Ninguno de los dos lo sabía

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Ben, se encontraba meditando acerca de todo lo que había conversado con el grupo horas antes. El temor se hizo presente nuevamente en su ser, al darse cuenta de que probablemente ya no eran suposiciones o simples sueños acerca de aquellos seres que probablemente querían seguir insistiendo con el legado de Sidious, o peor aún, capturar a Rey para sus abyectos propósitos por ser la legítima heredera del poder de aquel siniestro monstruo, cuyo legado ella  con tanto desprecio trataba de olvidar.

Quería olvidarse de esos miedos y no inquietar a Rey, sin embargo, sabía que no tardaría mucho tiempo en ocultarle todos sus temores.

Rey estaba tomando un baño, mientras él estaba descansando en la mullida cama del hotel durante ese momento, buscaba algo que ver en la Holonet, cuya programación transmitía entretenimiento y las últimas noticias en la galaxia. Con gesto de fastidio, dejó un canal de carreras de pods. Ben se encontraba tan distraído, sumido en sus pensamientos, que no se dio cuenta en que momento Rey salió  del cuarto de baño.

Ben... Ben... —La melodiosa voz de Rey lo sacó de sus cavilaciones.

¿Qué sucede? —Ella se acercó y lo abrazó por la espalda.

Yo... solo estaba buscando que mirar en...

Rey le giró el rostro para mirarlo a los ojos. Sin embargo él insistía en desviarle la mirada y distraerla al darle un tierno beso en los labios.

No me vas a distraer con tus besos está vez, Ben Solo, ¿dime qué te sucede? —La voz de ella sonó algo severa y tenía el entrecejo fruncido.

Si lo dices por el cambio de planes que Rose y Zeth propusieron, déjame decirte que estoy de acuerdo, y además me parece... —Ella le hizo un gesto de negación con el dedo índice.

No me refiero a eso... Llevas varios días ocultándome algo, ya me dijiste lo de los sueños y todo lo demás, sin embargo siento que no me terminaste de decir lo suficiente. —Lo miró fijamente a los ojos al mismo tiempo que ponía los brazos en jarra.

Consciente de que Rey en algún momento se daría cuenta de sus temores, hizo un mohín y se encogió de hombros rindiéndose ante ella.

De acuerdo —se incorporó para sentarse en el borde del colchón—, temo que te pueda suceder lo mismo que en Exegol. —Suspiró lentamente.

Ben... eso no sucederá. —Negó varias veces con la cabeza.

Es que tengo sueños y visiones muy vividas dónde te escucho llamarme que te salve... —Estrujó la sabana y le tembló la mandíbula.

Tú sabes que esos sueños pueden cambiar, el futuro está en constante movimiento, Ben.

Entonces sin pleno aviso, la tomó en sus fuertes brazos y la acomodó en su regazo.

Ya lo sé, pero no puedo evitar imaginar que pueda hacerse realidad —el tono en su voz se volvió entrecortado—... me muero si algo te llegara a suceder —la rodeó con sus brazos y se dejó embriagar por el dulce aroma de shampoo que ella había usado en el cabello.

Ben... —ella se conmovió y se aferró a los brazos de su amado.

No dejaré que nadie te haga daño... no si puedo impedirlo. —Zanjó decidido.

Y yo, ya te dije que no permitiré que vuelvas a perder tu vida por mi...

Pero es que...

De ninguna manera, Ben —ella lo miraba con severidad—, no lo permitiré... y no me vuelvas a ocultar tus temores, porque tú y yo, estamos juntos en esto, cariño mio.

Sparkles in my soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora