En el que viven y se aman

1.6K 147 147
                                    


DISCLAIMER: One piece es de Goda.

ADVERTENCIAS: OCC(?), errores ortográficos, AU, capítulo largo, idioma diferente y TRAMA LENTA, REPITO , TRAMA LENTA.

ˏˋ((🌿))

El regocijo sigue al pasar de los días, y los labios de Zoro son demasiado cálidos y tiernos cuando se presionan sobre su boca. La proeza de mantenerse en pie mientras que eres atrapado por una red de caricias furtivas es difícil, y ser indiferente a las sensaciones de un cuerpo anhelado mucho más.

—Buenos días.

Sanji nunca pensó que escuchar la voz de alguien sobre su oreja en la mañana fuera tan vergonzoso, pero su corazón había empezado a revolotear inesperadamente cuando abrió los ojos. Las manos del hombre estaban suavemente sobre su vientre liso, trazando un camino firme hasta más allá de lo imaginable. Lo miró por encima del hombro, con un colorete en las mejillas naciendo desde su cuello.

—... ¿Qué haces?

El peliverde lo observa mientras que los ojos se le estrechan en recelo, el iris brillando con un intenso color azul sobre el que se refleja la silueta de su rostro. La línea de su frente esta rígida por la tensa mirada, pero Sanji no es capaz de ocultar sus verdaderos sentimientos

—¿Tu qué crees?

Roronoa presiona un beso sobre su cuello, y el sonido viene acompañado de murmullos a las afueras de su hogar. Los agiles dedos del hombre se retuercen por encima de su ombligo y Sanji presiona la frente contra la áspera hamaca.

—Solo necesitabas que te dijera que sí eh...

Lo ve con burla, sonrisa lisa sobre los blancos dientes, pero las marcas de su cara, (que casi nunca detalla) parecen tomar vida frente a la expresión lujuriosa que forma su rostro.

—Decirme que sí es decirme que es para siempre.

El blondo se contrajo, es cierto, es para siempre, aquí en la tribu algo así lo es. Se puso a pensar si cuando boto el anillo sabía que su respuesta era en definitiva toda una vida bajo el yugo de un hombre, pero no le sorprendió darse cuenta que siempre lo supo. Reflexionó sobre las veces en la Zoro sostuvo su corazón y pensó que solo quería ser también digno de tomar el suyo.

—¿Aguantaras a este hombre toda una vida? —preguntó Sanji, con renovada confianza—, déjame decirte que tengo mis vicios y hábitos.

—La respuesta deberías responderla tú —contratacó—, nadie dijo que todo iba a ser fácil.

Si habrían problemas, problemas peores que los que ya habían vivido, no había forma de que no pudieran con ellos juntos. Después de casi morir y luego renacer, florecía una época reluciente sobre sus vidas, y estaba seguro desde lo más profundo de su corazón que así como los Dioses los unieron, no castigaría su amor con la separación...O por lo menos así lo veía Sanji, que ya había sido sincero consigo mismo.

El oji-azul estiró los brazos sobre el cuello del peliverde, que por la forma en la que estaban acomodados resultaba incómodo y apretado.

—Yo nunca pensé que sería fácil —aseveró—, pero por lo mismo, solo confió en lo que siento.

Era muy difícil dilucidar las facciones de Zoro, de modo que una mirada seria podía ser de conciliación o enojo. Sin embargo, habían momentos en donde se mostraba demasiado trasparente, sobre todo cuando el corazón parecía hinchársele hasta el borde.

—¿Desde cuando eres tan ingenioso con tus palabras?

—Desde que hablo con el corazón.

El moreno se abalanzó hacia su boca, el poco autocontrol que guardaba arrugado y tirado. Estiró los dedos sobre su sedosa espalda y los labios del rubio hicieron un suave sonido cuando juntaron sus lenguas. Era apretado y sofocante estar tan juntos en la hamaca, pero los pectorales del hombre presionaron sobre sus pezones y Sanji exhaló aire rápidamente por la nariz, con un calor mareando sus sentidos.

Te Here Ohana/ZosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora