Siempre te protegeré

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Ben y Rey regresaron a la base después de su desafortunado entrenamiento. Almorzaron bastantes serenos y seguidamente, a Rey se le ocurrió estudiar algunos antiguos libros de los Siths que Ben poseía en su biblioteca, aunque al principio él no estaba de acuerdo, pero terminó cediendo, ya que llegó a la conclusión que podrían encontrar información que los llevará a indagar en los sueños que habia estado teniendo y lo que habían sentido meses atrás en la isla de Ahch-To, a eso sumándole lo sucedido en la ruta de Balmorra. Ambos sentían una perturbación en la fuerza, pero se ocultaba hábilmente y tenían temor que fuera el mismo modus operandi de Lord Sidious, tanto que, por un momento, Rey temió que se trataba de él nuevamente, pero Ben la tranquilizó asegurándole que ese engendro no existía más, era una verdad irrevocable cuyo hecho Ben estaba cien por ciento seguro.

Ben se sentía ansioso y un poco alterado por lo mal que había dormido noches atrás, aunque quiso ocultarlo de su amada, ella siempre terminó enterándose de todo, quería preocuparla lo menos posible, pero conocía lo porfiada y lista que era Rey, quien no se le escapaba ningún detalle.

Entre los duros entrenamientos, meditaciones, estudios y el uso de los rayos ambos terminaban agotados en sobremanera, razón por la cual caían por las noches presos del agotamiento, tenían casi dos semanas sin tener intimidad y justo en esos días, Ben empezó a tener esas horribles visiones. Aunque había descargado sus temores con Rey, la necesitaba para sentirse apaciguado. Solamente Rey lo hacía sentir ligero y dichoso, desde que se volvieron a encontrar, su vida había dado un gran giro... y cambió mucho más, cuando se entregaron en cuerpo y alma el día de su boda, ella era el agua que el sediento necesita para sobrevivir y el aire para respirar, Rey era su razón de ser, lo había sido en el pasado cuando estaba en la oscuridad y lo seguía siendo con mayor fuerza, desde que ella lo regresó a la luz.

Se encontraban en la biblioteca y cuando estaban estudiando algunos textos antiguos, Ben se quedó contemplando a Rey mientras ella movía los labios... era tan linda que a veces le parecía un ángel etéreo... el sonido de su dulce voz, lo hipnotizaba en demasía y esos ojos verdes como el color de la hierba en el amanecer, lo volvían loco. Se moría por amarla apasionadamente, si en la mañana esas aves, no lo hubieran interrumpido cerca de la playa, le habría hecho el amor hasta caer rendido en sus brazos... Pero luego Rey se había empeñado, en seguir con los estudios y no podía negarle nada.

Ben... —ella empezó a gesticular con las manos para que le pusiera atención.

Perdona... Yo...

¿Me estás prestando atención...? Te pregunté; ¿si alguna vez estudiaste de la variedad de sectas de los Siths?

Perdona...me distraje —se frotó la cabeza avergonzado.

Ya no te atormentes por esos sueños...

Preciosa mia, eso ya no me preocupa...

¿Entonces?

Me distraje al contemplarte —le sonrió con coquetería y ella solamente entrecerró los ojos.

Rey se quedó meditando por un rato, enarcó una ceja con algo de diversión y luego añadió:

No estoy segura, pero... —Ben la quedó viendo con una incógnita dibujada en su rostro—. Creo que ahora que pienso mejor las cosas... te distraías mirándome en el pasado —ella soltó una risilla. Ben enrojeció y sin vergüenza alguna respondió:

No te equivocas, siempre fuiste demasiada distracción para mí... preciosa guerrera, esos movimientos y acrobacias que hacías aun siendo inexperta... —suspiró recordando— créeme, me volvías loco —ella sonrió complacida y Ben la atrajo de la mano para invitarla a sentarse a horcajadas en su regazo.

Sparkles in my soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora