.Capítulo 3.

2.7K 334 109
                                    

.HOLA DE NUEVO.

Todo iba bien, papu me despertó, desayunamos juntos y fuimos juntos al trabajo, ¿Problema? Yo era el problema, observaba las puertas de la comisaría con un nudo en la garganta, estaba en los suelos.

Mi pensamiento era "¡Vuelve a huir! ¡No estamos listos!", más mi yo interior me gritaba "¡Los problemas nos los comemos, entra hostia!"

Sinceramente casi me decanto por el primer pensamiento, estaba apunto de acatarlo, pero gracias a Dios Greco me salvó de esa mala decisión.

-Vamos hombre apartesé -exclamo exasperado alguien tras Horacio, este se giró encontrando a Greco -. Joder ¿Horacio? -exclamo impresionado, el chico le sonrió nervioso -. ¿Es usted de verdad? -dijo sorprendió, Horacio asintió, Greco abrazo al chico -. ¿Por qué no entra?

-Yo... -murmuro cuando se separó del chico -. No lo sé realmente -se sincero -. Tal vez debería de irm...

-¿Pero cómo se va a ir, eh? ¿Es usted tonto? -dijo Greco seguido de eso paso la mano por los hombros de Horacio y entro junto este a la comisaría, Horacio agradecía que le estuviera ayudando con ese momento tan doloroso.

Horacio puso la mano en el hombro de Greco, este lloraba apretando con fuerza la rosa, Greco se giró observando a Horacio, segundos después se tiro sobre este -. ¡No es justo! -bramó como animal herido -. ¡Hoy me iba a invitar una cena! Seguro que el cabron quería escaqueaese ¡Era mejor haber dicho que no y ya! ¡Cabron!

Greco abrió la puerta de los vestidores con una sonrisa orgullosa, algunos agentes observaban impresionados como el chico había vuelto, bajo los brazos del que alguna vez fue su cuñado -. Dese prisa, hoy se la pasará conmigo, era usted de suerte.

-Hoy solo puedo hacer papeleo, órdenes del viejo.

-¡Pues papeleo se ha dicho!

Greco odiaba hacer la parte ministratiba, siempre solía dejárselo a los alumnos, más este estaba determinado ha hacer esa parte que tanto odiaba junto con el chico.

Minutos después Horacio se cambió, una vez cambiado miró al espejo su figura.

-¡Pero buenoooo Horacio! ¡Te queda de diez el uniforme! -alagó con una sonrisa, Horacio le sonrió.

-¿¡Verdad que sí!? -Gustabo sintió de manera orgullosa.

Horacio suspiro tapando su rostro con ambas manos -. Vamos Horacio, recuerda que los problemas nos los comemos -se alentó en susurros, aparto las manos de su rostro y con determinación fue hasta la puerta, más al abrirla sintió que la puerta chico con algo, o mejor dicho alguien, quién había sido agredido contesta gritó:

-¿¡Pero qué coño está haciendo, imbécil!? -Horacio jadeo impresionado, el que había sido golpeado abrió la puerta de manera enfurecida, más su cabreo duro hasta divisar a su agresor -. Oh dios mío... -murmuro impresionado, Horacio se esperaba un regaño, una mala mirada, un insulto, pero lo que jamás se esperaría era un abrazo, un cálido abrazo del más alto -. ¿Es usted de verdad? -susurro.

-¿Por qué todos decís lo mismo al verme? -pregunto una vez se separó de este alzando su mirada observando su rostro -. ¿Quién más podría ser si no? -inquirió con ironía.

-Me alegro tanto de que este bien -susurro con una pequeña sonrisa -. Pensé lo peor -aseguró en susurro haciendo el amago de abrazarle de nuevo, más una voz le detuvo.

-Que bonito rencuentro, pero podrían detenerse un segundo, solo quiero ir por palomitas, es un buen culebrón y me niego a perdermelo.

El ruso se giró con una mala mirada, Horacio se asomó tras la espalda de Volkov observado a Greco -. Al final tendremos problemas, Greco. Le voy a bajar el rango por...

-Oh... Bajarme el rango -penso en voz alta, seguido de sonreírle -. Estaría preocupado, pero como compartimos el mismo rango solo me hace pensar en cómo lo hará, ¿Se la chupará a Conway para conseguirlo?

Horacio se incomodo de inmediato.

-¿Cómo consiguieron ser policías?

-Yo es que le como la verga a Conway.

Horacio se apartó de detrás de Volkov y sonrió de manera nerviosa -. Tengo trabajo que hacer -dijo haciendo el amago de salir, el ruso le detuvo.

-Oh, si quiere podría ponerse conmigo para...

-Tarde romeo... -vacilo con una sonrisa -. Hará papeleo conmigo, ¿Podrá vivir sin nosotros?

-¿Y usted se puede ir a la mierda? -se cruzó de brazos molesto.

Greco le sonrió -. Podría -admitio cogiendo del codo a Horacio -. Pero no me apetece -dicho eso empujó a Horacio fuera de los vestidores.

-Eres un cabron -dijo con una sonrisa Horacio, Greco le devolvió la sonrisa caminando juntos a el al recibidor de la comisaría.

-Lo soy -aseguro.

Cierto ruso salió del vestidor observando como Greco y Horacio se marchaban, se apoyó en el marco de la puerta suspirando con una pequeña sonría.

Horacio había vuelto, no era un secreto en la comisaría.

Pero al verdadera pregunta que azotaba la cabeza del ruso era: ¿Había vuelvo el realmente?

Ámame. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora