En el que Sanji se da una mínima oportunidad

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DISCLAIMER: One piece es de Goda.

ADVERTENCIAS: OCC(?), errores ortográficos, AU, capítulos cortos, idioma diferente y TRAMA LENTA, REPITO , TRAMA LENTA.

ˏˋ((🌿))

Como si nada hubiese pasado, desperté al llamado del alba en medio de los brazos de Zoro. Cubierto por las llamas de la fogata y los canticos, al otro día volvía la calidez de todos a traspasarme el corazón. Nami y Chopper estaban igual de eufóricos, enmendando el tiempo perdido mientras que ayudaban a todos los que pudieran.

Con sutileza me deslice de la estera y quite de mi oreja la flor que Zoro había puesto el día anterior, porque a pesar de ser muy bonita, todavía no tenia una respuesta.  La deje en un lugar seguro y luego regresé al tigre, que dormitaba con las cejas fruncidas y los brazos tensos.

—Realmente se parece a un animal.

Igual que un felino al dormitar en la hierba, nunca baja la guardia incluso si esta a salvo. Con cuidado le toque un mechón de cabello verde que caía descuidadamente por su frente, y sentí un resoplido febril sobre mi palma. Zoro era un hombre con la temperatura del cuerpo siempre elevada, de punta a cabo.

Alejándome silenciosamente, busque detrás de nuestra choza y encontré colgado en una rama el pareo que Nami había tejido para mí. Estaba radiante y tibio por el sol, limpio para ponérmelo.

—¿A dónde vas?

Exhalando por la nariz, el tigre me asió del brazo y me sometió a la tortura de su tacto febril, pues como digo, irradiaba calidez como un sol viviente. Sentí la tibieza de sus labios sobre mi nuca, y aunque pensé me diría algo sobre la flor, no dijo nada y solo repitió las palabras.

—¿Ir tu dónde?

—Idiota, deja de intentar hablarme en inglés.

—No insultes a mi.

Viendo que seguía intentando convencerme de que realmente se estaba esforzando, no lo detuve. Suspiré y le respondí a su pregunta.

—Iré a bañarme a la cascada.

—Yo te acompaño.

Supuse que no utilizaría el inglés para molestarme, así que no le dije nada, sin embargo se me quedó grabado en la mente sus  alarmantes palabras.

—¿Cómo que acompañarme?

—Hace sol bueno —Y de nuevo—, agua tibia.

Viendo la situación en la que estábamos, y sabiendo que él no estaba totalmente interesado en solo verme bañar, me negué. Pero Zoro estaba realmente despreocupado sobre mi negativa, rascándose la cabeza y alzándose de hombros.

—Iré a traer mis cosas, te veo allá.

Ahora si nervioso, pensé en no ir, pero hacia buen sol y yo quería ir a bañarme, así que tentaría a la suerte.

Antes del medio día, ya salpicaban por entre las hojas ardientes rayos de luz. Salí sin esperar a Zoro e hice el mismo recorrido de siempre. Ahora que todo estaba arreglado, muchas más personas de la tribu querían hablarme, y era sumamente dulce saber que me habían perdonado.

Caminé por la selva y cuando llegué, yacía sobre la cascada un charco de sol. Apresurándome, me quite la poca ropa que tenía, pero entonces escuche las pisadas a mi alrededor.

—¿Nos estabas esperando?

Para mi sorpresa no solo era el tigre, si no también la tribu, que venían con niños en los brazos y la espalda.

Te Here Ohana/ZosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora