°Mystic Messenger: Seven°

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Día 4: Saeyoung

°•°

—¡estúpido y sensual emo!—____ se lanzó frustrada a la cama—. Gasté 80 relojes sólo por ti y me tratas de la mierda...—

Después de cuatro chats y tres escenas totalmente desmotivadores, la joven decidió que, si la actitud del colorado no mejoraba, reiniciaría el juego y haría la ruta de Jumin.

—Se suponía que eras divertido...—murmuró la chica al apagar la pequeña luz de noche y arroparse—. Aún así, no puedo simplemente dejarte... parezco idiota preocupándome por un juego.—

La idea de la castaña era esperar a tener el último chat del día y ver cómo avanzaba la depresión de Seven, pero el cansancio del día le pasó factura y terminó cediendo al sueño.

°•°

—¿Señor Gato?—la chica abrió los ojos adormilada al sentir un peso en la cama—. Ven, duerme conmigo.—palmeó el espacio libre a su lado.

—¿quién le pone Señor Gato a un gato?—

—¿¡qué...!?—

____ se levantó de inmediato y tanteó desesperada la mesita de luz en busca del velador, el cual prácticamente prendió a golpes.

—Lamento haberte despertado... pero me preocupó que no hayas venido a hablar conmigo hoy.—

La silueta apenas iluminada por la luz del velador parecía ser de un joven y por más de que no tenía idea de quién era, ____ reconoció aquella sudadera negra.

—¿quién diablos eres y por qué estás en mi casa?—la castaña tomó lo primero que encontró para defenderse.

—Oh, cuidado.—la silueta alzó las manos—. No me mates con un paquete de Oreos.—

La mano temblorosa de la chica viajó nuevamente al velador y lo movió levemente, apuntando de lleno a la persona.

—¿Seven?—

—El gran dios, Seven Zero Seven, sí.—sonrió débilmente.

La chica abrió los ojos sorprendida, realmente tenía al pelirrojo sentado a los pies de su cama.

—¿qué... haces aquí? Éste no es tu mundo.—

—No pareces muy sorprendida de verme.—

—Es posible que esté alucinando justo ahora por tanta azúcar que he comido anoche.—Seven sonrió.

—Eres incluso más divertida que en el chat.—

—Bueno, alguien tiene que ponerle carisma a la situación. Tú ya te encargas de lo sad.—Seven bajó la mirada—. ¡lo siento! No quería molestarte.—

—No, está bien. Después de todo, tienes razón.—la miró y sonrió—. Sé que mi ruta no está siendo muy divertida y... entiendo si quieres pasarte a la de Jumin... la de él no tiene tanto drama innecesario.—

—Luciel...—

La castaña se lanzó hacia el chico, atrapándolo en un cálido abrazo.

—¡perdón, perdón, perdón!—soltó contra su cuello—. No quería que te sintieras así ¡mierda, ni siquiera sabía que tenías sentimientos! ¡eres de un maldito juego!—

—Tranquila.—Seven besó la coronilla de la chica—. No quería que te sintieras mal, solo... quería visitarte antes de que me dejaras... bueno, en realidad sí quería que te sintieras culpable.—soltó una risita divertida.

—Emo manipulador...—

—Bueno, ahora espero que no dejes mi ruta ¿sí?—el chico intentó levantarse.

—¿qué haces?—

—Me voy.—

—¡no! Ahora quédate conmigo~

—¿qué haces?—

____ se aferró al chico como un koala, sentándose en sus piernas y hundiendo su rostro en el cuello del colorado.

—Quiero que te quedes aquí, al menos un rato. Me lo debes, Seven.—

—Yo no te debo nada...—

—Si no quieres que deje tu ruta... quédate conmigo un rato más.—

—Eso es extorsión...—

—¡tú cruzaste a otra dimensión para hacer lo mismo! Pero intentaste engañar a la persona equivocada.—

—ya ya... esta bien. ¿Quieres que me acueste contigo hasta que te quedes dormida?—la chica asintió emocionada.

Aún desconfiada de que podría escaparse, la chica se aferró a la manga de la sudadera de Seven, quien se metió bajo las sábanas tras quitarse los zapatos.

—¿por qué sonríes tanto?—soltó apenado Seven ante la cercanía de la chica.

—... ¿recuerdas ese día donde tú te acercaste a la cama mientras yo dormía? Era muy frustrante no poder hacer nada. Tenía ganas de tomar tu mano y abrazarte pero el juego no me lo permitía. Y... ahora estás aquí.—

El rostro apenas iluminado del chico se veía sumamente sonrojado.

—Eres increíble ¿sabes?—las manos de Seven se posaron en las mejillas de la chica—. Y por eso me gustas tanto, tanto, tanto.—

—Quédate aquí, Seven... casémonos en una estación espacial y tengamos muchos gatos.—los ojos de la chica se cerraron lentamente, el dulce aroma que emanaba Seven la hacían sentir extrañamente cansada.

—Descansa, linda.—

Lo último que la chica sintió antes de dormirse, fueron los suaves labios de Seven sobre los suyos.

~One Shots E Imaginas De AnimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora