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*Totalmente de acuerdo con la personita de arriba, Sukuna nunca podría llegar a experimentar "amor". Lo más cercano a ello sería interés, atracción meramente física o basada en el poder maldito de la otra persona. No está atado a nadie y más que una relación de pareja, Sukuna vería a su novia como una mascota o un juguete sexual, alguien con quien tener descendencia y "quitarse las ganas"*
—... Yo nunca dije que te amaba.—Sukuna miró con mueca de disgusto a la hechicera frente a él—. Te lo dejé muy en claro la primera vez... Solo me interesa la cantidad descomunal de energia maldita que acumula tu cuerpo, lo único que deseo de ti es un heredero.—
—Pero-
—El amor humano me da asco.—hizo un vago gesto con la mano—. Ahora largo, sabes que no me gusta que toques mi alma sin permiso. Yo te buscaré cuando quiera tomarte.—
____ tensó la mandíbula, intentando no llorar. Se sentía usada. Esas últimas semanas creyó que de verdad estaba logrando un cambio con Sukuna, que estaba abriéndose, teniendo mas empatía. Pero no era así.
Fui una idiota... Él es y siempre será un monstruo.
—... No puedo tener un hijo de alguien que no me ama... ¿qué tipo de familia le estaría dando?—____ miró molesta al demonio—. Búscate otra, Sukuna... Yo no seguiré con esto.—
Antes de poder decirle algo, la hechicera se retiró del lugar. Aquello irritó al demonio. No solo lo dejó con las palabras en la boca, sino también amenazó con no ser la madre de su hijo.
~•~
—Lo siento... ¿fue muy descortés?—Itadori miró preocupado a su amiga, quien le sonrió levemente.
—Es Sukuna, por supuesto que lo fue.—revolvió su cabello—. Pero no te preocupes, estoy bien.. Ya terminó.—
—Bueno, me alegra oir eso...—rascó su mejilla apenado—. En ese caso... ¿te gustaría tener una cita conmigo?—
—Yuu...—
—¿qué? Soy igual a él, pero mucho más simpático.—se defendió—. Ten una cita conmigo y verás, soy un buen partido.—
La chica rió.
—No soy alta, ni tengo un gran trasero como esa actriz que te gusta.—
—Mmmm... Solo por ser tú lo dejaré pasar... ¡auch!—Yuuji se llevó las manos a la cabeza apenas la mujer le dio un golpecito.
—Soy 4 años mayor que tú... No es posible.—
—¡Solo es un número!~
~Deja a mi mujer en paz, mocoso... ¿crees que se rebajaría a estar contigo?~
