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—Señor, he pensado últimamente...

—¿Si?

—¿Que va a hacer con sus juguetes cuando nazca el bebe? —Near se quedo callado, mirando fijamente al hombre robusto que era su segundo al mando—. Lo digo porque muchos de ellos son lo suficientemente pequeños como para que un niño se atragante...

El de cabello canoso vio algo de fuego arder en los ojos del menor, haciendo notar lo que pensaba de lo que discretamente le estaba sugiriendo.

—Tirar mis juguetes no es una opción.

—No hablo necesariamente de eso, pero tiene que idear una solución si no quiere que ocurra un accidente.

Ahí el mayor tenía un punto. A los niños les gusta inventarse maneras de poder matarse, y su gran colección de juguetes, dados, cartas, y demás cosas eran un arsenal de armas irremediablemente peligrosas para cualquier niño y/o bebe.

Near se quedo pensando un largo rato en silencio, y no le gustaba admitirlo, pero no sabía qué hacer. El no sabía nada sobre cómo cuidar niños, mucho menos sobre cómo evitar que esas cosas ocurriesen. Tendría que leer un montón de libros.

—¿Le parece si salimos de compras? —el chico levantó la mirada, interesado—. Quizá darle sus propios juguetes al bebe logre alejarlo de los suyos.

—¿Entonces la respuesta a que hacer con mis juguetes es comprar más juguetes? — hizo notar el albino, mirando fijamente al contrario, quien se arrepintió un poco de lo que había sugerido—. Me gusta, hagámoslo.

Pero era Near, no iba a decir que no a la propuesta que más le beneficiara.

***

De haber sabido que tenía que venir yo...

—Eres el padre, o madre, no lo se, así que este es tu deber —le señaló Lester, abriéndole la puerta del auto.

Fingiendo más dificultad de la que realmente tenía, Near se bajó del auto, contemplando la gran juguetería que tenía en frente. Admitía que pese a su notable gusto por los juguetes, nunca había estado en un lugar así. Normalmente pedía que se los compraran, o mientras vivía en Wammy's House, se conformaba con los que ya habían en el lugar. Era una nueva experiencia para él.

—Vamos. —le llamó el rubio, caminando a su lado, obligando al menor a seguirle de cerca.

Al entrar, el albino se sintió inmediatamente abrumado por la cantidad de personas que había dentro. Un montón de familias con hijos, niños corriendo y algunos gritando. Era demasiado ruidoso y lleno de gente para su gusto.

Él chico tomó la manga de la camisa del de orbes celestes, con los nervios a flor de piel. Aunque aún mantuviese su mirada indiferente, tenía un aura de incomodidad demasiado notable a su alrededor.

—¿Esta bien? Si lo desea podemos volver otro día que esté menos concurrido.

—No, no, estoy bien... seguiré con esto hasta el final —dijó con la voz temblorosa pero segura de si misma.

Anthony le miró, dudando de que hacer, pero al final solo suspiró y ambos siguieron adelante. Al final Near seguía siendo el jefe, y además, quien iba a tener un bebe. Al mayor no le hubiese molestado regresarse, y aún si así fuera, sabía que al albino no le habría importado; por lo tanto, no entendía su insistencia en quedarse.

«¿Cómo tengo pensado cuidar un niño si ni siquiera soy capaz de tolerar estos?» fue lo que pensó el albino ante su propio y obvio nerviosismo, y por lo que se obligó a si mismo a quedarse en ese lugar.

After All  [MelloxNear]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora