~One Shots E Imaginas De Anime

Zuko (2/4)

*Largas semanas habían pasado desde el destierro, y a pesar de que Zuko extrañaba su casa, ____ se encargaba de que aquel barco se sintiera como su hogar*

—¿Es necesario?—

—Siempre estaré para protegerte...—

—Mi héroe.—

—Pero me sentiré más tranquilo si sabes defenderte.—

Zuko se puso en guardia, mirando expectante a la chica frente a él.

—Pero mi tribu es de simples nómadas, no peleábamos. Y de hacerlo, solo los pocos hombres que había lo hacían... Curar es lo mío ¿Lo olvidas? Eso y hacer té.—

—Vamos, ____. Sé que eres capaz de mucho más.—le sonrió—. Adelante, lánzame agua o cubitos de hielo.—

—Tampoco te burles...—

____ sacó un poco de agua del río, concentrándose en no dejarla caer. La verdad era que no estaba acostumbrada a manejar tanta agua, pues lo hacía sólo cuando hacía té y curaba heridas pequeñas.
arremetió contra Zuko, quien evaporó aquello sin mucho esfuerzo.

—Para ser el primer intento, no fue tan malo... pero para enfrentar a un maestro fuego necesitas mucho más.—

—... Sigamos entrenando.—

~•~

—General Iroh.—

El hombre regordete volteó al escuchar ser llamado, encontrándose con soldados de la Nación.

—¿Se les ofrece algo?—

—Venimos por la niña, la de la aldea Mizuna.—

Escuchar aquello no le hizo mucha gracia al hombre.
Se hacía una idea del porqué la buscaban.

—Ella es mi empleada.—

—Al señor del fuego le llegaron ciertos... rumores. Y teme que la niña sea mala influencia para el príncipe.—

—¿Tio?—un Zuko algo desconfiado se acercó al puerto, notando el tenso ambiente —. ¿Sucede algo?—

____ se acercaba sonriente, pero al ver a toda esa gente, se asustó.
Se paró detrás de Zuko por instinto, sintiendo que algo malo pasaría.

—Ella viene con nosotros.—

—¿Quién? ¿Yo? Pero no- ¡Oye!—

En cuanto unos soldados la tomaron por la fuerza, Zuko se exaltó.
Y atacó a los soldados.

—¡No la toquen!—

—Me temo que usted no tiene opinión aquí, príncipe... Ella viene con nosotros.—

El chico comenzaba a preocuparse, cuando cierto general conocido apareció entre los soldados.

—¿Por qué le preocupa tanto una empleada?—sonrió de forma maliciosa—. ¿Tanta estima le tiene?—

Iroh miró de inmediato a su sobrino, pues sabía de esa relación secreta que tenían.
Si el señor del fuego se enteraba de eso, no sería nada bueno.

—Es mi empleada.—intervino Iroh—. Ella prepara el té de cada día... Si se la llevan, no podré dormir bien.—

El general no le creyó nada.

—... nos llegaron rumores de una relación amorosa entre el príncipe y esta paria.—

—Eso no es cierto.—negó Zuko de inmediato.

—... En ese caso, no tendrá problemas en enfrentarla ¿Verdad?—el hombre sonrió—. Pensándolo bien, es una excelente idea... Pelee con ella, y yo se lo informaré a su padre.—