No tienes que temer...

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Las últimas semanas habían sido agotadoras para Ben y Rey que apenas y tenían tiempo para comer. Terminaban realmente agotados practicando todas las formas de combates con los sables, usaban mucho los droides de entrenamiento. A Rey se le había ocurrido la idea de crear algunos muñecos de trapo, colocados en varias áreas para simular enemigos indeseados y para evitar destruir cualquier cosa importante en la isla. Las Lanai les habían proporcionado ropa cómoda, que ellas mismas fabricaban diciéndoles que dentro de poco se acercaría el verano en la Isla cosa que al principio Ben y Rey les dijeron que no era necesario pero ellas insistieron, además les explicaron que durante mucho tiempo esa había sido su tarea pero al no haber más Jedis a quien servir en esos menesteres su vida era dedicada solo a mantener el templo, las cabañas y toda la isla en perfecto orden y esperar la llegada de los machos llamados los visitantes que era cada mes, algo que sorprendió a Ben e hizo sonreír a Rey.

Desde la llegada de Ben; entre las prácticas y la creación de su sable había pasado un mes y medio. Rose se comunicaba con Rey y notaba el cambio en su amiga quien ahora lucia con más lozanía, la felicidad que irradiaba resaltaba más su belleza. En esos días Luke y Leia se les habían aparecido a Ben y a Rey y esta última les había pedido perdón por su comportamiento grosero de hacía unos meses "solo tenías que tener un poco de paciencia querida" había bromeado Leia.

Luke se dio cuenta que ellos sintieron la presencia de un Kyber. Les mostró donde estaba escondido su sable de Luz ese que en el pasado le había ocasionado tanta vergüenza al querer matar a su sobrino. Estaba oculto en la antigua cabaña de Luke debajo de unas piedras. Ben se sintió nervioso al verlo, entonces Luke le sonrió disculpándose nuevamente. Diciéndole que ni después de la muerte física le bastaría para reparar el daño que hizo, el joven aceptó sus disculpas y nuevamente también pidió perdón por traicionar a su familia y no querer escuchar la verdad.

Ben y Rey tomaron el sable y lo llevaron a la gruta del espejo, los sumergieron en ese lugar enterrándolo con rocas debajo del agua; donde nunca más fuera encontrado, tal y como el sable de Kylo Ren había sido sumergido. Luke sentía que su alma estaba en paz, al ver que ese sable no ocasionaría más errores ya que para él era motivo de vergüenza. Estando en la gruta Rey le mostró a Ben lo que había experimentado en ese espejo y lo que ella le relató en aquel entonces, de cómo se sintió esa vez cuando se tomaron de la mano por primera vez en la cabaña.

Se pararon ambos frente al espejo transmitiéndose amor y serenidad preguntándole al espejo que les mostrara el camino, entonces Ben miró el reflejo de Rey y ella el reflejo de Ben. Aquello los llenó de una gran felicidad porque el espejo les revelaba que su camino siempre había sido reunirse y finalmente se había completado. Una voz fuerte y etérea les habló.

«La Diada al fin encontró su verdadero camino, miles de años separados, viajando como una estrella fragmentada por varias generaciones y sin poder encontrarse; finalmente ha sido reunida, están unidos en alma, espíritu, fuerza y la única parte que falta es la unidad en cuerpo completando así su gran poder» inmediatamente la voz cesó y ellos quedaron algo sorprendidos y sonrojados.


Estaban tumbados en la cama, abrazados. Habían sido muchas emociones vividas durante todo ese día, desde el encuentro con Luke, lo del sable, la revelación en la gruta del espejo y lo que el Maestro Windu les había dicho hacia unos días antes del encuentro con Luke, los tenia agotados mentalmente.

Se daban tímidas caricias y delicados besos mientras Ben la sostenía firmemente en sus brazos.

Ben —le habló Rey en un susurro, mientras dibujaba círculos por encima de su remera provocándole escalofríos al joven, que no dejaba de acariciarle la espalda.

Dime... —contestó con voz ronca

¿Crees que tú y yo podemos usar los rayos?... esos que... utilicé en Pasaana —Ben la miró entrecerrando los ojos y arqueando levemente una ceja.

Sparkles in my soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora