—Oye bonita.
Aparté la vista de mi celular y la figura del Damián se apareció ante mí. Sonreí sin poder evitarlo y quise llevarme las manos a la cara de la emoción. ¡Habíamos quedado en juntarnos en el paradero para irnos al colegio juntos!
Se me hacía muy cute.
—No mentías cuando dijiste que tu abuela vivía cerca de mi casa. —Hablé con diversión. Ahora el Damián vivía con su abuela gracias al incidente con su hermano.
—Nop, y mira—Dijo emocionado, ladee mi cabeza ante la duda de no saber qué buscaba. —te mandó esto.
Me tendió un frasquito de galletas de chocolate caseras, causando que abriera mi boca con emoción y el rostro se me iluminara por completo. A la mierda la dieta cuando podía probar esas delicias, sobre todo teniendo en cuenta lo rico que cocinan las abuelas.
Tomé el frasco entre mis manos y lo abracé con felicidad.
—Qué rico. ¡gracias!
—Preguntó cuándo irías a verla—Sonrió como un niño ilusionado. Sentí mi cara caliente pese al frío terrorífico que había y me apunté con mi dedo índice, atónita, a lo que él asintió.
—El nieto tiene que invitarme—Le saqué la lengua.
—Siempre eres bienvenida, pero tu me tenís que decir cuando estai libre—Asentí—y podríamos hacer algo aparte de que vengai a mi casa...
Parpadee un par de veces y no pude evitar la sonrisa entre dientes que le dediqué.
—¿Algo así como una cita?
—Sí...—Se llevó una mano a la nuca medio cohibido, causándome ternura. No sabía si su nariz y mejillas estaban rojas por el frío o a causa de lo que estábamos hablando—no sé si está bien...
—¡Obvio! Me encanta, siempre he querido hacer algo así. —Soné tan emocionada que al darme cuenta me callé por la vergüenza, maldiciéndome por abrir mi boca de esa manera. Sin embargo al levantar levemente la mirada, la dulce sonrisa del Damián me hizo sentir mejor y llenó mi corazón nuevamente de calidez.
No podía con esto, mi corazoncito próximamente explotaría.
¿Estábamos pololeando? No sabía a ciencia cierta.
Pero me emocionaba mucho que ya no había ningún tipo de distancia entre nosotros y el Damián me abría su corazón de una forma sincera e inexplicable que me hacía sentir muy especial.
Me tendió su mano en cuanto la micro llegó y una señora la hizo parar, la tomé y nos subimos juntos. Ninguno de los dos pagó y nos fuimos al medio, donde daba la ventana, me gustaba irme viendo las calles.
—¿Crees que nos dirán algo porque el Viernes nos fuimos? —Pregunté después de un rato. La cagá de micro venía dando frenazos desde hace rato y el Damián optó por estrecharme a él para que no me fuera a caer ni pegar contra nada ni nadie.
—Lo más probable.
—Buu...
—Pero tranquila, diré que fue mi culpa nomás, no quiero perjudicarte por algo que pasó por mis dramas familiares—Me hizo cariñito en el pelo e inflé mis mejillas claramente en desacuerdo por lo que estaban escuchando mis oídos.
—Obvio que no.
—Pero Denise...
—No, no te echarás la culpa porque yo también me involucré porque quise, incluso fue idea mía irnos.
—Ya pero aún así...
—Ya dije, Damián—Fruncí el ceño. No me parecía justo que él cargara con todo, además había sido cosa de los dos y estaba dispuesta a darle frente a la situación, aparte no me arrepentía de mi decisión.

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Condiciones
Teen FictionDonde la Denise actúa como alguien que no es y el Damián la descubre.