Popular por un día

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- ¡Eres una maldita baja novios!- me gritó Rebeca Taylor, causando que todos en el comedor se quedaran sorprendidos con ese arrebato. Yo también me quedé sorprendida, pero no iba a permitir que esa idiota me humillara frente toda la escuela.

- ¿Qué demonios te pasa? ¿De qué estás hablando?- Le dije con firmeza. No entendía su arrebato, pero de cierto modo sabía por dónde iba.

- ¡No te hagas la inocente, que sabes bien de lo que hablo! - soltó con arrogancia. Elizabeth la miró con una ceja arqueada y yo sonreí.

- No sé de qué me hablas, pero no te voy a permitir que...

- ¡La que no te va a permitir que me bajes a mi novio soy yo! ¡Es mejor que te alejes de Derek, porque no sabes de lo que soy capaz! - me interrumpió y al escuchar el nombre de Derek mi corazón se aceleró.

- ¡Ja! ¿De eso hablas? Pobre, eres tan insegura que tienes que venir a amenazarme -la reté, con una sonrisa en mi rostro. ¿Quién demonios era ella para venir a reclamar algo que no debía? Derek y ella no eran nada, o al menos eso me daba a entender él.

- ¡De lo que estoy segura es que eres una maldita zorra que quiere robarme a mi novio! - todos en el comedor comenzaron a bufar y la sangre me hirvió. No dejaría que Rebeca me hablara de ese modo y se quedara triunfante.

- Yo no te quiero robar nada, cariño. Tú solita lo alejas, porque eres tan superficial y arrogante que por eso se aburren de ti. Cuando le dije eso, todos en el comedor comenzaron a reír y a gritarle cosas a Rebeca. Ella, enojada, levantó su mano para darme una bofetada, pero en eso Elizabeth intervino y la detuvo.

- ¡Ni se te ocurra tocarla, niña estúpida! Porque lo pagarías bien caro -Rebeca se quedó callada y le lanzó una mirada de odio -. ¡Ahora, lárgate! Rebeca se soltó agresivamente y se fue corriendo echa fuego. Mientras, todos en el comedor comenzaron a aplaudir y a gritar. Me sentí mejor que nunca: Susan McMahon humilló a la chica más popular frente a toda la escuela. Mejor no pudo ser.

Después de almorzar, Elizabeth y yo no parábamos de hablar de lo que sucedió en el comedor. Por los pasillos lo que se escuchaba era sobre mi enfrentamiento con Rebeca. De vez en cuando alguien se me acercaba para decirme que me admiraba.

- ¡Qué exagerados son!- le dije a Elizabeth, después de que se fuera una chica que no se cansó de decir que me había convertido en su heroína.

- ¡Ay, chica, disfruta esto! Ahora eres la chica popular, bueno, por lo menos un día. -dijo Elizabeth y no pude evitar echarme a reír.

- Sí, ¿verdad? Me lo disfrutaré al cien por ciento.

- ¡Así es, caramba!- soltó ella con entusiasmo. Ambas reímos y caminamos por los pasillos de la escuela hacia el patio escolar.

- Oye, lo que no entiendo es por qué Rebeca dijo que le bajé a Derek. Ella no sabe lo del beso... O, ¿sí?

- Pues ni idea. Quizás Derek le dijo.

- No lo creo. ¿Cómo se habrá entera...

- ¿Cómo está mi chica valiente y ruda?- Manuel había llegado junto a nosotras e interrumpió nuestra conversación. Elizabeth estaba acomodando sus zapatos y no le prestó atención.

- ¡Hola, Manuel! ¿Dónde te habías metido? No estuviste en las clases de la mañana- le dije, dándole un leve puño en el hombro.

- Hoy llegué un poco tarde, estaba en mi cita con el dentista. No sabes el apretón que me dieron hoy. ¡No puedo ni comer! - soltó e hizo un gesto de dolor. Cuando sonrió, pude ver los colores de sus ganchos.

Mi vecino misteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora