Ya eran las dos de la mañana, y pese a lo agotador que habían sido las últimas horas, seguía sin poder pegar un ojo. Lawliet estaba dormido en su cuna junto a su camilla de hospital, pero él estaba incapacitado para dormir, manteniendo su vista pegada a su pequeño cuerpecito; observando en la oscuridad como solo apretaba sus manos cubiertas por guantes que sobresalían ligeramente de la manta en la que estaba envuelto, como si estuviera soñando que sujetaba algo; aunque seguramente solo era un reflejo involuntario.
«Estoy cansado pero… no puedo dormir…» era una sensación desagradable de ansiedad que recorría cada parte de su cuerpo, obligándolo a mantenerse alerta. Quería fingir que no sabía el porque, pero en realidad, podía suponerlo muy bien.
No se sentía real, las últimas horas no se sentían reales, habían sido demasiado buenas como para ser reales. Tenía miedo, un miedo profundo e irracional basado en la idea de que si se quedaba dormido, al despertar nada de lo que vivió los últimos meses había ocurrido, que nunca había estado en cinta, y que no había tenido un hijo, que nunca había tenido a su Lawliet. Esa posibilidad, por más imposible que fuera, lo aterraba en lo más profundo de su mente, obligándolo a mantenerse despierto.
«El dolor es muy real, el olor a cloro del hospital es muy real, todo esto es muy real, pero… ¿Por qué no puedo calmarme?» volvió a pensar, tocando su rostro y notando lo caliente que estaba. La preocupación le estaba dando fiebre, genial, eso no le ayudaría pensar mejor.
Unos pequeños balbuceos le sacaron de sus pensamientos, volviendo a fijarse en su pequeño. Lawliet tenía los ojos abiertos, y había comenzado a moverse, pero no daba ni un solo indicio de que se pondría a llorar.
«Cuando nació, no lloró hasta que yo me alteré, ¿eh?» recordó Near, esforzándose bastante solo para poder apoyar su cabeza más arriba en la almohada, con la única intención de mirar mejor al recién nacido, quien con su vista seguía recorriendo cada lugar de la oscura habitación.
—Parece que eres tan fuerte como tu padre —murmuró con una sonrisa, mirando como él ser humano en miniatura posaba su vista en él unos segundos antes de volver a mirar a su alrededor.
Con algo de dificultad, Near tomó a su pequeño de la cuna, sintiendo como su estómago de post-parto y sus caderas se quejaban por el movimiento. Near colocó a Lawliet contra su pecho, notando como este comenzaba tocarlo con sus manitas enguantadas.
«Tiene hambre…» pensó, descubriendo su pecho y poniéndose a él y al pequeño en posición.
—Es raro tenerte fuera de mí… aunque creo que fue más raro haberte gestado dentro de mi —balbuceaba bajito, con la intención de no alterar al pequeño—. El embarazo es extraño. Me pregunto cuánto podrás recordar.
Lawliet no hizo más que seguir pegado a su pecho, ajeno a la solitaria charla que su papá estaba teniendo. Near recordó que él día anterior, Lawliet había estado casi una hora y media pegado a su pecho alimentándose.
—Aunque parece que si recuerdas lo glotón que eres. —sonrió, tocando una de las regordetas mejillas del niño—. Supongo que eso lo sacaste de…
Su voz salió como una especie de susurro pesado que raspó su garganta. Sus ojos grises se dirigieron al frente, mirando fijamente a la nada, acariciando la cabeza de Law con una mano mientras que con la otra lo aseguraba. Su cuerpo es muy cálido, como una pequeña almohadilla térmica. Es incluso relajante en muchos aspectos.
—Él siempre fue muy glotón, en especial cuando se trataba del chocolate —siguió murmurando en voz baja—. Seguramente te hubiera caído bien… aunque no quisiera tenerlo cerca ahora, apesto como vagabundo.
Soltó una diminuta risa por el chiste que el mismo se contó, mientras Lawliet seguía en su mundo comiendo.
—Te prometo… que haré lo mejor para ser un buen padre —su mano se quedó quieta en su nuca con bastante delicadeza, como si tuviera miedo de hacer mucha fuerza. Era un toque efímero y dulce—. Puede que no sea bueno siendo una persona normal, comiendo, socializando, y puede que mis habilidades como detective nunca logren igualar a las de L, pero… si como mínimo, puedo ser un buen padre para ti, todo habrá válido la pena.***
—Ten cuidado de mojar el cordón umbilical cuando lo bañes. No le eches nada extraño para que se caiga más rápido, porqué igual se tendrá que desprender solo. Pero si se pone rojo o cualquier cosa, ven de inmediato a una revisión.
Near asentía ante las indicaciones de Margaret, haciéndole saber que la escuchaba. Su bebé descansaba en su regazo, mirando todo el enorme mundo nuevo y desconocido que se mostraba ante él, con una inmensa curiosidad reflejándose en esos grandes ojos azules. Ambos estaban siendo empujados en una silla de ruedas fuera de los pasillos del hospital por Gevanni y siendo seguidos por la obstetra.
La noche había sido tranquila, con Lawliet despertándose cada tanto por hambre. Aunque en todas sin llorar por alguna razón, nada más empezaba a hacer sus ruiditos de bebé recién nacido.
Near ya había sido dado de alta. Halle los esperó en el auto, mientras Lester se había quedado un poco más para arreglar unas cosas con el hospital.
—Juro que te va a encantar tu cuarto, Lawliet —le hablaba Near de vez en cuando, meciéndolo con suavidad, y extendiéndole un pequeño peluche de patito que colgaba de su muñeca por un hilo.
Lawliet agitó los brazos, volviendo a intentar descubrir cómo sujetar cosas. Margaret sonrió ante la imagen, le dio unos últimos consejos al albino antes de ir de regreso al hospital.
—Aunque aún nos falta pintar su nombre en su cuarto. —recordó Gevanni, deteniendo la silla de ruedas frente al auto.
Ayudo a Near a levantarse, quien parecía muy dispuesto a hacerlo por si mismo. Halle le abrió la puerta trasera, y este se sentó bien a duras penas, acomodando a Lawliet cada tanto contra su pecho. Aún no se acostumbraba a cargarlo.
—Finalmente, después de 10 horas de parto y un día de recuperación, vamos a volver a casa con el pequeño Lawliet, Near —celebro Halle con un deje de diversión en su voz, sentándose de piloto, esperando a que los otros dos vinieran (Gevanni había vuelto al hospital a dejar la silla de ruedas).
—Si, extraño mucho mi cama, y seguramente Lawliet River también va a querer conocer su cuarto. —Near empezó a dar pequeñas palmadas rítmicas en su diminuta espaldita, notando como este empezaba a bostezar—. Vamos a tomarnos un descanso de dos semanas del trabajo, estos niños en verdad lo necesitan. —avisó, refiriéndose a si mismo y a su bebé como niños.
Al final, sintiendo algo familiar en ese diminuto rostro, terminó por recordarle a él de nuevo. Da igual cuanto lograra olvidarse de Mello aunque fuera por un tiempo, el siempre volvía, ya fuera para bien o para mal.
Near suspiró, sabiendo que sin importar nada, nunca sería capaz de olvidarse por completo del padre de su hijo, y su primer y único amor. Lawliet era la prueba de ello, y por primera vez en meses, Near se permitió volver al pasado por completo, sin reprimirse al hacerlo, hurgando en sus propios recuerdos la imagen del rubio.
Recordó los días tranquilos en Wammy’s, donde su única preocupación era no poder encontrar algunas piezas de sus rompecabezas. Siempre metido en una constante competencia con Mello por ser el número 1. Competencia que realmente no le importaba tanto como lo hacía parecer.
Ni el ser el sucesor de L era algo tan importante a sus ojos. No es que no le hiciera feliz ser un ganador, pero la verdad es que su mente estaba mucho tiempo perdida en su enamoramiento hacia Mello que le era difícil tomarle importancia a muchas otras cosas. Bastaba solo con mirarlo de lejos para que una felicidad infantil lo invadiera por completo. Hubiera querido tanto que pudieran haber sido más amigos, pero él no era bueno hablando con las personas, y Mello era una persona muy difícil de tratar. Había mejorado bastante en ese aspecto de si mismo, así que, actualmente, ¿podrían haberse llevado bien? Bueno, esa era una pregunta a la que nunca le encontraría respuesta. Aunque muy seguramente esta seguiría siendo que no.
Distraído, sintió como una manita palpaba su rostro, sacándole de sus divagaciones.
Bajó la mirada, siendo recibido por los grandes ojos azules de Lawliet, quien parecía estar intentando escalar su rostro, aunque su papá se lo terminara por impedir. ¿Cuándo lo había alzado hasta su cuello? Bueno, igual no iba a quejarse de ver esa carita. Se apartó un poco en cuanto la puerta trasera del auto se abrió, dejando espacio para que Gevanni se sentara. Lester ya estaba sentado en el asiento de copiloto, y Lidner encendió el auto, ya preparados para volver a su hogar.
«¿Cómo fue que llegué a sentirme asustado por tenerte?» pensó con burla para si mismo, abrazando a su pequeño bebé, quien procedió a babear el cuello del suéter blanco que traía, algo que se le hizo bastante divertido.
«¡Fuiste lo mejor que pudo haberme pasado!»
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After All [MelloxNear]
FanfictionEsta historia da comienzo dos meses después de la muerte de Yagami Light, mejor conocido como Kira por el mundo. Ahora con Near tomando el puesto de L sin que nadie lo supiera, todo parecía estar tomando su rumbo sin la amenaza de las Death Note ron...