Mi vecino misterioso

Tres palabras: Día De Graduación

No sé cuánto tiempo permanecí en silencio observando cada gesto de Jason, pero cuando desperté, mi reacción fue reír...

- Jason, ¿qué te sucede? ¿Por qué me dices eso?-Le dije entre risas. Reía, pero era por los nervios. Su rostro estaba tenso y parecía muy preocupado por mi reacción...

- Hablo en serio. ¡Yo maté a Lorena!-dijo en un volumen alto. Yo abrí los ojos como platos y le cubrí la boca bruscamente.

- ¡Jason, cállate! ¡No digas eso!-le dije, molesta. -Sé que no fuiste tú, también sé que ella no se suicidó, tenía el presentimiento, pero ahora lo confirmo. ¡No entiendo por qué me dices esto!-Él tiró de mis manos bruscamente y no me miraba a los ojos.

- ¡Fui yo! ¿Por qué no me crees?-Me dijo y parecía desesperado. Yo rodé los ojos y resoplé.

- ¡Es obvio que no fuiste tú! Si lo hubieras hecho, no me lo hubieras dicho y no estarías aquí ahora mismo. Jason, sé que no serías capaz de hacer algo así...

- ¿Cómo estás tan segura? ¡Tú no me conoces!-gruñó y por un instante me miró a los ojos, pero volteó rápido. Me acerqué a él y lo tomé por un hombro.

- Jason, tú no eres una mala persona. Es cierto, eres egocéntrico, patético, idiota, mujeriego...

- Oh, gracias, me halagas-dijo y por un instante era el Jason normal, pero luego su mirada se tornó nuevamente oscura, decaída, triste...

- Pero no eres mala persona... Solo eres alguien que obviamente necesita de una buena tunda para que reaccione- él rió, parecía más relajado-. Jason... ¿Quién te está haciendo esto? ¿Quién te obligó a decir esto?-Le pregunté muy preocupada. Sabía que alguien estaba manipulando a Jason, pero ¿quién?...

-Susan... Yo... No puedo hablar, me mataría si hablara-me dijo y parecía aterrorizado. Miraba para todos lados como si buscara a alguien... Mi piel se erizó... Sus palabras eran serias...

-Jason, lo que dices es grave y si es cierto, tienes que hacer algo...

-No puedo, ojalá pudiera-dijo y al fin me miró a los ojos.

- ¿Por qué quiere hacerte responsable de la muerte de Lorena? ¿Por qué decírmelo a mí? ¡No entiendo!-chillé, con mi cabeza llena de preguntas.

-Yo tampoco lo entiendo-me haló por el brazo y acercó su boca a mi oído-.Ten cuidado con quién hablas, porque la mente del ser humano es mala, pero una mente chiflada es aún peor.

Al decir eso, mis sentidos de alerta despertaron. ¡Esas palabras las había escuchado antes! Fueron aquellas que me dijo Jean en mi habitación. Traté de detener a Jason para que me dijera más, algo que me aclarara las dudas, pero ya se había marchado. La duda, la frustración y el desespero llegaron a mí en segundos. ¿Qué demonios estaba sucediendo?...

***

-Anda, golpéame, golpéame-me repetía Derek, mientras se movía de un lado a otro como si estuviera en un ring de boxeo.

-No lo voy a hacer, esto es una mala idea-le dije, mientras miraba los guantes de boxeo que él me había puesto.

-Es una muy buena idea. Ya oíste lo que te dijo Jason, si alguien quiere hacerte daño por lo menos sabrás defenderte-dijo, moviéndose de un lado a otro invitándome a pelear.

- ¿No estás preocupado por mí? Las palabras de Jason las tomaste muy tranquilamente-le dije, cruzándome de brazos y enarcando una ceja.

-Lo estoy, pero tú no eres una niña y yo no soy ningún guardia de seguridad-dijo, cruzándose de brazos, imitando mis movimientos. No pude evitar reír.