Aviso desde ya que a mi NO ME GUSTAN LAS ESPOSAS DE TENGEN COMO PERSONAJES y mucho menos la idea de que lo "compartan". Asi que acá y ahora les aviso que la rayis no va a "ser la cuarta". Sólo quiero ahorrarles el comentario de "ay, engañó a las esposas". Siii gente, Tengen es del pueblo, no se comparte. Solo eso, no jodo más xd.
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Tengen se sentía extraño.
Desde que Giyuu llegó a la finca acompañado de aquella mujer de peculiar apariencia, supo que tenía algo especial. Ojos dorados, cabello verde azulado amarrado con un moño brillante, pequeños diamantes multicolores decorando su rostro...
Destacaba, y eso a Tengen le encantaba.
—Ella será quien tome el lugar de Rengoku... preséntate, ____.—Giyuu le dio lugar a la chica para que hablara.
____ asintió, dándole las gracias. La mujer se inclinó ante el patrón, mostrando respeto. Luego se paró frente a los demás.
—Me llamo ____ Kikuchi, Será un honor compartir un lugar con los pilares...—bajó la mirada—. Rengoku era un buen amigo mío, así que haré mi mayor esfuerzo por hacerlo sentir orgulloso... ¡no moriré hasta que el último demonio desaparezca de la faz de la tierra!—alzó la mano con firmeza—. Es una promesa.—
Tengen sonrió sin darse cuenta, la chica ya tenía su atención, y eso que todavía no sabía de qué era capaz.
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—Respiración prismática.—____ recibió aquella taza de té que Shinobu le alcanzaba—. Deriva de la de Kyo... Es por eso que quiero hacerlo sentir orgulloso.—
—¿de dónde lo conoces?—
—¿A quién le importa?—intervino Sanemi—. Quiero que pelees conmigo y ver qué haces... Kyojuro es difícil de reemplazar.—
—No lo estoy reemplazando, nadie podría.—frunció el ceño—. Solo quiero terminar lo que-
—Sí sí, ya ponte de pie y pelea.—
A la mujer no le hizo ni un poco de gracia aquella falta de respeto, por lo que se decidió a derrotar a aquel pilar. Se levantó de la mesa, caminó unos pocos pasos hacia el centro del jardín y desenfundó su espada. Los pilares miraron sorprendidos el filo traslúcido de aquella katana.
—¿sabes lo que es un prisma?—la mujer se puso en posición de pelea—. Al ver tu cara de tonto dudo que lo sepas realmente.—
—¿¡qué dices, mujer!?—
—En pocas y simples palabras para que lo entiendas, un prisma es un objeto que descompone la luz.—alzó su katana hacia el cielo, buscando la luz directa del sol—. Entra una luz base "blanca" y sale en forma de arcoiris.—
Sanemi miró incrédulo a la mujer, carcajeándose sin dudar.
—¿piensas convertirte en pilar haciendo luces de colores?—
—Era solo un ejemplo... Nadie dijo que fuesen luces.—
Cuando la luz del sol dio directo en la espada, múltiples colores la iluminaron, pero fue un tenue color naranja el que se mantuvo en la hoja. Y entonces Sanemi se extrañó.
—Respiración prismática: primera postura... Flamas.—
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____ miraba algo distraida como Shinobu vendaba la irritada piel de Sanemi a lo lejos, disfrutando de su té. Pensaba que tal vez se había excedido un poco con las llamas, pero ese pequeño momento de reflexión se vio interrumpido por Tengen.
—Fue impresionante lo que hiciste.—se sentó frente a ella, del otro lado de la mesita ratona—. ¿dices que Rengoku te enseñó?—
—... Entrené un tiempo con Rengoku, pero cuando mi espada se tornó traslúcida, supe que necesitaba más... Así que seguí por mi cuenta.—
—¿renunciaste a ser su tsuguko?—
Aquella pregunta tardó un poco en ser respondida, pues la mujer parecía estar dándole más vueltas de las normales.
—... A veces pienso que si no me hubiese ido y hubiese aceptado ser su tsuguko, podría haberlo salvado.—
El hombre notó que la mujer tenía un gran pesar, era evidente en su voz, sus gestos... En todo en realidad.
—A veces pienso lo mismo... Pero la verdad es una idea que solo nos hace daño... Pensar en ello no lo traerá de vuelta ni servirá para mucho más... Además él no querría vernos lamentarnos ¿no crees?—
____ levantó la mirada de su té, examinándolo con ese par de orbes dorados que a Tengen comenzaban a encantarle.
—Sí... Supongo que tienes razón.—
—La tengo, sí.—le sonrió—. ¿sabes en qué otra cosa tengo razón?—
—¿En qué?—
—Necesitas un compañero para merendar, pero por suerte para ti aquí estoy.—
____ rió por primera vez, y Tengen rápidamente entendió que necesitaba más de eso.
—Bien, te serviré un poco de té.—
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Algunos días habían pasado desde la llegada de ____, y desde entonces la chica no hizo más que ganarse el corazón de todos, incluso de Sanemi, quien la había tomado como su eterno rival. Pero mientras Tokito la veía como una hermana mayor, Kocho como una colega de investigación y Giyuu como una compañera de té, para Tengen se estaba volviendo algo mucho más que eso.
—¿irás solo?—____ miraba preocupada como el hombre terminaba de charlar con su cuervo.
—Eso parece, no hay nadie que pueda venir.—
—... Pues yo iré contigo.—____ le sonrió—. Será nuestra primera misión juntos, te cubriré la espalda.—
Aquello encendió el pecho de Tengen, quien sonrió ampliamente. Estaba por aceptar su propuesta, cuando cierto trío de mujeres apareció en el lugar, brincando sobre él.
—¡señor Tengen, lo extrañamos mucho!—
—¡al fin terminamos la misión que nos encomendó!—
____ miraba confundida la escena, pues no sabía quiénes eran aquellas extrañas que abrazaban con tanto amor al pilar.
—... Eh... ¿quiénes son ustedes?—intervino la reciente escena.
