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—Lidner, necesito que me hagas un favor. —pidió Near desde su sitio favorito: sentado en el suelo.

—¿Ocurre algo? —preguntó con duda la fémina, notando algo raro en el tono de voz del albino.

—Puede que si, o puede que no. Realmente no lo se —respondió después de unos segundos de silencio, sin despegar la mirada de la torre de dados que construía.

—Hm, ¿que necesitas? —Near alzó la mano, haciéndole señas para que se le acercase.

Confundida por ello, Lidner agachó su cabeza hasta la altura del albino, quien finalmente se volteó hacia ella. Colocó su mano a un lado de su boca, acercándose al oído de la mujer, indicando que se lo iba a susurrar.

Ella se preocupó. Era raro que Near se tomara tantos rodeos para decir algo, pues siendo una persona muy directa, él suele solo decir las cosas sin importarle como fuesen a reaccionar los demás. Así que, lo que sea que fuera a pedirle, era bastante serio.

El comandante Lester, al otro lado de la habitación, quien había estado viendo todo en silencio, se preocupó en cuanto vio a la mujer levantarse de golpe, claramente sorprendida. Lidner, por otro lado, miro al único sucesor con vida de L, como si este fuera un espectro.

Inspeccionó su expresión facial, como si intentase encontrar alguna mentira o un rastro de que lo que le hubiera dicho el chico se tratara de una broma, pero este lucía tan indiferente y frío como siempre, es más, volvió a concentrarse en la construcción de su gran ciudad de dados nada mas la mujer se apartó, como si no hubiera dicho la gran cosa.

—Te lo agradecería mucho. —dijo con calma.

—Yo... Near, lamento insistir tanto, pero esto es muy... inesperado, en especial viniendo de ti —hablaba la rubia, aún procesando el pedido—. ¿Hay alguna razón para esto?

—Si no la hubiera, no te lo estuviera pidiendo —no se molestó en disimular el sarcasmo en su voz ni un poco, comenzando a enroscar uno de sus blancos mechones en sus dedos—. Solo será para asegurarme. Las probabilidades de que sea verdad son del 2%.

Lidner miró fijamente el joven de 18 años durante unos segundos, confundida sobre que hacer, terminando por asentir en silencio para después salir del cuartel.

—¿Me perdí de algo? —se atrevió a preguntar Lester luego de haber quedado solos, mirando al menor.

—No realmente. Se enterará de todo en cuanto regrese. —fue su única respuesta, sin muchas ganas de seguir hablando y dejando todo el lugar en total silencio, siendo el único ruido existente el de los dados siendo apilados.

La atmósfera era algo incómoda, y Lester no sabía decir si solo era él quien se sentía así o era un sentimiento compartido. Los minutos se sentían como horas, y el rubio estuvo a punto de volver a preguntar, cuando Halle volvió a aparecer en el cuartel, ahora trayendo una bolsa de plástico transparente, dejando ver solo tres cajas pequeñas y largas.

—En verdad me lo debes, el de la farmacia no paro de fastidiarme. —se quejó, frustrada, extendiéndole la bolsa al chico. Este le miró indiferente, tomando lo que le pidió.

Lester casi sintió como se le bajaba la presión en cuanto logró identificar bien que eran esas cajas. Se trataban de nada más que 3 pruebas de embarazo caceras.

—Near... —el albino se paró con lentitud, aún mirando las cajas, volviendo a dejarlas caer en la bolsa.

—Vuelvo en un momento —avisó, dándole la espalda a los agentes.

—¿En verdad solo hay una posibilidad del 2% de que esas pruebas salgan positivas? —preguntó Lidner, deteniendo un momento sus pasos.

—Créeme, nadie más que yo desearía que esa posibilidad fuera 0 —murmuró, dirigiendo una pequeña mirada a la fémina antes de seguramente dirigirse al baño.

After All  [MelloxNear]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora