Me quedé mirando embobada el gran mural que había en el patio, tenía un poco de sueño y no paraba de bostezar, además hacía frío, por lo que traté de distraerme mirando los lindos dibujos que estaban hechos en el mural, estaba Alicia en el país de las maravillas, ricitos de oro, rapunzel y un sinfín de dibujos representando clásicos, ya que ese día se celebraría el día del libro. Mis compañeros se habían esforzado caleta en dibujarlo y luego pintarlo, incluso ayer se habían quedado hasta tarde, entre ellos, la Anto.
Era seca con el dibujo.
También ese día era la actuación del Damián como Romeo, lo más probable es que ahora estuviera cambiándose.
Me apoyé en la baranda del segundo piso y me quedé pensando en su invitación a su casa. Ayer después de que se fue, me quedé gritando de la emoción como una hora. Las cosas iban bien entre nosotros y eso me ponía feliz, por más que me esforzara en reprimir mis sentimientos.
Ya quería que fuera mañana, aunque estaba nerviosa porque vería a sus papás y a pesar de que ya los conocía, la primera vez no estuve muy preocupada de dar una buena impresión ya que con el Damián no éramos más que dos desconocidos con intereses en común. Pero ahora era diferente.
Muy diferente...
—¡Damián!
Me quedé de piedra. ¿Alguien estaba leyendo mis pensamientos?
Escuché un par de gritos y garabatos. Miré a mis alrededores encontrándome con la escenita del Bruno persiguiendo al susodicho, quién estaba vestido con un traje antiguo, claramente caracterizando a Romeo, era de un color azul rey muy lindo y en su mano sostenía un antifaz de color plateado.
Quién fuera Julieta.
—Yapo culiao, quédate quieto por la chucha—Le ordenó choreao. Sin embargo el Damián me tomó por los hombros y se escondió detrás de mí, claramente negándose a acceder—, necesito sacarte la foto, y la única hueá que hay hecho todo este rato es moverte más que mojón en el agua.
Arrugué la nariz ante la sola idea de imaginarme lo último.
—¿Qué pasó? —Me metí confusa.
El Bruno carraspeó, cansado.
—Me quiere sacar una foto, según él pal anuario de cuarto, pero yo no quiero salir en esa hueá. —Se quejó amurrado, causándome ternura.
Solté una sonrisita sin poder evitarlo.
—¿Y si la foto es con la Denise? —Negoció el Bruno con una sonrisa casi triunfante.
El Damián me quedó mirando como si la estuviera pensando. Me puse un poco nerviosa, pasándome la lengua por los labios. ¿Acaso eso lo haría cambiar de idea?
Imposible.
—Yaa—Dijo alargando la a y con una gran sonrisa. Posó una mano por mi cintura tomándome desprevenida, apegándonos. —. Sonríe, bonita.
Le hice caso e hice un signo de paz, rogando para salir linda.
El Bruno nos sacó varias fotos y después levantó su pulgar, indicándonos que ya estaba todo listo.
—Mándamelas porfa.
Quedé mirando al Damián.
—¿Pero no son para el anuario?
—No me importa mucho el anuario la verdad—Se rascó la cabeza con una mueca en su cara—, acepté sacármela sólo porque quiero fotos contigo.
Me quedé sin aliento y no avispé a decirle nada. El Damián siempre decía cosas así, y yo me quedaba sin habla. Podía ser muy tierno y dulce cuando se lo proponía.
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Condiciones
TeenfikceDonde la Denise actúa como alguien que no es y el Damián la descubre.