.Capítulo 1.

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.INTERROGATORIO.

Para que podáis entender un poco más, nos remontarnos justo cuando Volkov interrogó a todas las personas con las que estuve el día de mi desaparición.

—¿Qué hiciste la noche del 14 de mayo de este año? —interrogó el ruso observando fijamente.

Todos dijeron la verdad, como para no decirla, el ruso estaba hecho una furía al igual que el intendente Jack Conway.

—Yo... Estuve todo el entierro con Horacio, cuando terminó me dijo que se iba... Debí haberle seguido...

Todos menos cierto mexicano.

—Pos' wey no mame, claro que le vi y estuve con ese joto, era el entierro de mi compa no manches —dijo obvio el ruso —. Solo le acompañe al entierro y me quedé con él y Segismundo. No se más de ese joto.

Emilio me protegió ante los ojos de la ley, en ningún miembro dijo mi paradero, ni nada por el estilo.

—¿Viste a Horacio después del entierro? —pregunto aburrido. Había hecho tantas veces esa pregunta con la lista respuesta negativa.

Todos decían lo mismo, lo vieron en el entierro y nada más, eso le desesperaba al ruso.

—Yo... Cuando terminó el entierro me ofrecí a llevarle a casa... —Volkov ocultó su sonrisa, era la primera persona de casi veinte que si había estado con él después del entierro —. Una cosa llevo a la otra —dijo incómodo el doctor, sacándole una mirada de pocos amigos por parte del ruso, más este no la captó —. Cuando amanecí, Horacio no estaba, estoy acostumbrado muchas veces hacia eso cuando... Bueno ya sabe compartíamos cama. No pensé que desaparecería después de haber dormido conmigo.

Mi desaparición dió un largo tema de conversación, por la comisaría, las calles e inclusive por Twitter, mi nombre estaba en boca de todos, y claro, un tema tan hablado tenía que haber rumores. 

“Seguro que se ha suicidado”, “No podía ver al ruso después de que me diera calabazas”, “El intendente le había expulsado de la ciudad.”

Demasiados rumores de distintas historias y sucesos, pero todos tenían algo en común, eran completamente falsos.

Como bien sabéis y habéis entendió hasta este punto de la historia, yo me fui por mi propio pie en busca de despejar mis pensamientos más oscuros.

En dicho interrogatorio el intendente y Volkov lo celebraron, con una copa de whisky y Vodka, habían tenido un gran avance, lo que no sabían es que era lo único que tendrían a partir de esa revelación del doctor.

—El único que vio a Horacio después del entierro fue Claudio, pero según dice se despertó y él ya no estaba en la casa —dijo pensativo el ruso reescuchando las grabaciones del interrogatorio con suma concentración.

—Tal vez nadie le vio marcharse —objeto el de la barba poblada.

—Eso creíamos, pero cuando interrogamos a los vecinos de Claudio, una señora aseguró que veía salir de la casa un chico con cresta, este salió y fue ha hablar con un hombre, seguido de eso se montaron en el vehículo y se marcharon, el hombre iba completamente de negro, es decir, también venía del entierro y fue aposta a buscarle a las tantas de la mañana.

—Entonces eso significa que lo tenía todo planificado ¿No?

No en ningun momento planifiqué eso, más bien la idea me vino después de levantarme en la madrugada, había tenido una pesadilla con Gustabo, así que decidí llamar a Emilio y este me dio ese consejo, que tome.

—Podemos tomarlo como una opción de que ya lo tenía planeado —suspiro resignado el ruso.  

Mentiría si dijera que no extrañaba a el super y su mal carácter, los abrazos del ruso, la compañía de Greco, los malos chistes de Emilio o las tardes con una botella de ron a carcajada limpia con Segismundo.

Extrañaba esos momentos, demasiado diría yo, pero tenía que irme, la comisaría, mi departamentos, las calle... Todo me llenaba de recuerdos que me habían llorar de manera ahogada.

Me quemaba despertarme y no verle junto a mi.

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Ámame. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora