Te Here Ohana/Zosan

En el que Sanji se resigna

DISCLAIMER: One piece es de Goda.

ADVERTENCIAS: OCC(?), errores ortográficos, AU, capítulos cortos, idioma diferente y TRAMA LENTA, REPITO , TRAMA LENTA.

Notas: Pues sí, prometí lo que dije. 

Al fic.

ˏˋ((🌿))

Cuando Zoro vio a Hiyori, admitió que se veía  hermosa, con esa ropas coloridas y la corona de flores. Los hombres del lugar empezaron a observarla sin descuido, porque sabían que el tigre no era celoso y tampoco muy interesado.

—¿No estas nervioso?

Zoro dejo la pregunta en el aire y volteo a ver a Hiyori, que no le correspondía la mirada y estaba muda, esperando el momento.

—¡Zoro, ya comenzó!

Roronoa se movió rápidamente hasta el centro que formaba la tribu y se arrodillo en el suelo. Vio a Hiyori de reojo, que estaba quieta y cabizbaja.

—Te ves...te ves hermosa. — Dijo, más por el instinto de poca caballería que tenia y por el silencio abrumador, espero respuesta pero  no llego. Esperaba que Hiyori se pegara a su cadera y le tomara el brazo, pero se mantuvo encogida en su lugar casi sin respirar.

Los cánticos de la tribu bailando a su alrededor pasaron rápido, su mente comenzó a divagar en muchas otras cosas. No recordaba haberse sentido tan mal por algo además de la muerte de su amiga, porque era cierto que no amaba a Hiyori, pero tampoco podía mentir al decir que ignoraba completamente que ella lo hacia. Luego de que Zoro le pusiera la flor en su oreja izquierda y le entregara su corazón, ya no habría ni cielo o tierra que lo separasen.

—Los novios.

  Muchas cosas pasaron por su mente, así  como las personas que  decían que habían presenciado la muerte. Pensó en su infancia, en como fue entrenado, en como le habían dicho que los dioses lo esperaban y luego en él. Maldición, él paso por su cabeza cuando vio a Hiyori.

El corazón le latió más rápido de lo esperado, la sangre le hirvió cuando vio los ojos azules y el cabello rubio ¿El sol brillaría más si fuese con él? Tal vez su pecho se hundiría y no pensaría dos veces en entregar su  alma y su vida, como si fuese natural.

—...Zoro....

El peliverde carraspeo, tomando la flor que le dio Robin. Las manos comenzaron a temblar cuando Hiyori estiro su brazo, Zoro sabia que hacer.

—Yo...

Las manos de ella, que siempre eran cálidas, se presionaron contra las suyas y su mente le engaño otra vez. Podía recordar los falanges blancos del hombre y el palpitar de sus palmas de mármol, era como si, como si al levantar la mirada, fuera el azul en el horizonte.

—Te...te entrego mi-

HIyori alzo la mirada, sus ojos repletos de lagrimas lo miraron con una compasión hecha del suave algodon de los arboles. Puso una mano en su boca negando  y no le permitió  entregarle su corazón.

—No lo hagas. — Hiyori sollozo, negando frenéticamente — Por favor, no te cases conmigo.

La tribu enmudeció, tan helados como los muertos. Zoro soltó su mano y Hiyori se seco las lagrimas, respirando profundo.

—Esto...esto es algo que se hace con alguien especial y yo....yo no lo soy.

La familia Kozuki iba a interrumpir pero Robin los detuvo, ella negó y le pidió que miraran en silencio.