.Capítulo 9.

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La canción ponerla cuando os diga, pero si queréis primero verla, leer la traducción y luego ponerla cuando diga, una vez dicho esto comenzamos, de una chorvo. Aunque bueno no es importante en la historia la canción, solo es para darle ambiente a una escena pequeña.

—Joder Horacio, ¿Seguro que estás bien para salir? Es un buen golpe —murmuró el doctor que estaba entre las piernas de este limpiando con un algodón la herida de su nariz.

—Si no salgo estaré mucho peor, ¿Quiéres que este peor? —hizo un puchero.

No mentía, esa noche enlazo todo, mi alma se desahogó esa noche.

Horacio sonrió entrelazando su mano con la de Claudio haciéndole correr bajo la lluvia hasta el porche de la casa. La puerta de la casa estaba abierta dejando que la música a todo volumen saliera de ella. De esta entraba y salía gente hasta que se percató de una figura, está caminó hasta estos —. Me alegra que halla venido, joto supremo —sonrió extendiéndole su mano, este soltó la del doctor y le dio un brusco apretón manos seguido de una palmada en la espalda —. Espero que la pasen bien, luego les busco, disfrute la noche doctorcito —y con eso camino al jardín sin miedo a mojarse. Horacio le hizo una señal de entrar.

Alcohol, marihuana, sustancias poco legales, música a todo volumen... Todo ocasionaba desastres en los santos por separado, ¿Pero y todo junto? Todo junto era el resultado de una pelea con navajas en el jardín, gente haciendo un acto privado en el baño, gente gritando y lanzando cosas.

El alcohol había hecho que Horacio se descontrolará, bailaba rienose de manera pegada con el doctor, Claudio están igual que Horacio o tal vez un poco mejor —. Deberíamos irnos Horacio —el aliento alcohólico choco de lleno en el cuello de este, Horacio sonrió enterrando sus dedos en su pelo.

—Se está muy bien aquí —hablo de manera infantil, no quería volver a su día a día, no aún. Vio un hombre alto de pelo gris, sonrió separándose del doctor —. No te muevas —corrió hacia el pequeño escenario/tarima donde el “DJ” ponía la música, Horacio se subió a esta llamando la atención de alguno y susurro algo al hombre que ponía la canciones.

(Poner el temazo super nenas)

El doctor vio como horario cantaba y bailaba mirando hacia una dirección en concreto, este no hizo caso y solo se centró en intentar bajarlo, más Horacio le hizo subir y bailar con este mientras cantaba aquella camión, sin dejar de mirar a la ojos azules.

Horacio sonrió quitándole la copa al que estaba abajo de la tarima, pegó un trago y alzó sus manos moviendo sus caderas gritando como un niño.

—¡Hey from police man! ¡I don't want trouble! —rio aún más bajando la mirada observando que el pelo gris ya no se veía en el mismo lugar, barrio la mirada por la gente viendo que la figura de dos metros era acompañado de el barbudo, iban de camino hacia la tarima. Horacio sonrió una mano en su vientre y una pequeña risa en ronca en su oreja.

—¡Hacia tanto que no me divertía! —exclamó, miró hacia arriba apoyando su nuca en el hombro del doctor riéndose como tonto. No sabía que había tomado para ser sinceros pero su cuerpo esperimentaba la debilidad y la adrenalina juntas.

—¿Nos divertimos más? —sururro, el doctor sintió, este se separó y bajaron de la tarima, al bajar Horacio tiro una copa —. ¡Cuidao' payaso! —grito el de cresta. El hombre se giró enfurecido.

—¿¡De que coño hablas maricon de mierda!? ¡Pagame la copa! —grito.

—Decepción. Asco. Eso das.

Los ojos de Horacio se nublaron lanzándose sobre el hombre pegándole un puñetazo, la música sonaba agresiva con los pequeños gritos de la gente —. ¡Policía las manos donde las veamos! —grito Volkov cerca de donde había empezado la pelea sacando su arma. Greco agarro a Horacio evitando que siguieran.

—¡Ya te pillaré maricona! —grito forcejeando del agarre que le tenía el doctor.

—¡Suéltame Greco que lo mato! —grito Horacio aciendo el amago de con la pequeña navaja, que había sacado de su bolsillo, clabarsela al hombre que había osado llamarle de esa manera, Greco abrió sus ojos alejándose más del hombre y arrebatándole el arma, Volkov se puso en medio de ambos sin dejar de apuntar a la gente.

—¡Apague la puta música! —grita el ruso, el “DJ” bajo las manos, que tenía en alto y apagó la canción que tanto le gustaba a Horacio y Gustabo.

(Aquí pueden pararla, pero vamos es un temazo.)

Dios, recuerdo ese día, ese día que chupe barrotes.

—¿¡Claudio me oyes!? —grito mirando la pared de manera perdida.

—Te oímos todos gilipollas —grito al que casi apuñalaba.

—Respete, respete si no quiere tener consecuencias, anormal —hablo serio el ruso.

El de cresta dejó caer la espalda tirándose al suelo, todo daba vueltas, de sentía débil, es más juraría que no podía mover ni un músculo —. ¿Bombón, tienes chocolate? —rio cerrando lentamente los ojos.

La celda fue abierta y unos pasos se escucharon llegar a él, el ruso se acuclillo y palmeó su rostro haciendo que abriera sus ojos —. Ojos dilatados y rojos, olor a alcohol, joder vaya mezcla, levántese —el de cresta volvió a cerrar sus ojos.

—No puedo, ¿Me levantas tu? —hizo un puchero sin abrir los ojos.

—No moleste Horacio, va, levántese.

—No es broma, no puedo —susurro, el ruso con un suspiro resignado posando las manos bajo sus piernas y espalda alzando lo como una princesa de cuentos —. ¡Hostia Volkov estoy volando! —exclamo riéndose abrazándole por los hombros evitando “caerse”.

—¿Volando? Volando le dejaré cuando sea consciente de todo y le mate a porrazos —se quejo de manera sería.

—Pero si ya estoy muertooo —sonrio como un niño abriendo sus ojos —. ¿Como vas a matarme, si mori cuando le mate?

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Me flipa como en ese mini segundo Horacio reta a Volkov con la canción. A ver pega mucho con ellos (o Gustabo y Conway) y pues tenía que meterla aquí.

¿A quién mato?

Un beso.

—N.G.A

Ámame. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora