otro me ama y al siguiente ni me quiere ver, ¿¡Tú eso lo ves normal!? Por qué yo no.

—Oh... —murmuro algo apenado por el chico posando una mano en su hombro —, debe ser difícil estar con un hombre tan frío, por que conociéndote, debéis chocar demasiado.

—¡Joder si! ¡Demasiado! —grito lo ultimo, soltó un suspiro —, pero no importa, él será mi pasado. Pasado pisado —dijo acercando la botella de Vodka rojo a sus labios, pero antes de qué bebiera la aparto bruscamente —, ¿¡Pero sabes lo que me jode...!?

Un zumbido interrumpió las quejas cansadas del pobre chico de la cresta, este tomo el teléfono que reposaba a un lado de este, en la pantalla se divisaba un nombre;

Volkofff.

Puso los ojos en blanco mostrandole la pantalla al tatuado —. Contesta —dijo obvio.

—Veras que me dice algo del trabajo —dijo aburrido pulsando en el dibujo verde, contestando la llamada —, ¿Comisario, ocurre algo?

Si, no comprendo el informe que usted ha realizado sobre las multas y denuncias que usted ha hecho y atendido —dijo una voz ronca tras la linea.

Horacio aparto el teléfono y miro a Claudio —. Lo que decía, sera capullo —susurro riéndose un poco, volvió atender la llamada carraspeando —, ¿Qué quieres que te diga exactamente?

¿Podría venir y explicarme?

Horacio frunció la mirada mirando la hora en su reloj —, ¿Ahora? —pregunto confundido al ver que eran las once de la noche de un domingo.

Sí.

—¿No puede esperar a mañana? —pregunto obvio. Volkov tomo una larga pausa de unos segundos.

No.

—¿Tan importante es comisario? Me encuentro ocupado.

Venga, es urgente.

Horacio de nuevo frunció aun más su ceño —, de acuerdo, iré a comisaria, en cinco estoy allí.

Me encuentro en mi piso, no tarde.

—¿Cómo que en su...? —no pudo seguir protestando pues la llamada fue colgada.

? —no pudo seguir protestando pues la llamada fue colgada

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Cap en breves, por no haber publicado a tiempo este. 

one beso.

By:NGA.

Ámame. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora