°Sukuna°

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—¿Mataste a las niñas?—

Sukuna levantó la mirada, sonriendo ampliamente al ver a aquella mujer parada en medio del andén.

—¿Las del celular? Si.—

Por el rostro molesto de la mujer, supo que la había cagado.

—Esas niñas solo querían liberar a su padre... Eres un imbécil.—

—¿A quién crees que le dices imbécil? ¡no me ignores, humana!—

____ se dirigió a las vías, comenzando a caminar en la completa oscuridad.

—Agradece que Itadori no me permite herirte bajo ningún término...—la vio tocar la pared, y un hilo de fuego se desplegó iluminando el camino.

—Aún si él no te lo impidiera, no serías capaz de hacerme daño.—lo miró de reojo mientras comenzaba a marchar.

—¿Y eso por qué? ¿No me crees capaz o-

—Porque te agrado... ¿O no?—le sonrió apenas.

—No te pases de confianza, humana.—a pesar de decir aquello con tono serio, no tardó en sonreír de forma socarrona.

—Hirieron mucho a Nanami, me gustaría sacarlo de aqui antes de que le pase algo grave.—la luz del siguiente andén comenzaba a verse.

—Pst.—Sukuna resopló con cierta molestia—. ¿Y pretendes que yo te ayude a salvar al tipo molesto de corbata?—

____ subió al andén, no había rastro de los hechiceros, pero si habían muchas maldiciones.
El lugar no tardó en iluminarse por completo de azul, incendiando todo a su paso.
Por alguna razón, Sukuna disfrutaba vislumbrar las invocaciones incendiarias de la mujer.

—¿Yuu tardará mucho en volver?—

—Apenas llego, humana.—

—Sabes que disfruto... conversar contigo... Pero necesito al niño.—volvió a la vía y siguió caminando.

—Me tienes a mi.—

—No eres de fiar.—respondió de inmediato—. Y menos cuando tienes otros planes... ¿Me equivoco?—

Sukuna sonrió, deteniendo su andar.

—Si prometes ser mi sirvienta, yo prometo que serás la única humana con vida cuando mi dichoso plan acabe.—

—Moriría en algunos años, no soy eterna.—

—... Yo podría cambiar eso.—

—¿Y ser una maldición baba o un molusco? No, gracias.—lo escuchó reír.

—Nunca cambiaría esa apariencia embriagante que tienes...—se acercó a ella, mirándola desde arriba con cierta superioridad—. Ciertamente... Eres la única hembra humana que logra generarme un poco de atracción.—

—Podría decir lo mismo de ti... Pero vi a Choso hace un rato, y el maldito es muy atractivo.—

La mujer quiso alejarse, pero entonces sukuna le atrapó la muñeca.

—¿Cómo te atreves... A mirar a alguien que no sea tu Dios?—acercó su rostro al ajeno.

____ se estremeció al sentir la densa aura que emergió de Sukuna al decir aquello. Pero ese estremecimiento estaba lejos de ser por miedo.

—Tú no eres un dios...—las manos de la mujer se deslizaron por las mejillas ajenas, tallando aquellas marcas que adornaban su rostro*.

—¿Quieres comprobarlo?—la vio sonreír.

~One Shots E Imaginas De AnimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora