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—Oye, Near. —ese tono ya lo conocía muy bien. Mello había encontrado algo con que fastidiarlo.

—¿Si? —sin muchas ganas, apartó la mirada de la olla humeante para darle su atención al ex mafioso, quien estaba sujetando algo entré sus manos. Sus ojos se abrieron ligeramente mientras la comprensión le llegaba.

—¿Hiciste un peluche de mi? —la sonrisa de diversión que adornaba su rostro se hizo más grande cuando notó el sonrojo que invadió el rostro del detective, quien volvió su mirada a la comida que preparaba para evitar la vergüenza.

—Yo… y-yo no… —iba a negarlo, lo haría con todas sus fuerzas, pero algo, o mejor dicho, un mini alguien, se interpuso en su camino.

Lawliet empezó a chillar felizmente, extendiendo sus manos hacia el peluche y dando mini saltitos desde su sillita de bebé. Había sido expuesto por su propio hijo. Apretó los labios al notarse descubierto, y revolvió el estofado, ahora con el ceño fruncido.

—No tengo ninguna foto tuya, es lo único que pude hacer por Law. —probó un poco del caldo, intentando justificarse por haber hecho algo tan, a la vista del de ojos azules, penosamente tierno.

—Tener un bebé si que te ha cambiado, pelusita. —Mello dejó el muñeco sobre las manitas del pequeño bebé, quien empezó a sacudirlo y a morderlo contento.

—Y también te pasará a ti. —le señaló, seguro de sus palabras. Mello se paró detrás suyo, encantado con el delicioso aroma de la comida.

Abrió la boca para contestar, pero fue interrumpido por una cucharada de estofado caliente golpeando su lengua, cortando todo de raíz. Apretó los labios por sorpresa y, casi quemándose, lo terminó probando. Aún cuando Near volvió a sacar la cuchara de su boca, lo mantuvo un poco más antes de tragarlo. Sabía bien.

—¿Quién te enseñó a cocinar? Esta muy bueno. —acompañado de su afirmación, su estómago gruñó—. El solo olor me está matando de hambre.

—¿Importa mucho quien me enseñó? —el albino frunció el ceño, mirando al rubio de reojo. Algo había cambiado en su lenguaje corporal repentinamente—. ¿Por qué la pregunta?

—No, no, por nada —se apresuró a decir, notando algo hostil en el ambiente. ¿Qué había hecho mal?

Ambos se quedaron en silencio un rato, Mello intentando entender el repentino cambio de aptitud del menor, y Near pensando detenidamente como abordar cierto tema que no paraba de darle vueltas en la cabeza cada cierto tiempo, y que el padre de su hijo trajo a colación sin querer. El problema es que sentía que si lo hacía, acabaría pareciendo, como dirían por ahí, un novio tóxico y celoso.

Pero esa preocupación no evito que ese pensamiento, o mejor dicho, duda sin resolver, no se fuera ni siquiera cuando empezó a servir la comida.

—Oye… —Mello se quedó callado mientras un plato de humeante estofado acompañado de arroz blanco fue puesto bajo su nariz. Near se sirvió de último y se sentó al frente suyo en la mesa, teniendo a Lawliet al lado, quien aún mordisqueaba la cabeza de mini Mello. En otro momento, eso le hubiera resultado tierno; pero ahora, parecía una predicción de como acabaría.

—¿Si? —tragó grueso, intentando mantenerse sereno, aún sabiendo que algo iba extraño con el chico del pijama. Para disimular, empezó a comer tranquilamente.

—¿De donde se conocen tú y Halle? —Mello se atragantó con un grano de arroz, teniendo que golpear su pecho un par de veces para hacer que pasara con bien. Todo bajo la fría mirada grisácea del menor, quien no reaccionó ante su ahogamiento, y continuó comiendo tranquilamente mientras parecía escudriñar cada parte del alma del rubio.

—¿P-por que… la-la pr-pregunta…? —Mello seguía tosiendo incómodo, incluso unas lágrimas asomaron por los costados de sus párpados y sus mejillas se tornaron rojas. Incluso Law pareció preocuparse ante su malestar. El único cuya expresión no cambió, fue Near.

—Ella y tú parecían… conocerse… —su vista se desvió hacia la dirección contraria por un segundo, frunciendo el ceño con inconformidad—… desde antes de la investigación.

—No fue la gran cosa. —respondió casi que por instinto, lo cual después, se daría cuenta había sido su más grande error: Confirmar las sospechas de Nate.

—Oh, o sea que si hay una historia entre ustedes dos. Es bueno saberlo. —Near volvió a poner una expresión neutral, cosa que solo le puso más nervioso. Los últimos días no le había visto poner ese rostro cerca de Law, y aunque lo había conocido siempre teniendo esa expresión, ahora se sentía algo… antinatural.

—Ya te dije, no es para tanto. —se metió una cucharada de comida a la boca, nervioso pero no por ello menos hambriento.

—Ya veo, entonces, ¿por qué no me cuentas esa historia? Seguro es interesante. —la mirada grisácea se endureció.

—Es vergonzoso de contar. —en ese punto, el sudor estaba perlando su piel como si estuviera en un sauna, y succionaba la comida como un remolino.

—Y es peligroso que no me cuentes. —¿había un bajón de electricidad, o por qué de repente todo parecía tan oscuro a su alrededor?

—Ella tuvo un trabajo encubierta en la mafia ¿está bien? —su nerviosismo se había convertido en un ligero enojo. Ya habiendo terminado de comer, se paró de la silla. Near apenas empezaba a dar algunos bocados—. Ahí nos conocimos, nos hicimos cercanos, como era un chico joven aprendiendo a vivir solo, comía muy mal, y ella amablemente se ofreció a hacerme almuerzos. —lavó el plato, demostrando su frustración en sus movimientos—. Todo era bueno y genial hasta que, ya sabes, descubrí que estaba encubierta y tuvo que irse. —dejó la porcelana secarse en el fregadero, quedándose con las manos en el mesón de la cocina, de espaldas al detective—. ¿Ya estás satisfecho?

—Curiosa historia —el rubio suspiró, creyéndose vencedor—, pero… —ay no—… eso no explica porque te cuesta tanto hablar sobre ello.

—Fue decepcionante que la persona que mejor me cayera de la mafia fuera una espía, que te digo. —se frotó el puente de la nariz—. Que Halle te lo explique, son unidos ¿no? Se nota que te enseñó a cocinar. —Mello tuvo un escalofrío en la parte de atrás de su nuca, sabiendo que tenía la penetrante mirada plateada en su espalda. Si, decir aquello no fue su mejor momento.

—Cuanto resentimiento, uno diría que eso fue más que una amistad. —pudo escuchar la cuchara entrando a su boca una vez más, chocando contra sus dientes, muy lentamente.

—Pues yo te digo que solo fue eso.

—Halle es bonita, podría comprender que caíste en sus encantos. —habló con la boca llena, fingiendo espontaneidad.

—Halle es… —antes de que Mello siguiera cavando su tumba, Lawliet comenzó a golpear el muñeco de fieltro de Mello contra su mesita, para después tirarlo en el piso, chillando de felicidad como si eso fuera lo más gracioso que haya presenciado nunca. Near sonrió cuando notó la mirada inexpresiva del rubio hacia ese acto de su hijo.

—Law sabe bien lo que hubiera pasado si seguías esa frase. —río bajo, tomando el peluche del suelo para dejarlo sobre la mesa. Law pareció querer volver a tomarlo, pero estaba fuera de su alcance, frustrándolo.

Antes de que eso siguiera, Near tomó al pequeño bebé entre sus brazos, levantó su camisa y comenzó a amamantar al niño, quien aceptó con gusto su cena. Los adultos no eran los únicos con hambre.

Mello se quedó pasmado un segundo gracias a la sorpresa, pero se alegró de que no parecía querer seguir hablando del tema. El horario de Lawliet lo había salvado.

Aprovechó ese momento para detallar lo poco que veía del pecho y clavículas del albino, confirmando que Near había subido un poco de peso, y no le sentaba mal. Había notado que incluso era lo suficiente como para que el elástico de sus pantalones se sumergiera ligeramente en su piel; una vista bastante tentadora.

Solo pudo mantener sus ojos en él un segundo antes de voltear la mirada hacia otro lado, mordiéndose el labio inferior. No era el momento.

—No has cambiado mucho desde la última vez —comentó Near con diversión, habiendo notado el gesto del contrario—. Yo solo estoy amamantando tranquilamente a mí bebé y tú tienes pensamientos morbosos. Que repugnante.

—No son morbosos, solo noté que tú has cambiado bastante, ovejita. —por primera vez en un largo rato, se permitió soltar una risita.

—Eso es muy tierno de tu parte, chocolatito —Mello mordió su labio inferior con más fuerza, intentando ocultar la sonrisa que clamaba por aparecer en sus mejillas teñidas de un rosado pálido, nada similar al tono rojo fuerte en la cara normalmente blanca del albino.

—Y por eso no fui capaz de hacer nada con Halle. —susurró, haciendo que el albino abriera los ojos de sorpresa. No esperaba que fuera el quien regresara al tema por cuenta propia. Mello se rascó el cuello, queriendo ocultar el color rosa de sus mejillas—. Cada vez que intentaba tener algo con cualquier otra persona, siempre te recordaba a ti, y no podía. —aun con la vergüenza, se forzó a mirar a Near, sonriendo débilmente—. Halle y yo fuimos amigos, coqueteamos incluso , pero nunca pude, ni quise hacer nada. De una u otra forma, siempre volvía a pensar en ti, y me era imposible.

—Eso significa… ¡¿Qué no lo has hecho con otras personas aparte de mi?! —Near se tapó la boca, casi riéndose, aunque tenía las mejillas rojitas—. Alguien como tú, a tus 20 años, en la mafia, suena muy fantasioso.

—¡No te rías! Era lo que querías saber, ¿no? —Mello apretaba los dientes, sintiendo sus orejas arder—. Deberías estar contento, ¡eso significa que te he sido fiel!

—Mello, ni siquiera ahora somos novios. Nunca fue necesario. —Near se empezó a enrollar un mechón de cabello en su dedo, con una expresión de suficiencia. Decía una cosa, pero si lenguaje corporal era claro. La declaración del rubio le había hecho feliz.

—Supongo que al amor no le importa que nombre le pongamos a nuestra relación. —murmuró para si mismo, pero fue escuchado por el albino, quien sonrió.

—Aun así, es un alivio —suspiró, acomodando mejor a Lawliet—. Estar trabajando con una ex tuya sería muy incómodo.

—Que eso sea lo que más te preocupe habiendo sido yo un mafioso es un poco triste. —agachó la mirada. Cuan bajo había caído.

—Mello. —el rubio le miró, siendo su mejilla pellizcada por la mano libre del detective, tirando de esta—. Tu, ahora mismo, se supone que estás muerto.

Lawliet fue ajeno de toda esta interacción, solo concentrado en comer hasta que Near se cansara, porque el podría durar horas pegado a su pecho con facilidad. Su estómago era un vacío sin fondo que no podía ser saciado, mientras que su cuerpo es un guisante que parece haber nacido prematuro. Contradictorio, como sus padres amándose con tanta intensidad, y no teniendo una relación establecida hasta el momento.

***

—Oye, Halle. —Near colocó otra pieza de dominó sobre la torre, mirando hacia adelante como Lawliet jugaba con su peluche de oveja encima de su colchoneta.

—¿Qué pasa? —estaba revisando unos papeles.

—Antes de trabajar para mí, ¿ya habías hecho trabajos de infiltración? —cuestionó con un tono monótono, no queriendo hacer notar que de verdad le interesaba la respuesta.

—Si. Es parte del oficio. —Halle no pareció sospechar de la pregunta, Near solía hacérselas regularmente en un intento de iniciar una conversación. Había empezado a hablar bastante desde el 4to mes de embarazo.

—Y ¿Qué es lo más lejos que has llegado en esas misiones? —su voz salió un poco más suave, pero igual de monótona que de costumbre.

—No muy lejos. No he durado años o tenido que acostarme con tipos si es lo que piensas, solo, normal.

Halle no había notado el suspiro silencioso de alivio que había salido de la boca del albino, quien siguió construyendo su torre con calma, ahora con una pequeña sonrisa. Law si lo había notado, y también sonrió y balbuceó, soltando el peluche de oveja para buscar y encontrar el peluche de Mello. Olía a limpio, cosa que lo obligó a mascarlo con sus encías, naturalmente.

Halle no sabía si Near lo había notado, pero ese peluche del que antes se olvidaba tanto, ahora parecia ser de los obligatorios con los que había que salir para mantener a Law tranquilo, junto con la oveja y otros pocos.

Halle se preguntaba si eso tenía algo que ver con los dos platos secándose en el fregadero que había encontrado esa mañana, y los restos de una comida hecha para dos personas. Lo único que era seguro es que algo estaba pasando con Near, o mejor dicho, alguien.

After All  [MelloxNear]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora