Capítulo 37

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Estaba esperando en la estación de autobuses a que llegara el que tenía como destino a Ciudad Star, me escondería por un par de días para que la policía perdiera mi rastro y se enfocara en atrapar a otros villanos que habían escapado, claro que sabía que mi rostro circularía por todos lados para intentar dar con mi paradero, pero no planeaba quedarme mucho tiempo ahí, robaría algun auto y conduciría hasta alguna otra ciudad, lo más lejos posible para después tomar un avión hacía España. 

Desdé ahí comenzaría a rastrear a Slade pues tenía el presentimiento y el conocimiento suficiente para saber que una vez llegara a España él ya no se encontraría en el país, pero podría encontrar un rastro y desdé ahí comenzar a tirar del delgado hilo de rastro que dejaba a su paso.

Había conseguido algo de ropa, mejor dicho la había robado al igual que el boleto de autobús, por lo que había visto el autobús no estaría lleno solo serían pocas personas las que lo abordaría, una gran ventaja. Mantenía mi mirada fija en el suelo ocultando mi rostro con la capucha de la sudadera que había robado, me quedaba demasiado grande, pero no me quejaba. Pero a pesar de no estar viendo a mi alrededor estaba consiente de todo lo que sucedía al rededor; había un total de 26 personas en la estación, tres de ellos eran los conductores de tres diferentes autobuses, cada uno iría en direcciones contrarías, un autobús iría al sur con 11 pasajeros, otro de ellos con 7 pasajeros irían al este y en el tercero solo iríamos 5 pasajeros, contándome entre ellos iríamos al norte. 

Todos esperábamos a que los autobuses llegara, trataba de mantener la calma y no preocuparme demasiado, pero era imposible, Wally podía llegar en cualquier momento y detenerme. También estaba la policía y Bruce, pero podía lidiar con ellos, pero eso solo les restaba un poco de la preocupación. Cualquiera de las personas ahí podía reconocerme, era famoso y ya no de una buena forma y estaba seguro de que más de una persona daría cualquier suma de dinero con tal de tener mi cabeza en sus manos.

Respire profundo tratando de alejar aquella fea sensación, no debía levantar ninguna sospecha. 

Cerré mis ojos un segundo tratando de calmar el latido apresurado de mi corazón y cuando comenzaba a bajar mi ritmo cardíaco este volvió a elevarse y mi corazón comenzó a latir como loco cuando sentí como una mano se posaba en mi hombro, rápidamente voltee mi vista hacía esa persona y mis ojos se abrieron a la par cuando le vieron. 

De lo profundo de mi garganta solo podía emitir un pequeño — Ah... — y es que antes de que pudiera decir algo o salir de mi estado de shock, lo vi palmear mi hombro y sentarse en el asiento a un lado mío. 

— Creo que necesitaras esto — entre sus manos me extendió un sobre y lo tome con un poco de duda y vi lo que había en su interior: documentos falsos, una identidad falsa junto con su identificación, dinero, mucho dinero. Lo volteé a ver aun con incredibilidad — Y esta también, adentro esta tu traje — no había visto la maleta que tenía a un lado, continuaba sin comprender y aquella pequeña sonrisa en su rostro no me ayudaba a comprender. 

— ¿P-Por qué...? ¿P-por qué haces esto Bruce? — no entendía por que estaba haciendo eso, por que no me arrestaba y me enviaba de vuelta a prisión, pero cuando escucho mis preguntas soltó una pequeña y casi insonora risa dejándola en una sonrisa, una sonrisa que era sincera.

— Cuando te encontramos y te traje de vuelta, estaba tan feliz, pero tan feliz que me olvide de lo más importante; que tú también lo fueras. Me aterraba la idea de volver a perderte, te había buscado como un loco durante todos esos años y nunca pude dar contigo, finalmente volvía a tenerte cerca y no quería dejarte ir, pero ahora es diferente, eres diferente. Todo ha cambiado — por un momento bajo su mirada para volver a verme — Quiero que seas feliz, Richard y estoy seguro de que no lo serás aquí en Gotham, por eso te dejo ir. Te cubriré y me asegurare de que nadie valla detrás de ti, te protegeré — su sonrisa era sincera y triste, pero también demostraba algo de felicidad. 

Síndrome de Estocolmo o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora