(Solo quería compartir esta preciosa canción, descripción de Gustabo en estas tres o cuatro palabras, la amo, la mujer aporta amor, dolor... El hombre aporta la ruptura de su alma, el sufrimiento. La amo.)
No sabía en qué punto había bebido y bebido hasta perder la razón de sus acciones, tampoco supo en que momento llegó al lugar más deprimente para él, el cementerio. El dolor de su pecho le había mandado ahí, Horacio tenía miedo.
No era el miedo a la oscuridad, ni tampoco a la muerte.
Tenía miedo a la realidad. Miedo a la dura realidad que su hermano le había ocultado por tanto tiempo protegiéndole de todo, Gustabo quería conservar a su ingenuo hermano, Gustabo no quería que se convirtiera como él.
—¡Necesitas ayuda, Gustabo! —sollozo al ver la masacre que había hecho su hermano con su cara pintada de payaso algo corrida la pintura con sangre —. Entiendo que nos quieres proteger pogo, pero así no me proteges, solo nos haces daño, me haces daño —lágrimas cayeron de sus ojos deslizándose por su rostro asustando —. Para, por dios, para golpeó con suavidad su pecho con los puños cerrados —. No quiero huir siempre, no quiero estar con el alma hecha trizas toda la vida. Quiero ser feliz, quiero enamorarme sin tener la preocupación o el miedo de que tal vez me tenga que ir corriendo del país sin dar explicaciones. Quiero una vida, quiero vivirla. Por favor, llevo toda la vida sufriendo, solo quiero... Ser feliz.
De acercó a la lápida y con la llema de sus dedos la acarició.
Gustabo García. 33 años.
Subinspector.
“¿Otra vez llorando visitandome? Solo soy un cuerpo inerte, yo ya no escucho, estoy muerto.”
Apretó sus labios evitando sollozar —. Joder con el alcohol, me hace unos cambios de humos brutales sonrió sentándose junto a la lápida apoyando su hombro en esta —. Se que esto te parece una gilipollez y que como bien decías no escuchas una mierda. Pero vamos a finjir que si, ¿Vale? —sonrio mirando las estrellas, el cielo estaba completamente despejado —. Extraño contarte todo, extraño tus consejos de mierda, te extraño —sonrio una vez más negando con la cabeza —. ¿Sabes? Me he vuelto a enamorar, osea, me he vuelto a enamorar sin tener miedo, miedo al rechazo, miedo a tener que olvidarlo corriendo. Gustabo no tengo miedo. De lo único que tengo miedo es llegar tarde, ya sabes Conway me pegará —se rió cogiendo la botella de son que había traído por la mitad —. ¿El viejo también te visita? Estoy seguro que si, el te extraña con toda su alma —tomo una pausa —. Y Greco... Se rehúsa a rehacer su vida. Todos los que se acercan con dobles intenciones dice que está en una relación. Aún no está listo para dejarte ir Gustabo, ni él, ni papu, ni yo —aflojo el tapón y con un golpe con el dedo lanzó el tapón lejos —. ¿Sabes que tienes una foto to' guapa en la comisaría? Buah, terrible, pareces un narcotraficante con uniforme de policía —se mofo —. Siempre tenías la misma cara sería y fría por mucho que brindaras. Oye... Siempre quise preguntar algo, ¿Fuistes infeliz por mi culpa? ¿Fui yo quien creó ese dolor en tu alma?
—No —se escuchó una voz sería, Horacio alzó su mirada encontrando con unas gafas de sol, este le quitó la botella de ron y se sentó al otro lado el la lápida apoyando su hombro como Horacio —. Usted le hizo feliz, era su cordura. Usted controlaba una parte de él que jamás me quiso decir, sé con exactitud qué no se hubiera arrepentido de dar su vida por usted. Así que no piense así. Porfavor... —el barbudo pegó un trago de la botella.
Unos largos minutos, con la sinfonía de los árboles azotando las ramas anaranjadas haciendo que algunas cayeran, los grillos y búhos cantando hacienda todo la ameno y tranquilo, las farolas del cementerio no alumbraban mucho, dando una sensación pacífica y tranquila — Asi que siempre desapareces aquí —rompio el hielo Horacio.
—¿Y dónde quieres que estuviera, si aquí siento que está mi hogar? —Greco sonrió mirando a la luna —. Aquí me siento protegido como un niño en el regazo de su madre —tomo un pausa de unos segundos —. Se que aún no puedo dejar ir a Gustabo, y es egoísta, pero Horacio, no puedo, no puedo, simplemente no puedo.
Greco de un ser de luz, pero en esa luz también habían sombras.
—Él te amaba aunque no lo dijera —suspiro Horacio —. Sabes que el hubiera querido que...
Sombras que con el tempo confundieron a Greco. Realmente le extraño.
—Lo sé —susurro girando su rostro obsesionado a Horacio, le sonrió —. ¿Qué pasaría si Volkov muriera? —el corazón de este se comprimio —. Morirías con esa persona, pero de una manera peor, pues Volkov descansaría y tú estarías sufriendo en vida.
—Le extraño —susurro.
—Le extrañamos —corrigió.
Te extraño ya no es solo por Gustabo.
✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨
Me volvió a subir a 39, pero bros, no problem, sigo viva. No estoy como Gustabo. JAJAAJAJ.
Les sugiero que se pasen por mi Twitter.
@Soy14n.g.a54. para tener un contacto más de tu a tu. Ya tu sae' 7w7.
¿Qué les va pareciendo la historia?
Un beso.
—N.G.A
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Ámame. VOLKACIO.
FanfictionTodo empezó cuando vi por primera vez su sonrisa, era preciosa, pensaba que él ni siquiera sabía que era eso, pero para mi sorpresa me sonrió de manera amable. Ahí empecé a sentir cosas que ni yo podía controlar, ¿Por qué? Por qué cuando un trozo de...