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—Near, tenemos nueva información respecto a-

—Shhh —le silenció el albino, señalando a un lado suyo, sobre una gran colcha cubierta por sábanas, en donde descansaba Lawliet con tranquilidad—. Recién logré dormirlo y preferiría no arriesgarme a que se despierte y llore por horas.

—Discúlpeme. —susurró la rubia, algo avergonzada.

—¿Qué decías antes?

—Ah, si, respecto al asesinato del señor Higgins…

Halle termino de dar la nueva información al albino, quien le escuchaba atentamente detrás de la gran pista de Hot Wheels que estaba probando. Una vez terminó, se retiró, dándole una última mirada al bebe antes de irse en total silencio.

Ah, no iba a mentir, extrañaba algo de ese ambiente. En completa oscuridad, concentrándose en el juguete del día y un nuevo caso, sentado como tanto había extrañado.

En su vientre ya no quedaban rastros de que alguna vez hubiera habido un bebe ahí dentro; tenía suerte de que su piel fuera tan elástica, sino con el embarazo y las constantes patadas de Lawliet, seguramente le habrían quedado un montón de estrías. Eso había dicho una de las enfermeras, aunque Near hubiera preferido haber tenido un par de cicatrices que a nadie le importarían, a tener los pequeños rollitos de grasa que tenía actualmente.

Sacudió su cabeza con fastidio, tenía que quitar eso de su mente. Lester se molestaría si pudiera escuchar sus pensamientos.

Un par de autos corrieron por la pista, y cuando Near termino de colocar otros en la cima, lo olvido casi al instante y termino por acostarse a un lado de donde dormía su bebe. ¿Por qué insistía tanto en estar en el suelo? Ni idea, a Near solo le gustaba el suelo, y también quiere tener a su bebe siempre cerca, así que la colcha es buena opción para acceder rápido a él.

Lawliet solo se removió en su sitio sobre las cobijas, indicando que estaba despertando. Sacudió sus bracitos de arriba abajo cuando notó a Near a un lado suyo, dejando ver su bonita sonrisa sin dientes.

—¿Dormiste bien? —preguntó en voz baja, imprimiendo su dedo en una de sus mejillas regordetas. Claro está, Lawliet no respondió, y solo se dedicó a chupar el aire con su vista puesto sobre el techo. Tenía hambre.

Aprovechando que estaba solo, se sentó con las piernas cruzadas y tomó a su bebe con suavidad, abrió su pijama, dejando uno de sus pezones expuestos y acercó a Lawliet a su pecho, quien no tardó mucho en encontrar el pequeño botoncito rosa para comenzar a comer.

Sabía que a los demás no les incomodaba que lo hiciera en frente suyo, pero aún le seguía dando algo de vergüenza.

Por mientras, Near se distrajo pensando en los hechos del caso que estaba investigando, esperando a que su bebe terminara, cosa que ya sabía, tardaría. Tan distraído estaba que no había notado la entrada de alguien a la sala.

—Ya lleva mucho rato pegado.

—No realmente —Near había respondido por instinto, pero pego un salto en cuanto se dio cuenta de que Gevanni llevaba quien sabe cuanto tiempo acompañándolo.

El sobresalto hizo que Lawliet se despegara bruscamente de su pecho, comenzando a llorar con todas sus fuerzas, y su carita blanca no pudo evitar ponerse rosada por el esfuerzo.

—No, no, no, no, shhhh, tranquilo, tranquilo… —Near se paró de su sitio, comenzando a caminar de un lado al otro meciendo al bebe, cuyo llanto no parecía querer cesar—. ¡Mira lo que hiciste!

—¡L-lo-lo siento! —se disculpo rápidamente el ojizarco, sin saber que hacer para ayudarle.

En cuanto quiso acercarse, empujó la pista de Hot Wheels del albino, causando que los autos que Near había colocado antes de revisar al bebe corrieran por la pista.

Como si de un interruptor se tratara, Lawliet se calló casi al instante, buscando la fuente del sonido. Al notar ese cambio, Near lo levantó un poco, haciendo que mirara la pista y los autos que la recorrían, y Lawliet fijó sus ojos en estos como si nada más importara.

Gevanni y Near se quedaron quietos en sus sitios, mudos ante el descubrimiento fortuito que acababan de tener. Por desgracia, los autos terminaron el recorrido, y cuando estos se detuvieron, el mini ojizarco volvió a hacer el intentó de ponerse a llorar.

—Hazlo otra vez, ¡otra vez! —pidió Near con desesperación, volviendo a pegar al pequeño a su pecho.

Ni corto ni perezoso, Gevanni colocó un par de autos nuevos en la cima de la pista, haciendo que volvieran a hacer el recorrido. Y otra vez, el bebe volvió a quedarse hipnotizado por el correr de los autos de juguete.

—Parece que… comparte tu mismo gusto por los juguetes. —señaló en voz baja.

—Eso es… bueno saberlo. Creo —dijo Near, meciendo un poco al mini albino, quien distraído, volvió a pegarse a su pezón para volver a comer. Causa de los nervios porque Lawliet llorara, Near había olvidado por completo abrocharse el pijama, y la verdad ya no le importaba mucho que Gevanni lo viera.

Había descubierto un arma muy poderosa a su favor.

After All  [MelloxNear]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora