.Capitulo 22.

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Confundido, así debes de sentirte actualmente, "Gustabo es asexual" repetirás hasta la inerte posibilidad de que la narrativa se halla confundido, pero no siempre fue así, es decir, antes de descubrir nuestro lugar abrimos más de una puerta, cambiamos de millones de maneras, es más, vivimos en un constante cambio.

—¿Estás bien? —susurró apoyando su mano en el hombro de Greco, este estaba sentado sobre el pasto abrazando sus rodillas mirando el cielo estrellado —. Un consejo, está más a bajo, hace calor donde él está —bromea sobre el paradero de Gustabo.

Greco se rio con melancolía —. Estoy bi... —negó con la cabeza —. Siendo sinceros estoy como la mierda —admitió con una sonrisa entristecida, un jadeo salio de mis labios al ver como algunas lágrimas se precipitaban de sus ojos.

—Greco... —susurre con la pena y culpa juntas, estaba sorprendido.

Greco sonrio tristemente limpiando sus lágrimas —. Solo que...  —tartamudeo, dudaba de que pensar, decir u hacer, me mataba verle así —. Yo... joder, estoy enamorado casi de un desconocido. No se nada de él, ¿Por qué no sabia que tenia una niña? —se pregunto algo frustrado lo ultimo —, ¿Solo jugaba conmigo? ¿No le importaba? ¡Joder! 

Ha decir verdad no sabia nada de Greco, muchos decian que estaba muerto, otros que se marcho lejos, muchos rumores. 

—Greco, el te quería, mucho —aseguro posando una mano en su hombro —. Eras muy importante para él. Quiso contarte, pero no encontraba las palabras de hacerlo, ya sabes como es él abriendo su corazón... 

El silencio estaba junto a nosotros, pocas veces había visto al alegre comisario tan hundido.

—Greco... —volví a llamarle ante su silencio, ante sus lagrimas,ante el sufrimiento que estaba pasando en silencio.

—Quiero estar solo... —me pidió sin mirarme —, necesito pensar, solo quiero...

—Me iré —dije quitando la mano de su hombro dando unos pasos atrás —, pero aquí me tienes, cuñado.

Termine marchándome de aquel lugar, dejando a si a Greco el respiro que necesitaba e inconscientemente no le daba.

Greco dejo de mandarme cartas, y siempre me temía lo peor.

Puse los ojos en blanco deteniéndome frente la figura mas alta —. Aqui se encontraban... —murmuro el ruso.

—Eso parece —asentí caminando de nuevo, este al pasar por su lado me sujeto del codo, no me gire, no le mire. No quería ser débil ante su tacto, no de nuevo.

—Horacio... yo...

—Te perdono, ahora suéltame —me adelante interrumpiéndole. Mi voz era seria, demasiado.

Me miro con sorpresa —. ¿Cóm...?

—Volkov me ha dañado una y otra, y otra vez, estoy acostumbrado a que me rompas y te disculpes —sonreí con pesar, continué mirando al recto ignorando que aun me tenia sujeto y observante desde un lado —, te disculpo, no pasa nada —susurre, sonreí posando la mano donde Volkov me retenía, gire mi cabeza, nos mirábamos de cerca —. Tal vez tenga razón el mundo, tal vez tengas razón.

Sus ojos me observaban con un brillo —. ¿Razón en que Horacio?

—Que no sabes ni puedes amar —murmure decaído, el agarre de mi codo fue aflojándose poco a poco.

—¿C...cómo? —pregunto confundido.

—Como dijiste una vez, no somos compatibles... —no sabia que hacia, pero una parte de mi decia que era lo correcto, iba a soltar aquella cuerda que quemaba mis palmas —. Yo amo con intensidad, tu no sabes ni dejas que te muestre. Así que ganas, me riendo comisario Volkov —el agarre se soltó aun mas, liberándome —. Fuí feliz creyendo que le enamoraría. Gracias.


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Uwu. Uwu. XDXDXDXD.

Para el siguiente capitulo sea mañana tiene que llegar a 30 corazones o 10 comentarios. (Para comprobar si quieren seguir con esta historia)

Un beso.

By:N.G.A

Ámame. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora