"Los Populares del Este"

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Mi pecho comenzó a arder al verla. Sentía ganas de abofetearla cuando vi esa sonrisa de satisfacción que tanto detestaba.

- No está en la lista, señorita Taylor-dijo el fortachón.

- No importa, Richy, déjalas pasar-dijo Rebeca y parecía, ¿amable?

- Pasen-dijo el fortachón y se giró para dejarnos pasar. Elizabeth y yo nos miramos totalmente confundidas, pero pasamos. Elizabeth le tiró una guiñada al fortachón y él solo miraba como si fuera un robot. ¡Elizabeth y sus coqueteos, Dios, no había quién la hiciera parar!

- ¡Qué bueno que vinieron!-dijo Rebeca, fingiendo amabilidad -. ¿Qué le dio a ésta? - Pensé.

-Sí, me imagino que te alegra mucho, Rebequita- le dijo Elizabeth, sarcásticamente y ella le dio esa sonrisa hipócrita que tanto detestaba.

-Oh, vamos. Sé que hemos tenido muchos problemitas, pero de veras quisiera estar bien con ustedes, en especial contigo, Susy-dirigió su vista hacia mí y me tocó un mechón de pelo. Yo la miraba con mucha atención, sin dar crédito a lo que oía. ¿Hablaba enserio? ¿De veras quería hacer las paces? No lo sabía, pero era extraño que de la noche a la mañana quisiera arreglar las cosas. Además, ella no era del tipo de chica que se llevara con una como yo. Algo se traía, pero le seguiría el juego. Quizás hablaba enserio.

-Está bien. Olvidemos todo y hagamos las paces-le dije, mientras le estrechaba la mano. Elizabeth me miraba sorprendida y muy confundida. Lo pude notar por la mirada que nos dio. Yo solo sonreía, muy tranquila.

-Te aseguro que no te arrepentirás-me dijo Rebeca, dándome un abrazo y sonriendo falsamente. No pude evitar sentir repulsión y asco cuando lo hizo.

- ¡Susan! ¡Qué bueno que decidiste venir!- Alejandra caminaba hacia nosotras. Tenía un bikini color dorado que resaltaba sus enormes senos. Todos los chicos volteaban a verla cada vez que caminaba. Cuando se nos acercó, le dio una mirada extraña a Rebeca, como de complicidad, pero lo ignoré.

-Te dije que vendría-le dije, un poco nerviosa, ya que el hecho de que me invitara una de las chicas más populares de la escuela, era un tanto increíble todavía para mí.

-Me alegra que lo hayas hecho-miró a Elizabeth-. ¡Oh! Veo que trajiste a tu amiguita. Pensé que tendrías mejores cosas que hacer que venir a mi fiesta-le dijo, mirándola con detenimiento, analizándola. Se notaba la envidia que sentía hacia mi mejor amiga.

-Si estoy aquí es porque mi mejor amiga me pidió que lo hiciera, porque te aseguro que de otra manera no hubiera venido-contestó Elizabeth, cortante. Alejandra alzó una ceja y sonrió.

-Ven, Susan, te presentaré a unos amigos-ella me haló por el brazo y me dirigió hacia la parte trasera de la casa, en donde estaba la piscina. Elizabeth se quedó con Rebeca. Mientras caminaba, pude notar las miradas clavadas en mí, en especial la de los chicos. Me miraban como si fueran leones hambrientos viendo a su presa. No pude evitar sentirme incómoda. Un grupo de chicas me lanzó miradas asesinas. ¿Qué les sucedía? Yo no les había hecho nada.

- Hey, chicos, les presento a Susan-dijo Alejandra, cuando nos acercamos a un grupo que estaba sentado en el borde de la piscina. Todos me miraban con atención. Algunas chicas me lanzaban miradas asesinas y otras sonreían hipócritamente. Los chicos me miraban con descaro, aumentando mi incomodidad.

-Hola, nena. Ya te había visto par de veces por los pasillos de la escuela- dijo un chico de tez blanca y cabello castaño. No se veía mal físicamente, pero odiaba a los chicos como él. Tan egocéntricos, creyéndose que acaban el mundo. ¡Qué irónico! Pensar que me gustaba un chico así: Derek.

-Jamás te había notado-le dije, un tanto cortante, lo cual provocó una sonrisa en su rostro, de hecho, una sonrisa muy linda.

-Todos me notan, nena. En especial las chicas-dijo, enarcando su perfecta ceja. Sentí repulsión al escucharlo.

Mi vecino misteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora