Hoy vengo a contaros el día en el que Greco se marcho...
Parecía que todo iba bien, Amelia solo sería encarcelada un par de meses, para que recapacitara un poco, y aun que no le gustó del todo la idea no se opuso, tan solo me agradeció de manera distante. Era consciente que entre ella y yo nada sería igual a cuando era una pequeña niña, pero aun que fuera consciente de ello mi corazón se rompía levemente ante la enorme distancias que había.
—No entiendo que ha podido suceder —dijo el de la cresta con voz temblorosa, arrugo el folio de manera inconscientemente —. Estaba... ¿Bien?
Aquella mañana, cuando fui a trabajar junto con el ruso, por qué por aquella época, él y yo estábamos mas cercanos que nunca, y con la excusa de que le iba de paso me llevaba. Recuerdo sentirme feliz, por que al fin note que todo iba bien, al fin sentía que todo estaba tomando su lugar.
Cuando llegue a la comisaría, el ruso y yo fuimos llamados, ni siquiera pude colocarnos el uniforme, algo que muy dentro de mi, me asusto.
Todo se fue a la mierda tan rápido como cruzamos el umbral de la puerta del despacho del superintendente Jack Conway.
El uniforme de Greco y placa reposaban sobre el escritorio de este.
Querido Horacio.
Soy consciente de que mi ida te habrá apenado demasiado, y que la frustración ante la situación tal vez te este superando mas de lo que puedes manejar. Lo siento, en verdad, lo siento demasiado. No quería irme de esta manera, intente buscar apoyo, en ti, Volkov, Conway... Y aun que vuestras palabras de aliento me hicieran dar una gran bocanada de aire fresco poco después volvía a sentirme ahogado. Supongo que conocerás esa sensación, ¿No?
Cuando murió Gustabo, una persona que amaba, y amo con tanta intensad, me destrozo tanto que sentía que él había muerto junto con otra parte de mí. Me refugie en el trabajo, asta el punto de dormir en comisaria, por que no quería, me negaba a volver al lugar donde compartí momentos tiernos y buenos junto él.
Luego llego Amelia, la hija de Gustabo.
Entre el dolor de su muerte, y el pasado de Gustabo viniéndome de nuevo creo que al fin termine colapsando.
Me voy, me voy por mi, para poder buscar el aire que me falta.
Para poder volver a reír sin sentir las ganas de llorar, sin sentir que la garganta tengo un gran nudo.
Me voy para poder vivir en paz y no con los recuerdos persiguiéndome.
Puede parecer cobarde para Conway y Volkov seguramente lo piensen e incluso digan, pero se que tu lo hiciste, y me entenderás.
Lo siento una vez más. Se feliz.
.Greco Rodríguez.
Sin darme cuenta él había estado sufriendo mas de lo que mostraba, y eso me mataba por dentro. ¿Podría haber hecho algo mas? No, imposible. Por mucho que hubiera hecho el seguiría sintiéndose de aquella manera y de un modo u otro le habría obligado de manera inconsciente a quedarse.
Ese día, entre llantos por mi parte, por que era consciente de que no le volvería a ver, entendí tres cosas.
La primera que una sonrisa o una carcajada no significa que estés bien.
La segunda que había sido valiente por dejar todo atrás, y que aquello no había sido un acto cobarde.
Y la tercera, no menos importante, pude haber hecho algo pero no habría servido de nada. Estaba orgulloso, muy en el fondo, de que pudiera despegar las alas y buscarse una nueva vida, fuera del tormento de sus recuerdos, fuera de la rutina, fuera de la esperanza de que todo era una pesadilla y que en algún momento todo volvería a la normalidad.
Ese fue el día del que algunas veces hable.
Ese fue el día en el que Greco Rodríguez desaparecio de nuestras vidas.
Epílogo con 10 comentarios.
Habrán tres extras.
Espero que les haya gustado. Esta historia fue hecha con amor, aun que fue olvidada le dí mucho cariño.
¡Nos leemos en el epílogo!
Un beso.
By:N.G.A
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Ámame. VOLKACIO.
FanficTodo empezó cuando vi por primera vez su sonrisa, era preciosa, pensaba que él ni siquiera sabía que era eso, pero para mi sorpresa me sonrió de manera amable. Ahí empecé a sentir cosas que ni yo podía controlar, ¿Por qué? Por qué cuando un trozo de...