°Kyojuro Rengoku°

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"Casi muero esta noche, ____…debo entrenar más, volverme más fuerte... Lo mejor será que terminemos."

Cuando el Pilar le dijo aquellas palabras a la espadachina, no pensó que desencadenaría en algo tan grande.

"Entiendo tu frustración, Kyo... pero terminar nuestra relación no solucionará nada"

Rengoku recordaba a menudo el suave tacto de la mano femenina en su mejilla aquella tarde.

"Si decides seguir adelante... no me negaré... Pero no volveré a ti de nuevo."

Pobre Kyojuro.
El rubio no entendió que la mujer iba en serio cuando decía aquellas palabras. Creía que ella se molestaría, sí. Lo ignoraría cuando se cruzaran en la finca mariposa, o incluso podría llegar a insultarlo en alguna ocasión. Pero no, lo de la usuaria de la respiración de la madera iba mucho más alla de eso.

Ella literalmente no volvió.

Cuando el cuervo de la mujer volvió sin ella de su última misión, informó su elección. ____ había renunciado a su vida como cazadora.

—Dejó ésto en casa de Urokodaki.—Kocho le entregó al hombre aquella nichirin marrón—. No sé qué hiciste, Rengoku... Pero ____ tomó una decisión muy extrema al irse así.—

El hombre sintió un horrible sentimiento en su pecho apenas tomó la espada. Esto no era lo que quería.

Debías odiarme... No abandonar a todos.

~•~

Tres años habían pasado desde que la mujer renunció a la organización.
En todo ese tiempo, Rengoku no dejó de buscarla y mucho menos dejó de arrepentirse de lo que hizo.

—Gracias por la ayuda, joven.—aquella anciana que Rengoku acababa de salvar le extendió una fuente de frutas.

—¡fue un placer, señora! ¡gracias por el regalo!—

—No fue nada... ¿sabes algo? Ahora que te observo mejor... Eres muy parecido a una niñita que conozco.—Rengoku la miró confundido.

—¿si?—

—Ese cabello tan rebelde y esa sonrisa tan encantadora, sí... Eres idéntico a la pequeña Ruka.—

Ruka...

—S-señora... ¿dónde vive esa pequeña?—

~•~

—... ¡delicioso!—

Aquella niña de escasos dos años comía a gusto un bao, mirando algo distraída las flores que danzaban con la brisa en un rincón del patio. Estaba tan absorta en su mundo, que apenas notó al hombre que se mantenía estático en la entrada de su hogar.

—¡wow!—rió emocionada—. Tu cabello se parece al mío.—

—Hola, pequeña...—Rengoku temblaba como una gelatina con cada paso que daba hacia la niña—. ¿está... está tu mamá en-

—¡Ruka! Te dije que comieras en tu silla, no camines con la boca llena de... salsa...—

El par de espadachines conectó miradas por unos interminables segundos, hasta que finalmente ____ reaccionó.

—Mami, mira. El señor se parece a mi.—

—Vamos adentro, cariño... Te dije que no hablaras con extraños.—

En cuanto la mujer tomó a la niña en brazos, Rengoku salió de su trance.

—¡e-espera!—siguió a ____, quien se encaminó hacia la casa—. ¿acaso ella es...? Qué digo, es obvio que es mía.—

~One Shots E Imaginas De AnimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora