Nota: todavía no veo el anime jsjsjs. Díganme si le erro en algo xD.
°•°
La pequeña taza de té que ____ traía en manos se estrelló en el suelo, haciendo que el dueño de la tienda comenzara a gritar.
—¡por dios, señorita!—la mesera se acercó de inmediato a la mesa, juntando los pedazos de porcelana—. ¿Esta bien?—
A la joven heredera de la familia Shimada poco y nada le importó el haberse salpicado té caliente. No, a ella lo único que le importaba a esas alturas era el muchacho de grises cabellos que acababa de entrar en la tienda.
—Ciel...—
Casi hipnotizada, se acercó al chico.
—Ha pasado tiempo, ____... veo que aún no sabes tomar el té adecuadamente.—
La chica terminó de eliminar la distancia entre ambos dispuesta a abrazarlo, pero un desconocido la apartó gentilmente.
—Disculpe, señorita. Mantenga la distancia, por favor.—____ frunció el ceño.
—... ¿quién es este idiota?—Ciel sonrió.
—Esa no es una forma de hablar correcta para la heredera de la familia Shimada.—
—Al diablo eso, ¿es que no puedo abrazarte?—
—Hubo un tiempo en que nada te detenía para hacerlo... ¿un mayordomo lo hará ahora?—
FLASHBACK.
-¡Ciel!-
Una pequeña castaña entró apresurada al cuarto del mencionado, brincando sobre él.
-También me alegra verte, ____.-Ciel sonrió mientras correspondía el abrazo de su amiga-. Pero estoy enfermo, no deberías estar aquí.-
La castaña se alejó un poco.
-Me dijo tu mamá que tenías fiebre... ¿te sientes mejor?-
-Un poco... ¿ella te dejó venir?-
-Bueno...-rascó su mejilla apenada-. Les dije que iría al baño y... me escapé.-
Ciel sonrió.
-Sabes que tus padres no quieren que hagas eso... una dama no puede correr por ahí.-
-No estaba corriendo... vine en cuclillas para que no me vean.-rió divertida-. Como sea, ¿qué hacías?-
-Estaba tomando un té de hierbas, dice mamá que es bueno para el dolor de cabeza ¿quieres un poco? Es rico.-la chica asintió.
Ambos chicos se sentaron en la pequeña mesita que el chico tenía en el cuarto.
-¿te permiten tener un juego de té en tu cuarto?-
-Sí... ¿a ti no?-
-Desde que me quemé, no.-
-Siempre tan torpe... mira.-Ciel sirvió un poco de té para ambos-. Tienes que tomar la taza así, con cuidado.-
-Ya ya...-
Ciel veía divertido como su amiga tomaba la tacita y le daba un sorbo.
-¡puaj!-
-¡no le echaste azúcar!-
Ambos rieron divertidos, hasta que la madre de ____ entró al cuarto.
-¿qué haces aquí?-
La chica se acercó rápidamente a su amigo, aferrándose a él como un koala.
-¡no quiero irme!-
La madre tuvo que pedirle ayuda a su esposo para poder separar a su hija del joven Phantomhive.
-¡volveré mañana!-lo saludó la chica mientras el padre la cargaba como un saco de papas fuera del cuarto.
Ciel sonrió levemente, terminando su taza de té.
FIN DEL FLASHBACK
—Esa fue la última vez que te vi... pensé que habías muerto...—____ entristeció de solo recordar lo mal que se había puesto aquella vez—. Escuche, señor alto.—____ señaló amenazante a Sebastian—. O se aparta o...—
—¿o qué, señorita?—el mayordomo miró divertido a la chica, quien frunció el ceño.
—¡Mimi!—los ojos de Sebastian brillaron por un segundo cuando un gatito blanco como la nieve apareció junto a la chica—. Si te haces a un lado, te dejaré acariciar a Mimi... y antes de que digas algo, déjame decirte que su pelaje es exquisito.—
Sebastian tomó al animal en brazos de inmediato, dejando a Ciel con rostro decepcionado.
—Eso fue rápido.—
____ se aferró al joven con fuerzas, tomándolo por sorpresa.
—Ni una fiebre, ni mamá, ni papá... ni siquiera tú mayordomo raro podrá negarme un abrazo tuyo.—
Ciel soltó un suspiro ahogado, sintiendo como una inmensa calidez lo invadía. Correspondió el abrazo de inmediato, sintiendo el corazón de la chica latir con fuerzas.
—No sé qué ha pasado contigo, Ciel... y algo me dice que no me lo contarás.—____ lo abrazó aún más fuerte—. Pero no vuelvas a irte... por favor.—
—Yo lo-
—¡que magnífico animal tiene, señorita!—intervino Sebastian, haciendo que el par de jóvenes rompiera el abrazo.
—¿cómo... sabías que le gustan los gatos?—soltó Ciel aún con un leve sonrojo.
—Para un amante los gatos, no es difícil reconocer a otro.—____ sonrió—. Como sea, ¿quieren merendar conmigo?—Ciel sonrió.
—Solo si prometes no quemar a nadie.—la joven rió dulcemente.
—Lo prometo.—
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