Capítulo 31

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Después de que Bruce me dijera que padecía... que padecía aquel síndrome sentí como si algo dentro de mi se rompiera en mil pedazos, una parte se sintió traicionada, otra herida, otra usada, otra se sintió abandonada, otra se sentía sumamente triste. Era algo indescriptible, llore mientras abrazaba a Bruce y él junto con Alfred me abrazaban e intentaban calmarme, pero solo podía gritar que aquello era mentira, que eso no podía suceder y gritaba su nombre pidiendo, desenado que en ese momento entrara a la habitación y me abrazara, me dijera que lo que sentía por él era verdad y no un síndrome, que él no me había utilizado y que en verdad me amaba, que todo lo que hicimos era verdad. 

Pero no fue así...

Él no cruzo esa puerta, no apareció en mi rescate como siempre lo hacía. No lo hizo ese día, tampoco el siguiente, ni el siguiente del siguiente. Ese día tuvieron que volver a sedarme no podía calmarme, simplemente me era imposible, no podía. Ese día tuve dos ataques uno de pánico y otro de ansiedad y los dos fueron graves. Los doctores aparecieron frente a mi y me explicaron más a detalle mi situación pidiéndome que mantuviera la calma, recuerdo apretar con fuerza las sabanas en mis puños y tensar mi mandíbula para evitar gritar o intentar contradecir todo lo que decían. 

Tenía Síndrome de Estocolmo, tuve que morder el interior de mi mejilla lo más fuerte que pude logrando que sangrara un poco y mi paladar se llenara de su ferroso sabor, apretar las sabanas con fuerza y mis nudillos se tornaron blancos, apreté la mirada queriendo evitar que las lagrimas volvieran a formarse, pero fue algo inevitable y varias cayeron. También mencionaron el porcentaje de 0,7% de clordiazepóxido junto con otras tantas más, el que iniciaran mencionando mi padecimiento del Síndrome me hizo no prestar atención haciéndome hundir únicamente en recuerdo que en ese momento dudaba si era verdaderos, si eran una ilusión y una fachada de intenciones, pero en cada uno de ellos recordaba su mirada la cual parecía reflejar sinceridad junto con un inmenso amor, recordando la forma en como reacciono cuando me dispararon, la forma en como reaccionaba ante las personas que intentaban acercarse a mi o hacerme daño.

Salí del hospital en el tercer día muchos reporteros se reunieron en la salida de este comenzando a amontonarse casi sobre nosotros de nos ser por que la policía hacia lo mejor que podía para cubrirnos y hacernos llegar a salvo al auto, aunque podía sentir las miradas de odio y desprecio por parte de los uniformados, las personas únicamente preguntaban acerca de ¿Qué había sucedido en esos cinco años que desaparecí? Bueno... sucedió de todo y a la vez en ese momento parecía que se había reducido a nada. 

Cuando llegamos a la mansión me dirigí a mi habitación, encerrándome, y lucia exactamente igual a cuando me fui, me acerque a uno de los muebles que había en la habitación donde habían muchas fotografías en algunas de ellas aparecíamos Wally y yo, sentí ganas de vomitar en ese momento, pero mayor fue mi enojo y mi ira que las tome y las arroje lejos y fuera de la mansión, lejos de mi. Comencé a tomar todo lo que él me había dado y lo arrojaba, no lo quería conmigo, no iba y venia con pasos largos del closet al balcón, del balcón al closet o a cualquier parte donde hubiese algo suyo. Bruce y Alfred tocaban las puerta desesperados intentando abrirla, la había trabado con una silla, veía la cama y sentía repulsión en esa cama, en ese lugar él y yo...retrocedí hasta llegar a una pequeña repisa donde tome algo y la arroje al gran espejo que estaba a unos metros frente a mi, se rompió en mil pedazos causando un ruido desastroso caí al piso y comencé a llorar, era difícil, todo lo que parecía ser "bueno" hace unos días ahora era una mierda, Bruce junto con Alfred finalmente lograron abrir la puerta y entraron apresurados hacía mi revisando que no me hubiese sucedido algo mientras me abrazaban. 

Bruce me pedía que le contara sobre que había sucedido acerca de Wally más en especifico, pero no podía, tenía miedo. Esa noche dormí junto con Alfred como cuando era pequeño y tenía pesadillas y ahora que había crecido volvía a tenerlas, pero ahora sus protagonistas no eran mis padres sino Wally y Slade, con él era por miedo y con Slade... era diferente no podía alcanzarle, le veía cerca de mí y él comenzaba a alejarse y yo no podía ir tras de él. Cuando despertaba y miraba a todos lados llamándolo no evitaba recordar cuando ambos las teníamos y nos encontrábamos y nos preguntábamos si habíamos tenido una pesadilla, también cuando esas pesadillas cesaron, cesaron cuando dormimos juntos.

Síndrome de Estocolmo o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora